Tan indecente es La Manada como preocupante saber en manos de quiénes está nuestra seguridad jurídica.
En la España del siglo XXI se constata cómo su reloj se paró sin pudor y la justicia en temas de género da fe de que sus preceptos residen en ampararlos a ellos y desampararnos a nosotras. Por eso no se trata de cumplir con el guion de acatar y respetar que es de oficio, o indignarse a secas, que sería como entender que la rabia mueve, modifica o cambia un solo renglón del mandato social que hay sobre la mayoría de los hombres y algunas mujeres, allá donde intervengan, ya sea en la justicia, en los hogares o en cualquier trabajo.
El caso de La Manada, desde su origen, tanto por los agresores como por el tribunal, es de manual de primaria.
El comportamiento del patriarcado consiste en administrar una justicia insegura para las mujeres, para que estén siempre con la pata quebrada y en casa y si osaran salir a Sanfermines sin hábito, correctivo al canto. Primero te multipenetro y luego te someto al escarnio público de señalarte como de dudosa moral por no haberte opuesto a que cinco fieras salvajes, con todas las alevosías posibles, te violen con la máxima crudeza tu cuerpo y tu cerebro.
Tan indecente es La Manada como preocupante saber en manos de quiénes está nuestra seguridad jurídica. Esta sentencia y esta libertad provisional son un aviso a las mujeres para que no pisemos sus líneas rojas de la castidad, de la buena madre, buena esposa, buena chica. El avance sin vuelta atrás del feminismo no estaba previsto en su guion y desmonta todos los andamiajes sobre el segundo sexo.
Se van quedando sin herramientas, sin relato para justificar la desigualdad desde lo salarial hasta lo más primario, los colores –el celeste de los niños y el rosita de las niñas– para que no haya duda desde la cuna.
La derrota del patriarcado es indispensable para una democracia. Van dejando llamativas atrocidades en el camino, como esta libertad provisional a modo de provocación. Dice en ella: «Cuidado mujeres con lo que hacéis. Por si tenéis dudas, os soltamos La Manada, para que recuperéis el miedo». Por eso, las mujeres abriremos un frente en los espacios de decisión, para desplazar a todos los rostros maquillados de esta ofensiva patriarcal.
Kechu Aramburu es Profesora. Ex eurodiputada, ex diputada y ex parlamentaria andaluza con IU. Actualmente es independiente.