
El Gobierno de Marruecos autorizó el pasado sábado el regreso de las nueve temporeras marroquíes contratadas en origen que permanecían en Huelva por no contar con la documentación exigida por el reino alauita para la entrada en el país. Como adelantaba esta revista el pasado 13 de diciembre, las nueves mujeres trabajadoras venían dando positivo en las pruebas PCR de coronavirus SAR-CoV-2 realizadas desde el pasado mes de octubre, por lo que no podían presentar el certificado negativo exigió para embarcar rumbo al país vecino.
Se trata, según las fuentes sanitarias consultadas por La Mar de Onuba, de casos de “positividad persistente”, personas que han estado en contacto con el virus o han superado la enfermedad, que no suponen riesgo de contagio, y que continúan dando positivo en los test de tipo PCR. La semana, las trabajadoras se sometieron a test de antígenos (Ag) que arrojaron un resultado negativo, pruebas que han sido aceptadas por el Gobierno de Marruecos, por lo que el sábado las trabajadoras fueron autorizadas a viajar de regreso a sus hogares.
Las nueve trabajadoras marroquíes contratadas en origen formaban parte de un grupo que había estado prestando servicio en los viveros de Castilla-León en los que se producen los plantones que más tarde se trasladan a los campos de Huelva. Una vez terminada su labor y con toda su documentación en regla, las trabajadoras se trasladaron a Algeciras para embarcar con destino a Tánger, pero una vez en el puerto, la naviera para la que tenían billete les comunicó la imposibilidad de embarcar sin contar con un certificado de PCR negativo, o una autorización expresa de gobierno marroquí, documentos con los que no contaban, por lo que se vieron obligadas a permanecer en España durante varios días, en los que han sido acogidas en Huelva por dos empresas en los alojamientos destinados a trabajadoras temporeras durante las campañas de recogida de frutos rojos.
Aclarada su situación epidemiológica y solventado el problema administrativo, las nueve mujeres ya se encuentran en Marruecos, donde, tras casi un año trabajando como temporeras en España, ya se han reunido con su familias.
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