Numerosos colectivos sociales han convocado una huelga a nivel mundial por la emergencia climática. La huelga está precedida de una semana de lucha que arrancó el pasado viernes. Cada día van a llevarse a cabo diversas actividades y movilizaciones en todos los territorios del Estado y en el ámbito internacional. Más de 300 organizaciones se han sumado a las reivindicaciones que tendrán actos en cerca de cien ciudades españolas y en más de 1.600 lugares del mundo.
Los recientes informes sobre el estado de la biodiversidad y sobre el calentamiento global de 1,5º C, alertan del deterioro de un gran número de ecosistemas, tanto terrestres como marinos, así como a la extinción de un millón de especies que se encuentran gravemente amenazadas por la actividad humana. Se está al borde de un punto de no retorno frente al cambio climático. Una crisis climática que es consecuencia de un modelo de producción y consumo que ha demostrado ser inapropiado para satisfacer las necesidades de muchas personas, que pone en riesgo nuestra supervivencia e impacta de manera injusta, especialmente en las poblaciones más pobres y vulnerables del mundo. No responder con suficiente rapidez y contundencia a la emergencia ecológica y crisis civilizatoria (estamos asistiendo al agotamiento de un modelo de organización económica, productiva y social), que supondría la muerte de millones de personas, además de la extinción irreemplazable de especies imprescindibles para la vida en la Tierra. Así comienza el Manifiesto: 27 de Septiembre Huelga Mundial por el clima.
Estamos viviendo una emergencia climática. Los modelos de producción, de consumo y de relación con el medio ambiente, han herido casi mortalmente al ecosistema, acercándonos a un punto de no retorno. El cambio climático se está acelerando y las consecuencias son más que visibles: sequías, inundaciones e incendios incontrolables. Cada vez se hace más evidente la relación entre el cambio climático y la destrucción del planeta. Inspirada en la acción de Greta Thunberg cuando, en agosto de 2018, decidió sentarse cada día ante el Parlamento sueco con una pancarta, y consciente su generación de que puede ver el principio del fin del planeta tal y como lo conocemos, diversos colectivos juveniles se han organizado bajo el lema «No existe un planeta B», impulsando esta huelga mundial por la emergencia climática. El tiempo se acaba.
Este 20 de septiembre, millones de estudiantes de todo el mundo se echaron a la calle en una huelga global por el clima con motivo de la Cumbre sobre la Acción Climática que tendrá lugar el día 23 en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. El objetivo de los jóvenes es llamar la atención sobre las consecuencias del cambio climático y exigir cambios urgentes a los gobiernos. El movimiento de activismo estudiantil, ha calado tan hondo en la sociedad occidental, que hoy logra estar presente en casi en todas las causas: Madres por el Clima, Fridays for Future, Alianza por el Clima, entre otras iniciativas, son organizaciones que se suman a la lucha por un mundo sostenible.
El agitar las alas de un insecto que provoca inundaciones en el otro extremo del mundo, dejó de ser una metáfora. Lo sabemos en España: inundaciones en Levante, una enorme y preocupante pérdida de biodiversidad o incluso las modificaciones en los flujos migratorios, se deben al cambio climático. Un viaje, sin aparente retorno, que hemos iniciado como especie y en el que hemos embarcado al planeta entero. «Pero, como tantas cosas, no es un viaje para todos igual: los hay de primera, de segunda y tercera clase y hasta polizones ocultos».
Estamos en camino de perder una de cada ocho especies que habitan el planeta, o lo que es lo mismo, alrededor de un millón de especies en las próximas décadas (10% de insectos y 25% de otros animales y plantas). Esta es una de las conclusiones más alarmantes del primer informe sobre la situación de la biodiversidad global y de 18 tipos de contribuciones básicas que la naturaleza ofrece a la sociedad y el bienestar humano.
En Europa y Norteamérica han desaparecido hasta la mitad de las aves más comunes en las últimas décadas. El descenso es generalizado en casi todas las familias, dándose en casi el 60% de las especies. Pero es entre los paséridos (gorriones), aláudidos (alondras) y estúrnidos (estorninos) donde la desaparición llega hasta el 75%. «Esperábamos ver un declive continuado en las especies amenazadas», dice el investigador del laboratorio de ornitología de la Universidad Cornell (EEUU), «pero, por primera vez, los resultados muestran pérdidas generalizadas entre las aves más comunes de todos los hábitats».
