Francia: movilización popular reclama la dimisión de Macron y de Barnier

por Julio Feo Zarandieta

 

Domingo, 8 de septiembre de 2024. Al grito de «Barnier dimisión, Macron destitución» y con decenas de pancartas reflejo de la imaginación popular, ciento sesenta mil manifestantes han invadido este sábado 7 de septiembre poco a poco la plaza de la Bastilla en París, al sonar las dos de la tarde.

El desfile ha ido hasta la plaza de la Nación, respondiendo al llamamiento del Nuevo Frente Popular (NFP: Francia insumisa, ecologistas, Partido comunista…), así como de las organizaciones de la juventud, sindicatos estudiantiles, NPA anticapitalistas y otras organizaciones de izquierdas de la sociedad civil, movimiento feminista, planing familiar etc.

La prensa de «prefectura» solo ha contabilizado 26.OOO manifestantes.

Un primer test satisfactorio para la izquierda parlamentaria

Las manifestaciones se han desarrollado en un total de 150 ciudades en Francia. El Partido Socialista de Olivier Faure no ha llamado a la movilización, si bien forma parte del NFP, pues no deseaba asociarse a la demanda de destitución del jefe del Estado. Por su parte las organizaciones sindicales de trabajadores, aunque viendo con buenos ojos esta protesta popular, no hicieron tampoco una llamada nacional, por considerar que su rol es sindical y social, no institucional.

No obstante esas ausencias, Francia insumisa y sus aliados en el NFP han pasado con éxito este primer test de movilización popular, tras el paréntesis veraniego y la tregua anestesiante de los JJOO, impuesta por Macron con su golpe de estado institucional.

En ciertas regiones francesas como en Loire Atlantique, las federaciones sindicales CGT, Solidaires y FSU sí que llamaron a la manifestación contra el autócrata Macron, reclamando el respeto del resultado de las urnas y la designación de Lucie Castets como primera ministra del Nuevo Frente Popular.

Numerosos sindicalistas han participado de forma individual en las manifestaciones, aunque las direcciones nacionales no habían movilizado oficialmente sus tropas, reservándose probablemente para una movilización social posterior más centrada en las reivindicaciones salariales, que forman parte del programa del NFP.

Numerosos jóvenes han participado en la poderosa manifestación parisina, que la prensa de «prefectura» se ha apresurado en minimizar. Un sentimiento unánime se desprende de sus comentarios y de su indignación: «¡Nos han robado las elecciones!» «¿Para qué sirve votar?» Ningún incidente se ha señalado en la manifestación, pues la policía nacional no había recibido en esta ocasión orden de «cercar» a los manifestantes.

Señalemos también en la manifestación parisina una fuerte presencia de banderas palestinas y pancartas denunciando el genocidio en curso en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza, así como la complicidad de Macron en su apoyo incondicional al genocida Netanyahu.

BaRNier la nueva siniestra marioneta de Macron/Le Pen

Las pancartas improvisadas por la gente denuncian con buen sentido de la observación a ese personaje elegido por Macron a su imagen y semejanza, con el consentimiento explícito de Marine Le Pen. Un anciano miembro de ese Partido Republicano que llegó con 5,4 por ciento de votos en cuarta posición en las recientes legislativas.

En Macrolandia, la democracia consiste ahora en una nueva provocación, hacer ganar al perdedor, poniendo como primer ministro a un político que huele a rancia naftalina, salido de las filas de unos de los partidos que perdieron la elección.

Sus afinidades con el RN (Frente Nacional) neofascista en temas como la homosexualidad, el aborto, o la inmigración, han facilitado sin duda la aprobación de Le Pen.

Que Barnier sea un oscuro político europeo neoliberal de los más derechistas (ex ministro de Chirac y Sarkozy) no parece molestar tampoco al RN, convertido como Urban o Meloni a la búsqueda de una Europa neoliberal y fascista.

La oposición de izquierdas en el parlamento ha anunciado ya que pondrá una moción de censura, pero la ultraderecha está dispuesta a salvar por el momento al soldadito de Macron.

La demanda de destitución del jefe del Estado en virtud del artículo 68 de la constitución, no tiene sin embargo posibilidad de prosperar y es puramente simbólica, ya que se requieren dos tercios de la asamblea para aprobarla.

Macron pasa del frente republicano al Frente Nacional (RN)

Francia 7SEP2024, pancartas contra Macron

En la historia de esta moribunda quinta república, Macron pasará a la historia por haber sido el sepulturero del denominado frente republicano, o cordón sanitario contra la ultraderecha del RN.

Pisoteando el resultado electoral de las recientes elecciones legislativas, en donde quince millones de franceses votaron contra su programa antisocial y contra la ultraderecha, Macron se afirma presidente del CAC 40, para impedir el programa mínimo del Nuevo Frente Popular, que va del aumento del salario mínimo a 1600 euros, a la abrogación de la ley de pensiones, o la defensa y refuerzo de los servicios públicos en Francia, y muchas otras medidas ecológicas y sociales.

Rechazando el nombramiento de Lucie Castets como primera ministra de la coalición política que llegó en cabeza en las elecciones legislativas, Macron se ridiculiza ante la opinión pública francesa e internacional, y entierra para siempre ese frente republicano que el mismo ha traicionado una y otra vez.

La clarificación que Macron pretendía buscar, ha llegado, pero no como él la esperaba. El electorado de izquierdas está entendiendo por fin que Macron ha resucitado en este país una especie de nauseabundo frente Versallés, entre derecha y neofascistas, contra las clases populares, para impedir que la izquierda parlamentaria pueda aplicar su programa.

El desprecio y la arrogancia de clase de Macron contra «los que no son nada, los sin dientes» en la terminología de su amigo François Hollande, o «los de abajo» como ahora les denomina Barnier, son el denominador común de esa elite neoliberal que se ha radicalizado aliándose al neofascismo para impedir simplemente un más justo reparto de la riqueza nacional en el país y en Europa.

Si Macron no cede en el parlamento sostenido por la ultraderecha, no habrá otra vía posible que buscar con la movilización popular su destitución. La movilización de este 7 de septiembre no es más que un primer paso en esa dirección.

Julio Feo Zarandieta es periodista profesional en Francia desde 1976. Ha trabajado durante 35 años como periodista (Responsable de edición y critico de cine) en el servicio en castellano de Radio Francia Internacional. También como corresponsal en Paris de diversos diarios y semanarios españoles y critico en Cine Classics (canal plus). Jubilado desde el 2013, escribe ahora en Periodistas en español y en Aquí Madrid. Miembro del Sindicato Francés de la critica de cine y de Fipresci, ha cubierto numerosos festivales de cine internacionales, muy especialmente Cannes y San Sebastián. Militante antifranquista en los años sesenta, reside en Francia desde 1974, fecha en que le acordaron el asilo político. Hoy en día dispone de la doble nacionalidad hispano francesa.

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