Vox exige un adelanto electoral en Andalucía y avisa que no negociará los presupuestos con el PP

Imagen : Vox España (Fuente: Flickr)
por Juan Francisco Albert

 

Jueves, 29 de julio de 2021. La tensión entre Vox y el Partido Popular sigue creciendo en un mar de altibajos desde que Vox consiguiera representación parlamentaria en 2018. Posteriormente, con motivo de la moción de censura presentada por Vox en 2020, esta relación empeoró considerablemente tras el discurso de Pablo Casado atacando a la formación liderada por Santiago Abascal.

Ahora, el fuego causado en Ceuta a raíz del nombramiento de Abascal como “persona non grata” gracias a la abstención del PP en la votación amenaza con convertirse en un incendio que rompa los denostados puentes entre ambas fuerzas políticas.

A los avisos que estos días han dado distintos líderes de Vox como Jorge Buxadé, diciendo que dejarían de apoyar al Partido Popular, se ha sumado la secretaria general del grupo parlamentario de Vox en el Congreso, y siempre mediática, Macarena Olona.

La líder ultraderechista ha exigido un adelanto electoral en Andalucía al entender que Juanma Moreno, el presidente de la comunidad autónoma, “está fiando la suerte de todos los andaluces a un partido que si ha demostrado algo es que no es fiable, como Ciudadanos, que ha entregado hace escasos días la Alcaldía de Granada al PSOE”.

Olona ha declarado además que, de ahora en adelante, su formación votará las propuestas del ejecutivo Andaluz dependiendo de su conveniencia en el momento, pero asegurando que Vox no negociará ninguna propuesta anteriormente acordada, incluyendo los presupuestos, clave para la continuidad del actual acuerdo entre PP y Vox y, por ende, de la legislatura.

Esto suma un aire de incertidumbre al bipartito andaluz conformado por PP y Cs, que necesita a Vox para aprobar sus propuestas y los presupuestos de este año.

¿Un fuego intencionadamente avivado?

Parece que la intención de elevar este conflicto entre las derechas no es solo una mera coincidencia, sino que puede deberse al devenir de los sondeos.

Las últimas encuestas marcan una tendencia clara, con una gran victoria del PP que se convertiría en primera fuerza y una reducción de escaños del resto de partidos de ámbito estatal. Estas encuestas de intención de voto pronostican que una mayoría entre PP y Vox sería posible, eso sí, con Vox como socio muy minoritario.

Según GAD3, de producirse hoy las elecciones generales, el PP sería la primera fuerza pudiendo sumar hasta 139 escaños.

Este aumento del voto a los populares roba votos tanto del PSOE (que bajaría a los 101 escaños) como de Vox. Por primera vez desde su entrada las instituciones, Vox sufriría un serio varapalo, perdiendo 15 diputados y bajando de los 52 actuales a los 37, una tendencia que se lleva viendo desde que Isabel Díaz Ayuso ganara las elecciones madrileñas en mayo.

Dado que la mayoría de las encuestas advierten efectos similares, es posible que Vox esté provocando un conflicto como el de la posibilidad de un adelanto electoral en Andalucía para reclamar un espacio y perfil propio que le devuelva como opción ante su electorado.

Esto explicaría también la actuación de ambos partidos: el PP intenta calmar este enfrentamiento, minimizando los exabruptos de la formación ultraderechista, mientras que Vox señala directamente al PP como aliados de su “demonización” y le exigen una rectificación para restablecer las relaciones.

El futuro del gobierno andaluz

Actualmente el bipartido andaluz conformado por PP y Cs se sostiene en un pacto tácito con Vox. Aunque este pacto excluye al partido de Abascal de las instituciones, a su vez la hace cooperador necesario de todo lo que pasa para lograr la mayoría absoluta contra la izquierda.

Además, Vox ha sacado jugosas tajadas como financiación para grupos antiabortistas de corte ultracatólico o el desarrollo de medidas ideológicas afines a la formación.

Pese a esto, la amenaza de dejar de apoyar al ejecutivo ha sido una constante y las relaciones están ahora muy tensionadas.

Desde el ejecutivo andaluz han pedido “aislar Andalucía” del ruido que está generando el conflicto entre ambos partidos a nivel estatal, convirtiéndolo en una isla donde el pacto entre PP y Cs, basado en la confianza, siga funcionando. También han reclamado a Vox que no rompa el acuerdo y entorpezca el camino de los “gobiernos de la libertad” provocando un adelanto electoral en Andalucía.

Sin Vox, desde luego, el ejecutivo de Juanma Moreno lo tendría bastante difícil para aprobar casi cualquier medida (que requerirían de una negociación con el PSOE o Unidas Podemos) y de los presupuestos, un tema que, aunque importante, no es definitivo, ya que Juanma Moreno consiguió aprobar presupuestos propios, por lo que simplemente podría prorrogar los anteriores.

Pero un cuarto actor se ha sumado inesperadamente: Juan Espadas, el nuevo líder del PSOE-A, que ha destronado a Susana Díaz.

El socialista ha declarado que es una vergüenza que la estabilidad dependa de Vox, “un partido que no se adapta al carácter de Andalucía ni de sus gentes”, por lo que ha ofrecido su cooperación para ofrecer estabilidad al ejecutivo, retomando el legado pactista del bipartidismo.

Un plan que, de ejecutarse, dejaría fuera del tablero a la formación ultraderechista en Andalucía y sería toda una sorpresa en un momento donde la polarización y la crispación política se encuentra en un punto álgido.

Juan Francisco Albert es Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.

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