El atentado contra niños de agosto en Yemen fue «por error»

La historia no deja de ser dantesca. Hablamos de más de 20 millones de niños muertos, cerca de 11 millones, que actualmente necesitan ayuda humanitaria y cerca de 15 que no cuentan con la asistencia médica básica. Yemen, pasto de la crueldad y de la deshumanización que ahora un mes después, Riad confiesa haber atacado el autobús escolar y reconoce que fue por error. La agonía de los menores que entre escombros y restos del autobús morían sin que sus padres pudieran hacer nada, hoy es noticia de nuevo. Una parada mortal en un mercado que fue atacado sin querer, dicen.

Según apunta Human Rights Watch (HRW) consideran que los futuros ataques mortales contra la población civil seguirán sucediendo, y son los niños los que están en juego. Las dos potencias, Arabia Saudí e Irán siguen con su batalla y ya son cuatro años de conflicto. Asesinatos de civiles, menores muertos mientras van a la escuela y una masacre de la población que agoniza ante la sociedad que calla.

La ONU verifica que muchos atentados pueden considerarse ya crímenes de guerra, y su exigencia pasa de nuevo por el fin del comercio armamentísco con Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí.

Desde que se iniciaran los bombardeos en marzo de 2015 por la coalición saudí han muerto 17.000 civiles y otros 10.000 han resultado heridos. Enfermedades, hambre y desolación. Aministía Internacionalapela a Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, para que deje de ser cómplice de estos hechos.

Sin la venta de armas esto no estaría sucediendo y España ha vendido más de 900 millones de euros a Arabia Saudí. Otros países ya lo han hecho y no es posible que España de prioridad a las armas frente a los derechos humanos.

El gobierno saudí ha comprado cerca de 300 millones de euros en armamento que incluyen aviones de transporte, buques de guerra de Navantia, artillería, drones, granadas de mortero y equipamiento para atacar; España es cómplice como lo es Estados Unidos 7000 millones de dólares con la venta de munición guiada de precisión. Mientras eso sucede, se cometen errores o no, la población muere desolada ante la hambruna y la enfermedad y los niños son los más perjudicados.