

Jueves, 10 de octubre de 2024. La estrategia de Pilar Miranda empieza a estar marcada por el enfrentamiento constante con el Gobierno central, su principal arma para desviar la atención de los graves problemas internos de su gestión. La nueva carta, la cuarta ya, enviada al ministro Óscar Puente para exigirle que le reciba como alcaldesa y hablar del AVE y otras infraestructuras, surge justo después del deslucido Pleno municipal de este miércoles, donde no logró la unanimidad esperada para consolidar lo que ha intentado presentar como un “clamor popular”: la presunta Declaración de Huelva como Gran Ciudad. Este concepto, inexistente en el ordenamiento jurídico español, fue planteado para iniciar los trámites que permitirán al Ayuntamiento acogerse al régimen reservado para ciudades con más de 250.000 habitantes o capitales de provincia con más de 175.000. Aunque Miranda obtuvo la mayoría absoluta necesaria para avanzar, la falta de apoyo de los concejales de Vox que posibilitaron su investidura y el voto «crítico» y «vigilante» de los grupos de izquierda muestran que la primera edil popular onubense está lejos de concitar el respaldo absoluto que intenta proyectar.
De forma paralela, mientras se lanza al cuerpo a cuerpo con el Gobierno, ella y su equipo eluden cualquier tipo de explicación sobre el demoledor informe del Ministerio de Hacienda respecto de sus primeros Presupuestos como alcaldesa, que exige fuertes ajustes de hasta 15 millones de euros, según denunció el ex alcalde Gabriel Cruz. El informe completo, revelado este lunes en exclusiva por La Mar de Onuba, pinta un panorama preocupante para las finanzas municipales, pero la respuesta oficial del gobierno local ha sido un atronador silencio, vestido de un lacónico mensaje enviado por WhatsApp: «No se van a hacer valoraciones«. Este rechazo a la transparencia no hace sino subrayar la falta de compromiso del equipo de gobierno con la rendición de cuentas, mientras los onubenses siguen sin respuestas claras sobre el futuro financiero de su ciudad.
Los problemas no cesan. Miranda ha conseguido sacar adelante polémicas subidas de tasas e impuestos, incumpliendo su propia promesa electoral, y lo ha logrado gracias a su negativa a facilitar la participación plena del líder de la oposición, Gabriel Cruz. El socialista, que compagina su cargo de concejal con el de Diputado en el Congreso, ha visto cómo su capacidad de fiscalizar y votar ha sido drásticamente limitada. Miranda se ha negado a cambiar los días de celebración del Pleno para acomodar la agenda de Cruz, o permitir que vote de forma telemática. Esto le ha permitido, dada su ajustada composición, sacar adelante medidas impopulares haciendo uso de su “voto de calidad”, mientras el malestar por las subidas de impuestos y tasas, así como las dudas sobre la solvencia gestora del PP en el Ayuntamiento no dejan de crecer.
En paralelo, la ciudad de Huelva sigue enfrentando sus habituales problemas crónicos, como la deficiente limpieza o el abandono de los barrios más desfavorecidos, que parecen asuntos secundarios para el equipo de gobierno.
En este contexto, la alcaldesa parece más interesada en alimentar su confrontación con el ministro Puente que en ofrecer soluciones reales para los problemas de la ciudad. La situación es cada vez más insostenible, y mientras Miranda se atrinchera en su discurso combativo, el liderazgo que tanto busca consolidar empieza a desvanecerse ante los ojos de las y los onubenses.
Perico Echevarría es editor y director de La Mar de Onuba
@PericoPan
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