La fiesta se remonta al año 1761.
Tiene su origen en la veneración religiosa a la Inmaculada Concepción.
Al caer la noche de este jueves volverán a arder, como cada año, las piras vecinales que forman parte del patrimonio cultural más arraigado de Zalamea la Real. Su origen se remonta a 1761, cuando los “alcaldes ordinarios” zalameños Juan Román López y Pedro Marín Moxedas instauraron la costumbre de instalar luminarias en puertas y ventanas en la víspera del Día de la Inmaculada -que sólo un año antes había sido proclamada Patrona de España por el papa Clemente XIII- como comienzo de una semana de celebraciones en honor a la Virgen. Así nacía la festividad de la Inmaculada Concepción en Zalamea la Real, origen del “Día de las Candelas”.
Una fiesta popular que permanece y supone la gran fiesta anual de los zalameños, que dedican semanas en su preparación. Niños y mayores la leña leña, restos de madera y muebles para montar las candelas que arderán la tarde noche del 7 de diciembre. El repique de campanas posterior a la celebración de la novena es la señal para prender las hogueras de diferentes tamaños, adornadas con elementos como muñecos de trapo, maquetas o símbolos de carácter más personal que distinguen a las candelas que ornan las calles del pueblo en la víspera de la Inmaculada. Es decir, en la tarde- noche del 7 de diciembre, «tras la ceremonia de la novena, y con el repique de campanas como señal de inicio».
El fuego purificador se hace presente en esta fiesta, usando este elemento de la naturaleza como elemento ceremonial de la fiesta religiosa. Los estudiosos hablan del fuego de las hogueras como la representación de la pureza de la Virgen María. Junto a las grandes candelas, otro elemento tradicional que completa la costumbre de este día son las jachas. Los padres y abuelos de Zalamea, semanas antes, habrán salido al campo a recoger en pequeños haces la planta seca de la gamonita, para formar alargados hachones, que serán usados por los niños para, acercándose a las candelas, prenderles fuego y quemarlos a modo deluminaria. La estampa nocturna se completará con los estruendos producidos por el lanzamiento de cohetes y petardos.
Después, los rescoldos servirán para las habituales parrilladas de cerdo ibérico que reúnen a vecinos y visitantes hasta altas horas de la madrugada, plantando cara al frío de diciembre con los buenos licores de la zona.
Ayuntamiento, Policía Local, Bomberos, personal de mantenimiento encargado de extender y recoger la arena en los distintos puntos donde se ha solicitado la ubicación de las Candelas, y los zalameños llaman a pasarlo bien y disfruta de esta tradición, con civismo y la precaución de seguir las normas e indicaciones para salvaguardar la seguridad.
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