El colectivismo generalizado en un grado de libertad individual absoluta existe, y se llama Europa del Norte  

por Francisco Villanueva Navas


Reconozco mi admiración desde la adolescencia por los países nórdicos. Desde pequeño oía a mi padre cantar las excelencias de unos países en los que lo público era sagrado dentro de nuestro sistema capitalista fuera del ámbito soviético. Mi admiración creció desde la literatura infantil de Astrid Lindgren hasta los iconos políticos adolescentes como Olof Palme.

Las vacaciones de este verano me han hecho recordar las bondades de los países escandinavos y su Estado del Bienestar robusto, frente a una Rusia decadente en lo público y otra Europa llena de contradicciones, a veces obsesionada con recortar todo lo público cuando el ejemplo del Norte nos marca camino.

¿Puede un sistema capitalista hacer gala de un sistema de prestaciones sociales generoso? ¿Puede una sociedad rica aplicar el principio de igualdad? ¿Puede prosperar el colectivismo donde rige el individualismo? Pues sí. Un buen ejemplo de ello se encuentra en los países nórdicos, donde han encontrado la manera de que se cumpla todo lo anterior. Los sucesivos gobiernos socialdemócratas y la reciente historia ,marcada por la invasión nazi de Dinamarca y Noruega y la previa invasión soviética de Finlandia, dejan un sistema equilibrado de capitalismo ejemplar que a mí me maravilla.

Tuve el placer de compartir acto electoral de las elecciones de Suecia del próximo domingo, con el alcalde de Nynäshamn, hombre afable de vestimenta campestre y bicicleta, y me habló de los puntos básicos de las políticas que desde 1945 ha llevado la socialdemocracia sueca y sus hermanas escandinavas, en la sociedad;

-El modelo escandinavo de bienestar es un término utilizado para describir la forma que Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia e Islandia han escogido para financiar y organizar sus sistemas de seguridad social, servicios de salud y educación.

-Existen muchas razones, pero básicamente estas naciones y sus 25 millones de habitantes ocupan los primeros puestos en materia de innovación y competitividad y esto es consecuencia de un fuerte desarrollo institucional con gobiernos transparentes, bajísima corrupción, fuerte inversión en investigación y altos impuestos que se devuelven a toda la población con educación, protección a la familia, salud gratuita de alta calidad y subsidios a la vivienda para los ciudadanos de menores ingresos.

-Los países nórdicos mantienen un equilibrio entre el colectivismo generalizado y un alto grado de libertad individual. De este modo, en países como Noruega o Suecia, los ciudadanos confían en que sus Estados les ayudarán cuando lo necesiten, y se sienten seguros en sus trabajos, algo que no sucede en otros países. Un aspecto señalado por los investigadores como clave para el funcionamiento del modelo nórdico es la cultura y su engranaje social. Según ellos, el éxito del modelo nórdico no puede ser explicado únicamente en términos de política económica, fórmulas institucionales o buena fortuna. Este modelo tiene unas raíces culturales muy profundas.

-Además del firme compromiso con la igualdad, los investigadores hacen hincapié en el fuerte sentido de la solidaridad, el cual se ve reforzado (y no mermado) por una acusada tendencia hacia el individualismo.

-Existen numerosas ayudas oficiales para las familias con hijos, y son especialmente importantes las ayudas a las mujeres. Dichas ayudas sociales aseguran que los hijos nunca sufran dificultades económicas que no aseguren una igualdad de oportunidades entre todos los niños y niñas. Las ayudas a la infancia y a la familia permiten, según la UNICEF que sólo el 2% de los niños escandinavos vivan en situación de pobreza. Esta situación permite tener una gran seguridad económica en beneficio de los hijos e hijas y permite una gran estabilidad especialmente a las madres, ya que les permite tener tiempo para dedicarse a ellos.

-En los países escandinavos, el estado está envuelto en la organización y financiamiento del bienestar social disponible para los ciudadanos en mayor medida que otros países europeos. Por esta razón el modelo de bienestar es acompañado por un sistema de impuestos que tiene tanto una amplia base tributaria como un sistema de impuestos progresivo dirigido por una redistribución de los ingresos desde los miembros de la sociedad más ricos hasta los más pobres.

El modelo social y económico escandinavo se ha convertido en un ejemplo para todos los países del planeta, y aunque sea complejo de imitar sería realmente importante que tratasen de mirarse en su espejo ya que ha demostrado ser el mejor sistema capitalista conocido, y con sus carencias es capaz de funcionar y generar riqueza y calidad de vida… para todos.

La honradez social, la transparencia y la falta de corrupción hacen que el sistema esté siempre a punto. Es difícil encontrar parados cobrando al hacer chapuzas, empresarios intentando evadir impuestos y comprar políticos. El dolor económico del vecino o amigo es el dolor común. En fin… me sigue pareciendo una estructura de bienestar única en el mundo, tal y como me parecían a los 9 años Pippi Långstrump, y, a los 15, Olof Palme. Y sí, a los que me conocéis bien, a los 18, los eternos ABBA.


Francisco Villanueva Navas es economista y periodista financiero y analista económico de La Mar de Onuba.

En Twitter: @FranciscoVill87
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