‘¿Para quiénes hacemos política?’, por Rafael Simancas

por Rafael Simancas

 

Lunes, 27 de marzo de 2023. La mayor parte de los análisis que se publican a propósito de la actualidad política están centrados en el qué, en el cómo y en las alianzas de unos y otros.

Sin embargo, la mejor manera de identificar y diferenciar cada proyecto consiste en analizar el para quién se hace política.

Las políticas que se practican desde gobiernos y oposiciones pueden resultar más o menos convincentes. Los mensajes y los procedimientos cuentan. Y los apoyos que se buscan, que se ganan o que se pierden, resultan de lo más entretenido.

No obstante, la pregunta pertinente a la hora de discernir la naturaleza auténtica y el propósito último de un proyecto político es la del ¿para quiénes hacemos política?

¿Para las minorías o para las mayorías? ¿Para los poderosos o para los necesitados? ¿Para quien sabe influir o para quien demanda lo justo? ¿Para el que se queja o para el que razona? ¿Para ellos o para ellos y ellas? ¿Para el centro o para el conjunto?

No es difícil distinguir para quiénes se trabaja cada día desde los gobiernos o los parlamentos, en términos estratégicos o tácticos, en los programas generales o en las decisiones concretas.

Un análisis muy simple acerca de los beneficiarios y las víctimas de las gestiones desarrolladas por los gobiernos Rajoy y Sánchez frente a las últimas crisis lo pone bien de manifiesto.

La gestión de la crisis financiera por parte del PP entre 2012 y 2016 acabó beneficiando, sobre todo, a algunos empresarios que disfrutaron de salarios baratos, despidos fáciles y amnistías fiscales.

La gestión de la crisis pandémica por parte del PSOE entre 2020 y el día de hoy está beneficiando, sobre todo, a la mayoría social con los ERTEs, los fondos europeos, la subida del salario mínimo, los contratos fijos, el récord de becas, la excepción ibérica en la energía, la dignificación de las pensiones…

¿A quién benefició y a quién perjudicó entonces la amnistía fiscal y la congelación de las pensiones? ¿A quién beneficia y a quién perjudica ahora el impuesto sobre grandes fortunas y la subida de las pensiones?

Estas son las preguntas interesantes para distinguir a unos partidos de otros, a unos programas de otros, y a unos políticos de otros.

Feijóo se opuso a la reforma laboral, que consolida los puestos de trabajo de la mayoría. Y se opuso a la subida del salario mínimo, que cobran muchos necesitados y muchas mujeres. Y se opone a la reforma de las pensiones, que asegura la suficiencia de prestaciones para hoy y mañana. Y se opone a los impuestos a las energéticas, a la banca, a los grandes patrimonios…

Si todas estas políticas a las que se opone Feijóo son políticas que favorecen a la mayoría social del país, a sus trabajadores y clases medias, ¿para quiénes hace política Feijóo? Evidentemente, para la minoría de privilegiados a los que estas políticas no favorecen.

Por tanto, un ejercicio inteligente a la hora de decidir el voto de cara al 28 de mayo consiste en preguntarse “este partido, ¿para quiénes hace política?”, “y este candidato, ¿para quiénes trabaja en realidad?”.

Será útil, sobre todo, para no tener arrepentirse luego.

Rafael Simancas es Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y Asuntos Constitucionales

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