
UPTA exige un plan nacional de emprendimiento juvenil.
Desde abril de 2015 se han reducido un 8,6% los autónomos menores de 35 años. En 2015 en Andalucía, este grupo representaba un 23% del RETA; actualmente solo un 18%.
Las mujeres autónomas menores de 35 años apenas representan el 5% del RETA.
Miércoles, 14 de mayo de 2025. El 14 de mayo, la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) ha alertado del preocupante retroceso del autoempleo juvenil en Andalucía durante los últimos diez años. Según los datos difundidos por la organización, desde abril de 2015 se ha perdido un 8,6 % de los autónomos menores de 35 años, lo que se traduce en casi 9.000 jóvenes menos registrados en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).
En 2015, los jóvenes representaban el 23 % del total de afiliaciones al RETA en la comunidad andaluza. Hoy apenas alcanzan el 18 %. El descenso es aún más acusado en el caso de las mujeres: las menores de 35 años apenas representan el 5 % del conjunto de personas autónomas. A juicio de UPTA, estas cifras reflejan una pérdida progresiva del atractivo del autoempleo como vía laboral para las nuevas generaciones.
Pese a la disminución en términos globales, el perfil sectorial del autoempleo juvenil presenta actualmente una diversificación mayor que hace una década. El comercio sigue siendo el principal ámbito de actividad (18 % del total), seguido por las actividades profesionales, científicas y técnicas (11 %), y la hostelería (9 %). Según la organización, esto supone un avance respecto a la fuerte concentración en el sector servicios que se registraba hace diez años.
Desde la aprobación de medidas como la llamada “tarifa plana”, la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven, el programa de Garantía Juvenil o el uso de fondos europeos (como Next Generation EU) para digitalización y autoempleo, los distintos gobiernos han multiplicado las iniciativas dirigidas a la juventud. Pero UPTA denuncia que estos esfuerzos han sido insuficientes: “España no ha contado con una política nacional coherente, estable y específica para el autoempleo juvenil”, sostiene la organización.
Para UPTA, el impacto real de las políticas aplicadas ha sido “muy limitado y totalmente temporal”, con propuestas “diseñadas específicamente para perfiles tecnológicos”, lo que ha dejado fuera a jóvenes con ideas de negocio tradicionales o de economía local.
Ante esta situación, la organización reclama con urgencia al Ministerio de Trabajo y Economía Social y a las Comunidades Autónomas la puesta en marcha de un Plan Nacional de Fomento del Emprendimiento Joven. Un plan que, a juicio de UPTA, debe ser “específico, duradero, estructurado y global”, capaz de generar un entorno favorable que recupere la confianza de la juventud y promueva oportunidades reales y sostenibles para emprender.
Además, la propuesta incluye la necesidad de incentivar fiscalmente a este colectivo, así como de adoptar una mirada territorial para frenar el éxodo juvenil y el abandono de actividades económicas en las zonas rurales.
“No podemos permitirnos perder toda una generación de emprendedores”, ha señalado el presidente de UPTA, Eduardo Abad, quien ha advertido del riesgo de un “abandono inminente de miles de actividades económicas por falta de relevo generacional”. Abad también ha subrayado la gravedad del desinterés institucional por el emprendimiento rural, prácticamente inexistente en buena parte de la llamada “España vaciada”.
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