La crisis no acaba en Ciudadanos. Tras los funestos resultados electorales del 10N que se llevaron por delante al, hasta entonces, líder de la formación naranja, Albert Rivera, los últimos movimientos de la gestora de Ciudadanos han vuelto a caldear los ánimos en los distintos sectores del partido.
El grupo fundador ha empezado a estudiar el apoyo a una candidatura alternativa, ya sea organizada por ellos mismos o por otros, como ha podido saber La Información. Hay dos nombres sobre la mesa, al menos de momento: el de Francisco Igea, que ha admitido que se está pensando dar guerra a Arrimadas, y el del líder valenciano Toni Cantó.
Igea, con más posibilidades
De todas formas, el favorito para liderar esa oposición es Francisco Igea, que es el «candidato más factible» a falta de que se atreva a dar el paso de presentarse contra la líder actual, aseguran varias fuentes a La Información. El haberse manifestado abiertamente contra el giro del partido para las generales del 10 de noviembre es lo que juega a su favor para que le respalden los fundadores.
La decisión solo está pendiente de que el propio Igea se manifieste de manera clara, ya sea presentándoles un proyecto para sumarles a su candidatura o actuando de manera independiente.
¿Toni Cantó como alternativa?
Cantó tiene en su contra las polémicas que ha suscitado en sus declaraciones y acciones a lo largo de estos años, que lo alejan de un profesionalidad política necesaria para liderar a un partido en horas bajas como Ciudadanos. A lo largo de los años, muchas han sido los berenjenales en los que se ha visto involucrado: en 2012 ya tuvo que pedir perdón por un tuit sobre Canal 9, donde ofrecía una «solución al déficit» de la cadena, añadiendo un vídeo en el que un misil acababa con ella. Poco después, otros tuits sobre la manera de hablar de Rajoy o el encarcelamiento de Otegui dieron mucho de qué hablar.
Pero, sin duda, su mayor polémica tuvo que ver con un tuit sobre la violencia de género: «La mayor parte de las denuncias por violencia de género son falsas. Y los fiscales no las persiguen. Las estadísticas son sesgadas», afirmaba. No solo terminó por eliminarlo de su cuenta, sino que pidió «perdón» y admitió su «grave error» ante la presión general que recibió. A día de hoy, continúa en una tónica similar: la última, sus palabras sobre Naseiro.
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