Históricamente, el mar ha sido el gran proveedor económico de los pueblos de las regiones costeras a través de distintas actividades. En particular, la pesca ha sido la actividad económica primordial, al proveer de alimento a la población y de una fuente de ingresos a través de su comercialización.
Hoy por hoy, la pesca no pasa en Europa por su mejor momento. La razón de su crisis se debe a diversos factores:
- El incremento de los precios del gasoil.
- Las ayudas de la Unión Europea para el desguace de barcos.
- El envejecimiento de los pescadores.
Este último puede ser considerado el punto clave en este declive, y también el más preocupante, ya que se estima que más de un tercio de los marineros españoles tiene más de 50 años.
El problema está en que no hay relevo generacional en el sector pesquero. Los jóvenes prefieren otros empleos con menor carga de trabajo y sin incertidumbre salarial (los pescadores obtienen sus ganancias en función del valor de sus capturas).
Crisis y sostenibilidad
Las medidas políticas que se imponen desde la Unión Europea en materia de pesca no suelen ser bien acogidas por los pescadores, ya que generalmente implican menos días de trabajo y reducciones cada vez mayores en el volumen de captura de ciertos productos.
Pese a todo, esas medidas son necesarias para hacer sostenible la explotación de los caladeros, ya que se ha constatado una disminución en las capturas de algunas especies (merluza, por ejemplo).
La crisis socioeconómica y medioambiental que vive el sector pesquero en el litoral mediterráneo conlleva que desde las distintas administraciones (locales, regionales, estatales y europeas) se busque fomentar la sostenibilidad de la pesca con el fin de garantizar su permanencia en el tiempo.
Faros, lonjas y puertos: el turismo marinero
El turismo marinero se ajusta bien a esta óptica. Se trata de un tipo de turismo que engloba una gran variedad de actividades, entre otras:
- Pesca-turismo.
- Visitas a faros, lonjas, instalaciones portuarias.
- Asistencia a la subasta del pescado.
- Talleres de nudos marineros.
- Degustaciones gastronómicas.
Estas actividades son amigables con el entorno, ofrecen una alternativa al turismo tradicional de sol y playa y, salvo la pesca-turismo, están pensadas para todas las edades.
Además, son una oportunidad para desestacionalizar la actividad turística, que hasta ahora ha estado concentrada en los meses de julio y agosto principalmente.
Pescadores por un día
En la pesca-turismo, los visitantes acompañan a los pescadores durante su jornada laboral. Esta actividad se ha constituido como una oportunidad para los propietarios de las embarcaciones de recibir una contraprestación económica extra y valorizar y promocionar su trabajo, que suele ser desconocido para quienes viven lejos de la costa.
Su instauración en diversos países europeos, entre ellos España, ha obligado a adaptar la normativa legal con el fin de que los turistas puedan embarcarse a ver cómo faenan los pescadores.
Con una pequeña ayuda por parte de todos
Para el desarrollo del turismo marinero ha sido indispensable la participación de los Grupos de Acción Local Pesquera (GALP), entidades compuestas por actores sociales, económicos e institucionales de un territorio costero. Su objetivo fundamental es alcanzar la sostenibilidad mediante iniciativas que fomenten la puesta en valor de la cultura marinera.
Estas asociaciones han impulsado la remodelación de instalaciones portuarias, como lonjas o varaderos, con el fin de adaptarlos a la actividad turística. Son numerosas las empresas de turismo marinero que solicitan ayudas a los GALP para comenzar a desarrollar su actividad.
Más específicamente, en Murcia han adaptado una embarcación para contemplar la faena de los pescadores en el Mar Menor.
Otra actividad que ofrecen las cofradías de pescadores son la visitas de colegios e institutos a las instalaciones portuarias. Con ello se muestra a los jóvenes el trabajo de los pescadores: desde el desembarco del pescado hasta la subasta de los productos, o cómo reparan las redes de pesca o las embarcaciones que están en el varadero.
Hay futuro en el turismo marinero sostenible
Al existir un mercado turístico que demanda más actividades experienciales y singulares, el turismo marinero ocupa una posición privilegiada como oportunidad de negocio.
En numerosas zonas costeras comienza a verse esta modalidad turística como una ocasión para innovar en su oferta y aumentar su competitividad frente a otros destinos. Además, contribuye a la preservación de los recursos naturales y los elementos patrimoniales, materiales e inmateriales, ligados a la pesca.
Por último, se trata de un turismo muy específico, de participación limitada y no masiva. Por esto, cabe suponer que la necesidad de garantizar el distanciamiento físico a raíz de la pandemia aumentará la demanda de productos turísticos alternativos como el turismo marinero.
Ramón García Marín, Profesor Titular de Universidad, Área de Geografía Humana, Universidad de Murcia. Licenciado en Geografía (1999-2004), Premio Extraordinario de Licenciatura por la Universidad de Murcia, y Primer Premio Nacional Fin de Estudios Universitarios (Ministerio de Educación, 2005). Es Doctor en Geografía (2008) por la misma Universidad, con calificación sobresaliente cum laude y Premio Extraordinario de Doctorado.
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