Jueves, 21 de marzo de 2024. El pasado año 2023 se cerró con la pérdida de 58 mujeres víctimas de la lacra de la violencia machista. 2024 contabiliza ya 6 víctimas mortales por violencia de género, a manos de sus parejas o ex parejas, de las cuales 2 de ellas han sido en Andalucía. La cifra de feminicidios asciende a 1.247 desde 2003. Tan solo 21 años en los que 1.247 vidas de mujeres fueron arrebatadas por las cruentas manos de sus parejas o ex parejas.
La violencia machista se ceba especialmente durante los meses de mayo a septiembre, alcanzando una media de 118 asesinatos. El 62% de las mujeres asesinadas por sus parejas tenían edades entre 31 y 50 años. Desgraciadamente, hay que lamentar dos nuevos casos sucedidos el pasado domingo 17 de marzo en apenas 24 horas.
El primero de ellos en Pizarra, Málaga una mujer de 49 años fue asesinada a manos de su ex pareja, con el que llevaba 20 años separados y se habían iniciados ya los trámites del divorcio. No constaban denuncias previas. Su ex pareja la mató en plena calle, con un arma de fuego. Posteriormente se suicidó. Este crimen machista ha dejado huérfanos a dos hijos de 16 y 23 años.
Ese mismo día 17 de marzo, se conocía otro caso de violencia de vicaria. El agresor mató a sus dos hijas de 2 y 4 años con veneno en la provincia de Almería. La madre, Alina de 23 años tras años de violencia continuada se separó de su maltratador, y se interpuso una denuncia y una orden de alejamiento por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Almería. No obstante, continuó el régimen de visitas. Un domingo como otro cualquiera en el que Alina se disponía a recoger a sus hijas, se encontró el cruel escenario, en el que ellas yacían muertas por veneno servido de su ex pareja. Agresor que tomó el mismo veneno esa misma noche.
No debemos pasar por encima el lugar donde se produjo este cruel acto. Alboloduy un pequeño pueblo de la provincia de Almería.
Los medios rurales cuentan con una falta de recursos en la lucha contra la violencia de género. En el pasado 2022, una de cada cuatro mujeres víctimas de violencia de género a manos de su pareja o ex pareja, vivían en poblaciones con menos de 4.000 habitantes. Estas mujeres que viven en pueblos pequeños, en el caso en que se atrevan a interponer una denuncia, tardan más del doble en comparación que en los núcleos urbanos.
Los recursos se encuentran centralizados, dificultando a las víctimas el apoyo. Por ejemplo, como en el caso de la inexistencia de cuarteles, haciendo necesario el desplazamiento de estas mujeres, que en muchos casos no cuentan con vehículos.
Estas mujeres se enfrentan igualmente, ante el estigma social mucho más marcado de las zonas rurales al qué dirán, de la falta de anonimato y el miedo a ser señaladas y juzgadas, frente a un maltratador considerado como un hijo más del pueblo. De esta forma, son las que más viven la violencia machista en silencio y con menos recursos donde acudir.
Hay que señalar también que, desde enero de 2013 hasta 2024, 54 menores han sido víctimas mortales de violencia vicaria en España.
La violencia vicaria es aquella que tiene como fin dar muerte en vida a las mujeres con el asesinato de sus hijos e hijas. No se debe olvidar que la Violencia Vicaria es Violencia de Género, y es una de sus manifestaciones más crueles.
La violencia vicaria es cómplice de una sociedad que mira hacia otro lado en la denuncia pública de la violencia de género, que cuestiona la palabra de las víctimas y que permite discursos negacionistas. La violencia vicaria es la que se esconde detrás de “te daré donde más te duela”, “no las vas a volver a ver”, “te los voy a quitar y voy a hacer que te odien”. Palabras de un agresor que condena en vida a las mujeres.
Mujeres con nombres y apellidos. Mujeres madres e hijas. Mujeres a las que se les ha arrebatado la vida, a manos de una violencia machista perpetrada por la acción un hombre que se cree su dueño, que la mató porque era suya.
FUENTE: UGT Andalucía
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