Ruanda recorre el camino de la curación tras el genocidio de 1994

Ruanda Kigali 30 aniversario genocidio ©Kwibuka30

Lunes, 8 de marzo de 21024. La ciudadanía de Ruanda guardó un minuto de silencio este domingo 7 de abril 2024, en memoria del más de un millón de personas, en su mayoría tutsis, que fueron asesinadas sistemáticamente en los cien días de atrocidades que tuvieron lugar entre abril y julio de 1994 en el país, informa Aimable Twahirwa (IPS) desde Kigali.

La conmemoración del treinta aniversario del genocidio ruandés de 1994 contra los tutsis levantó levantó el telón de un periodo de recuerdo de tres meses en este pequeño país de África centro-oriental sin salida al mar.

Al acto asistieron jefes de Estado y de gobierno, entre ellos el expresidente estadounidense Bill Clinton y el expresidente francés Nicolas Sarkozy, así como otros invitados que depositaron coronas de flores en el monumento conmemorativo el mismo domingo 7 de abril.

El genocidio cometido por extremistas hutus se cobró la vida de al menos 1.074.017 personas, en su mayoría de etnia tutsi. La matanza comenzó inmediatamente después de que un avión en el que viajaban el expresidente ruandés Juvenal Habyarimana y su homólogo burundés, Cyprien Ntaryamira, fuera derribado sobre la capital ruandesa, Kigali, el 6 de abril de 1994.

La conmemoración se celebra cada año del 7 de abril al 4 de julio, en consonancia con el periodo del genocidio, perpetrado por la mayoría hutu.

La conmemoración, denominada Kwibuka (recordar, en lengua kinyarwanda, la principal de Ruanda), comenzó con la colocación de coronas de flores en el Monumento Conmemorativo del Genocidio de Kigali, lugar de descanso final de más de 250.000 víctimas del genocidio, seguida de una ceremonia conmemorativa.

Marie Louise Ayinkamiye, superviviente del genocidio, tenía once años cuando se produjo y vivía en la aldea de Nyange, al oeste de Ruanda. Dijo que el impacto del genocidio continúa mucho después de que la matanza haya terminado. Ahora, los supervivientes sacan a relucir su resistencia interior y afrontan los retos de la vida con valentía y determinación.

«Mi hijo mayor tiene la misma edad que yo tenía durante el genocidio… Nací y crecí sufriendo discriminación por mi origen étnico. Ahora, treinta años después, la vida en Ruanda es muy diferente», dijo esta madre de cinco hijos a los presentes en el Kigali Arena.

Mientras Ruanda conmemora el treinta aniversario del Genocidio, las autoridades hacen hincapié en la necesidad de proporcionar a los supervivientes estrategias que les ayuden a recorrer el camino de la curación, fomentar la resiliencia y recrear un futuro mejor para los niños y las generaciones venideras.

El presidente de Ruanda, Paul Kagame, dijo a cientos de personas, entre ellas altos funcionarios y delegaciones de varios países que acudieron a observar la ceremonia, que solo una nueva generación de jóvenes tiene la capacidad de renovar y redimir a una nación tras un genocidio.

«Nuestro trabajo era proporcionarles el espacio y las herramientas para romper el ciclo… y lo han hecho», afirmó Kagame.
«Nuestros jóvenes son los guardianes de nuestro futuro y los cimientos de nuestra unidad, con una mentalidad totalmente distinta a la de la generación anterior», afirmó Kagame.

El último gubernamental Barómetro de la Reconciliación de Ruanda muestra que el estado de la reconciliación en Ruanda pasó de 82,3 por ciento en 2010 a 92,5 por ciento en 2015 y a 94,7 por ciento en 2020.

Otro factor que los barómetros de la reconciliación presentan como un obstáculo para la reconciliación es el hecho de que algunos ruandeses siguen viéndose a sí mismos y a los demás a través de miradas étnicas.

Los ruandeses, según el barómetro, se sienten apegados a su identidad nacional, lo que haría muy posible la reconciliación, ya que significaría que han superado las tendencias a asociarse a sí mismos y a los demás con identidades étnicas específicas.

Sin embargo, muchos de los encuestados confesaron que, si no se tiene cuidado, la ideología del genocidio podría seguir difundiéndose entre los jóvenes y crear un ambiente propicio para que vuelva a producirse un genocidio.

De acuerdo a las conclusiones de la Comisión Nacional para la Unidad y la Reconciliación, creada en 1999, algunas de estas personas con «ideología genocida» saben que el gobierno no apoya estas prácticas divisoria.

Por esa causa, precisa, esas personas ocultan sus sentimientos pero siguen viviendo divididos, por lo que todos los actores tienen que seguir comprometiéndose más con la unidad y la reconciliación.

El presidente ruandés observó que son todos los ruandeses quienes han vencido al miedo.

Nada puede ser peor que lo que ya hemos vivido. Esta es una nación de catorce millones de personas que está dispuesta a enfrentarse a cualquier intento de hacernos retroceder, afirmó el líder ruandés.

Las últimas estimaciones de Nunca Más Ruanda, una de las organizaciones no gubernamentales locales que trabajan para fomentar la confianza y promover la curación de traumas y la prevención del genocidio, muestran que persisten la desconfianza social, la sospecha y los temores derivados de las heridas relacionadas directa e indirectamente con el genocidio contra los tutsis en Ruanda.

La organización señala que, aunque Ruanda ha logrado importantes avances en materia de desarrollo y estabilidad desde el genocidio, los esfuerzos por alcanzar una paz sostenible a largo plazo deben tener en cuenta la presencia de traumas en la sociedad ruandesa y tratar de repararlos.

La encuesta integral de salud mental de Ruanda de 2018, elaborada por el Centro Biomédico de Ruanda, muestra que alrededor de 28 por ciento de los supervivientes del genocidio declararon síntomas de trastorno de estrés postraumático, en comparación con 3,6 por ciento de la población general.

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