Putin se beneficia de las sanciones contra Rusia y su partido de extrema derecha se dispara en las encuestas

por Francisco Villanueva

 

Viernes, 6 de mayo de 2022. Ganancias y réditos es lo que de momento recoge Rusia Unida, el partido que nació tras la caída de Boris Yeltsin y con el empuje de Vladimir Putin, que se situaba nítidamente en la derecha y se codeaba como invitado en la internacional conservadora, pero que tras las tres décadas en el poder, roza la ideología de extrema derecha tan en boga en EEUU y en la Unión Europea, y todos sus líderes adoraban la figura de Putin. Pues según los sondeos de opinión que llegan mediante la prensa digital, Rusia Unida crece en intención de voto y en número de escaños en la Duma: más del 65% de los votos y dos tercios del parlamento. Nos parece increíble, pero todo apunta a que es una realidad y un fenómeno social.

Además la subida en el precio de los combustibles favorece las finanzas de Rusia. Los riesgos que está corriendo Alemania y el temor a una recesión global.

Janet Yellen, Secretaria del Tesoro de EE.UU., advirtió que el embargo completo de la energía rusa por parte de Europa “…aumentaría claramente los precios globales de petróleo y gas, y tendría un impacto dañino en la Unión Europea y en otras partes del mundo”.

Al mismo tiempo, la funcionaria norteamericana señaló que esa medida no afectaría negativamente a Rusia que, por el contrario, se beneficiaría con los mayores precios internacionales. El riesgo que preocupa a Janet Yellen, en una modo ironía, es lo que efectivamente ha ocurrido. El rublo se devaluó 45% respecto al dólar en la primera semana de marzo (1 dólar eran 150 rublos) debido a que EE.UU., la Unión Europea (UE), y el Reino Unido congelaron más de un tercio de sus reservas (300.000 millones de dólares), que ascendían en ese momento a 648.000 millones, y que son las séptimas del mundo en orden de importancia.

Luego, en la última semana de marzo, el rublo se recuperó más de 50%, y alcanzó una cotización de 1 dólar por 81,7 rublos, que era la misma que tenía el 23 de febrero, el día previo a la invasión de Ucrania resuelta por el presidente Vladimir Putin.

Esta extraordinaria recuperación macroeconómica respondió a las siguientes razones: en primer lugar, un drástico control de cambios resuelto de inmediato por el gobierno ruso ante las sanciones internacionales, acompañado por una duplicación de la tasa de interés fijada por el Banco Central, que alcanzó 20% anual.

Pero la causa de fondo, de tipo estructural, de este fenomenal acontecimiento, se debió a que el precio del petróleo alcanzó a 118 dólares por barril como consecuencia de los castigos internacionales impuestos a Rusia. El resultado fue que la Federación Rusa experimentó entonces los mejores términos de intercambio de su historia, con un superávit de cuenta corriente este año de 250.000 millones (Instituto de Finanzas Internacionales/IIF), mientras que alcanzó a 120.000 millones de dólares el año pasado. En otros términos, las sanciones internacionales virtualmente duplicaron la brecha positiva de la cuenta corriente rusa.

Rusia es el principal productor mundial de energía, produjo 12 millones de barriles diarios en 2021, y de ellos exporta 8,5 millones de barriles por día. Se puede afirmar en síntesis sin temor a hipérbole que Rusia ha sido el país más beneficiado por las sanciones internacionales que le ha infligido EE.UU. y sus aliados. La historia tiene, aparte de sus aspectos trágicos, un contenido hondamente irónico, quizás porque es una “hazaña de la libertad” que quiebra siempre los límites que se le imponen.

El Bundesbank señaló la misma semana que Yellen que la prohibición de importar gas ruso reduciría en más de 5 puntos el producto de la República Federal (4,5 billones/5% del PIB global), que es el cuarto del mundo, e implica una pérdida de más de 190.000 millones de dólares en 2022.

Alemania depende en más de 60% del gas ruso, y su industria manufacturera, que es la tercera del sistema global, consume más de un tercio de ese total. En suma, la provisión de gas ruso es un componente fundamental de la competitividad alemana en el mundo. El Bundesbank afirma también que la pérdida del gas ruso agregaría 1,5 puntos porcentuales en la tasa de inflación de la República Federal, que ascendió a 8% anual en marzo de este año, el nivel más elevado desde la reunificación de 1991.

Lo que hay que tener presente es que la estimación del Bundesbank de la pérdida del gas ruso forzaría una contracción de 2% anual en una recesión que arrastraría por necesidad a toda Europa. Por su parte, el operativo de cerco y aniquilamiento que lleva a cabo el ejército ruso sobre las fuerzas de elite ucranianas en el Sudeste del país, se ha convertido en la batalla decisiva de la guerra, en la que se alcanzaría una resolución en las próximas 3/4 semanas. Por todo esto, es que quizás el primer ministro británico Boris Johnson ha admitido que hay una “alta probabilidad” de que Rusia gane en definitiva la guerra.

El conflicto ucraniano se ha convertido en una guerra prolongada de carácter global que EE.UU. ejecuta contra Rusia a la cabeza de Occidente, y a través de la OTAN. Esto ocurre cuando el comandante en jefe de las FF.AA. estadounidenses, el presidente Joe Biden, cuenta con 39% de respaldo en la opinión pública, y 60% de rechazo. Por eso no es extraño que más de 70% de los estadounidenses, lo que abarca tanto a demócratas como a republicanos, considere que el rumbo del país con el actual mandatario está profundamente equivocado.

La batalla que se desarrolla en este momento en el Sudeste de Ucrania es un punto de inflexión en la historia de Europa y el mundo; y esto sucede cuando se aproximan las elecciones de medio término en EE.UU. que la totalidad de las encuestas indican que implicarían la pérdida de las dos cámaras del Congreso para los demócratas y el presidente Biden.

La historia, en síntesis, se acelera, y adquiere un carácter de salto cualitativo, de ruptura y búsqueda abrupta de lo nuevo; y esto sucede tanto en el Sudeste de Ucrania como en Washington Distrito Federal. El año 2022 se convierte así en uno de los años decisivos de la historia del siglo.

Francisco Villanueva Navas, analista de La Mar de Onuba, es economista y periodista financiero
@FranciscoVill87

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