Martes, 17 de diciembre de 2024. La localidad onubense de Valdelamusa ha protagonizado este martes una nueva acción de protesta contra la construcción de la mayor balsa de residuos de Europa proyectada por la empresa MATSA. La iniciativa vecinal ha estado marcada por la entrega de más de 5.000 firmas en la Diputación de Huelva, una acción que busca presionar a las administraciones para que tomen una posición clara frente al proyecto.
La entrega de firmas se enmarca en una campaña de movilización creciente que denuncia el silencio de las autoridades públicas y de los responsables políticos. Los convocantes critican que, pese a la magnitud del problema, ni los ayuntamientos implicados (Cortegana, El Cerro de Andévalo y Almonaster la Real), ni la Diputación de Huelva, ni el Parlamento de Andalucía han abordado la situación en sus plenos. Consideran especialmente preocupante la ausencia de respuestas por parte de la Diputación y la Junta de Andalucía, instituciones que tienen competencias directas en la gestión de los recursos naturales de la provincia.
El principal motivo de la protesta es la construcción de una balsa de residuos de 15 millones de metros cúbicos, sostenida por un dique de 30 metros de altura, que será utilizada para almacenar residuos cancerígenos. Los vecinos denuncian que esta infraestructura quedará de forma permanente en su territorio, contaminando de forma indefinida, mientras que el uso previsto para la empresa MATSA no superará los 15 años. «Quieren hipotecar nuestras vidas para siempre a cambio de 15 años de uso», critican los manifestantes.
El comunicado de la plataforma vecinal subraya que la balsa no solo afectará al municipio de Valdelamusa, sino también a los términos municipales de Cortegana, El Cerro de Andévalo y Almonaster la Real, además de impactar sobre una carretera de la Diputación de Huelva, arroyos, caminos públicos y una línea de tren que depende del Gobierno central. La comunidad también critica que la empresa MATSA pretenda traer a esta balsa residuos de otras explotaciones mineras, convirtiendo el territorio en un «estercolero» para los desechos de otras minas.
«Queremos que nos dejen vivir donde vivimos», señalan los vecinos, quienes aseguran que no están en contra de la actividad minera, pero sí de la forma en que se pretende gestionar los residuos. La acción ha contado con el respaldo de sindicatos como UGT y CCOO, así como de trabajadores de la propia MATSA, ingenieros químicos, arquitectos, abogados, profesores universitarios y diversas figuras de la sociedad civil. La unidad de fuerzas sociales ha fortalecido la protesta, que no cesará hasta lograr una respuesta de las instituciones.
En su comunicación, la plataforma vecinal denuncia también el rol de los responsables de la empresa MATSA, a quienes acusan de planificar su retirada una vez agotados los recursos de la mina. «Ellos se irán a Australia, Madrid o al País Vasco a criar a sus hijos en urbanizaciones de lujo, mientras la balsa se queda aquí contaminando», denuncian los vecinos, en una crítica directa a la lógica extractivista que, aseguran, solo beneficia a unos pocos.
Ante esta situación, la plataforma ha solicitado reuniones con el presidente de la Diputación de Huelva, los grupos políticos representados en dicha institución y el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en la provincia. Los manifestantes exigen que se escuchen sus demandas y que se ponga freno a la ejecución de un proyecto que califican como «el mayor problema generado por la minería en Huelva en los últimos veinte años».
La movilización no se detendrá aquí. Los organizadores han anunciado nuevas acciones para las próximas semanas con el objetivo de visibilizar su lucha y aumentar la presión sobre las instituciones. El objetivo, según los portavoces de la plataforma, es claro: evitar que Valdelamusa se convierta en el «vertedero minero» de MATSA y de las explotaciones de otras minas.
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