La crisis climática no permite más dilación. Hay que actuar con una respuesta urgente, común y unitaria y aquí radica el verdadero cambio necesario. Urgente porque el diagnóstico de la comunidad científica acerca del calentamiento global es ya unánime e irreprochable, además de advertida desde hace años. Si no se ponen en marcha medidas eficaces de mitigación y adaptación en todo el mundo, los diversos informes aseguran que la producción agrícola mundial bajará un 30%, mientras la demanda de alimentos básicos crecerá un 50% para el 2050. Además, los problemas serán más graves, ya que habrá 1.400 millones más de personas afectadas por la falta de agua.
Para CCOO las acciones por el clima en la Huelga Mundial, deben ser comunes y unitarias, porque el modelo de producción y consumo actual sigue poniendo en riesgo nuestra supervivencia y, en especial, la de las poblaciones más pobres y vulnerables. Y en esto deben actuar todas las partes implicadas: ciudadanía, empresas y gobiernos. «La crisis climática, consecuencia directa del modelo de producción extractivista«, basada principalmente en el uso de combustibles fósiles y del consumo globalizado, pone en riesgo la supervivencia humana y la de un gran número de otras especies y ecosistemas.
Naciones Unidas propuso los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una agenda para el horizonte 2015-2030. Los ODS se estructuran sobre cinco pilares: planeta, personas, prosperidad, paz y alianzas. Estas dimensiones se dividen en 17 objetivos, con sus correspondientes metas e indicadores que pueden ayudar a evaluar su logro. La diferencia fundamental en el discurso de los ODS está en que, hasta ahora, siempre se ha creído (y querido) que las soluciones a los problemas de la gente que lo pasa mal deben buscarse en y con la gente que sufre. El papel de la educación en el cumplimiento de todos los ODS y, por tanto, del proyecto de cambio, es crucial.
Podemos se suma y apoya las movilizaciones que están impulsando diversos colectivos sociales, teniendo en cuenta el protagonismo popular y respetando la autonomía del movimiento y de dichos colectivos. Animan a todas las personas inscritas en Podemos a participar en las acciones que se realicen, respetando en todo momento el carácter de movimiento social de esta convocatoria y uniéndonos y participando a título personal en la huelga mundial del 27 de septiembre.
Los países empobrecidos son los menos responsables de la degradación planetaria. Sin embargo, son a su vez los países más vulnerables a las consecuencias de esta ruptura de los límites. Los países más enriquecidos son quienes acumulan una mayor deuda ambiental, por ello y atendiendo a los criterios de justicia climática, deberán ser, como los europeos, los que deban adquirir compromisos mayores. Es necesario revertir el hecho de que el 20% de la población mundial absorbe el 80% de los recursos naturales.
Las organizaciones firmantes del Manifiesto Huelga Mundial por el Clima, piden que en la nueva etapa política se declare, de manera inmediata, la emergencia climática y se tomen las medidas concretas necesarias para reducir rápidamente a cero neto las emisiones de gases de efecto invernadero, en línea con lo establecido por la ciencia y bajo criterios de justicia climática. Evitar que la temperatura global se eleve por encima de 1,5° C debe ser una prioridad de la humanidad. Es necesario reducir con carácter urgente las emisiones de CO2eq (equivalente de carbono), reajustando la huella ecológica a la biocapacidad del planeta.
La Huelga Mundial, es una movilización en defensa del futuro, de un planeta vivo y por un mundo justo, una movilización estudiantil, huelga de consumo, movilizaciones en los centros de trabajo y en las calles en apoyo de la lucha climática; porque el cambio climático es una realidad. Sólo tenemos un planeta. Actuemos antes de que acabemos con él. No habrá vida digna en un planeta muerto. ¡Nos vemos el 27 de septiembre y siempre en la huelga mundial por el clima!
Víctor Arrogante, colaborador habitual de La Mar de Onuba, profesor retirado, ex sindicalista y veterano activista por las causas de la libertades y los Derechos Humanos. Crítico analista del presente y pasado reciente, en sus columnas vuelca su visión de republicano convencido. Sus primeros artículos en la primera etapa de Diario Progresista (recogidos en el libro Reflexiones Republicanas) le hicieron destacarse como columnista de referencia para los lectores de izquierda, y hoy sus columnas pueden leerse cada semana en 14 destacados medios digitales, como Nueva Tribuna, El Plural, Cuarto Poder, Confidencial Andaluz, o La Mar de Onuba.
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