Los premios andaluces de medio ambiente, cada vez más arbitrarios e incoherentes

Jueves, 6 de junio de 2024. Los XXVIII Premios Andalucía de Medio Ambiente concedidos recientemente por la Junta de Andalucía son un compendio de despropósitos, pues se han premiado a empresas contaminantes con un nulo compromiso con el medio ambiente, y se siguen ignorando a las numerosas personas, asociaciones e instituciones que en Andalucía vienen trabajando por defender nuestro patrimonio natural y nuestra rica biodiversidad.

Se trata de unos premios anuales que la Consejería de Medio Ambiente, ahora también de Sostenibilidad y Economía Azul, de la Junta de Andalucía viene otorgando a “personas físicas o jurídicas, tanto públicas como privadas, que hayan desempeñado un papel significativo en la preservación, salvaguarda y promoción de los valores ambientales en la Comunidad Autónoma Andaluza”.

Los últimos años venían evidenciando el escaso rigor y, en muchos casos, lo injustificado de la concesión a empresas y entidades que, no solo no han contribuido a la preservación del medio ambiente en Andalucía, sino que han sido colaboradores necesarios en su degradación.

Este año la Junta de Andalucía se ha superado en la incoherencia de estos premios. A la empresa FCC le han otorgado el premio a la “Economía circular”, cuando sus fábricas y vertederos son responsables de la emisión de 6 millones de toneladas de CO2 (Memoria de Sostenibilidad de 2023). Sorprende además que habiéndose presentado en esta categoría la empresa pública “Básica” -dependiente de la Mancomunidad de municipios de la Sierra de Cádiz, que está desarrollando el único proyecto de economía circular en Andalucía-, se le otorgue a una empresa que gestiona los residuos en muchos ayuntamientos, y que la mayor parte terminan en vertederos.

Coca Cola se le ha otorgado el premio “Cambio Climático”, cuando es una empresa que bloquea todos los intentos de implantar el sistema de devolución y retorno de envases. Aunque Coca Cola proclame que su propósito es “refrescar al mundo y marcar la diferencia”, la realidad es que fomenta el consumismo desaforado, las dietas hipercalóricas y el desparrame de envases. Su único legado es su pésima gestión ambiental.

Repasando premios anteriores, esta deriva errónea de premiar a empresas con inexistente currículum ambiental o con impactos ambientales muy serios se ha ido acentuando: Iberdrola, Cepsa, Autoridad Portuaria de Sevilla, Puerto Banús, Hidralia, Feragua, Migres, Atlantic Copper…, han gozado de unos premios injustificados.

Pero es que el jurado que dictamina la elección de los premiados está íntegramente constituido por representantes de la Administración andaluza y de la empresa privada, sin participación alguna del mundo académico ni de la sociedad civil. El jurado parece una reunión del comité director de la Consejería; lo preside el viceconsejero, hay dos titulares de secretarías generales, cuatro de direcciones generales, una jefa de servicio, una directora de parque natural, el gerente de la empresa pública Amaya y la gerente de una empresa privada. No hay en el jurado ni un solo experto independiente en medio ambiente.

Una de dos: o la Consejería de Medio Ambiente restablece el rigor y la participación en estos premios, o los suprime, porque tal como están siendo gestionados en la actualidad son engañosos e irrelevantes y están llegando a un desprestigio insostenible.

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