Víctor y Piri, una de tantas parejas afectadas por los estragos de la crisis, duermen cada día en la calle acompañados por sus dos gatos, desahuciados junto a sus amos, porque ningún centro de acogida contempla situaciones de desamparo de las mascotas familiares.
Como destacaba ayer la asociación onubense La Colonia, «qué gran corazón hay que tener para pasar frío, calor y miedo por no abandonar a su familia gatuna»
Su caso ha despertado una corriente solidaria de personas dispuestas a auxiliar desde sus modestas posibilidades a Víctor y Piri, «pero no es suficiente, porque ellos siguen en la calle».
A su situación de desamparo se une que hay días que llegan a no poder dormir una noche entera en un mismo sitio, ya que, según denuncia La Colonia, los dos jóvenes, «personas que sólo quieren sobrevivir, son limpias y no arman escándalo; sólo buscan paz», sufren constantes llamadas de atención de la Policía y se ven obligados a buscar nuevos lugares para poder pasar las madrugadas al amparo de un sitio recogido.
La Colonia ha hecho un llamamiento para ayudar a la pareja. Piden «un trabajo, un sitio donde quedarse, una oportunidad» y se preguntan «¿dónde está esa Huelva solidaria, esa gente que comparte publicaciones diciendo que todos somos iguales? Es la hora de demostrarlo.»
Diez años después de estallar la crisis que hoy se supone superada, demasiada gente con multitud de historias diferentes siguen sin ver la luz al final del túnel.
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