Los ‘agentes comerciales’ de Andalucía

Una estampa de la visita de Juan Moreno a China
por Paco Núñez

 

Miércoles, 4 de septiembre de 2024. La nueva portavoz del Gobierno andaluz, Carolina España, dijo en la rueda de prensa del Consejo de Gobierno correspondiente a la vuelta de las vacaciones que Moreno Bonilla, el resto de consejeros y ella misma irían a China a ejercer de «comerciales» de Andalucía para «vender» Andalucía. ¿Y para cuándo dejamos lo de gestionar?

Mientras varios centros de salud en verano se quedan sin médicos y los enfermos pasan calor mientras están ingresados porque hay zonas de hospitales públicos donde no funciona el aire acondicionado, Moreno Bonilla se va a China a cerrar acuerdos para que multinacionales extranjeras aterricen en Málaga y a vender Andalucía para que se siga masificando hasta límites insospechados. Como si hiciera falta impulsar a nuestra región como destino, con el patrimonio histórico, artístico, arquitectónico, natural y gastronómico que posee y que ya se conoce mundialmente.

Una vez más, los esfuerzos se encaminan a que los turistas nos salgan por las orejas y al fomento indirecto de la apertura de más y más pisos turísticos, una plaga que se extiende y que aplasta a los cascos antiguos de ciudades como Sevilla, Málaga o Cádiz.

Cuando el presidente malagueño de Andalucía mantiene a la sanidad pública y a la inclusión social bajo mínimos (10 de los 15 barrios más pobres de España son andaluces), es inadmisible que haya empleado dinero público para estar 10 días dando vueltas por el gigante asiático -él y su séquito- vendiendo Andalucía, cuando sabe perfectamente que el empleo que generan este tipo de empresas es precario, aunque sean punteros en tecnología (y los puestos de alta cualificación no tienen por qué ser ocupados por andaluces de forma obligatoria).

Está siendo el peor verano del virus del Nilo, con cinco fallecidos en la provincia de Sevilla y más de 50 contagiados en Andalucía. No se ha visto que Moreno Bonilla -ni la consejera de Salud, Rocío Hernández– haya tomado ninguna medida extraordinaria para solucionar este problema en coordinación con la Diputación de Sevilla y los ayuntamientos afectados. El presidente está más por la labor del rollito de verano en Shangái que por arrimar el hombro en los graves problemas sociales y sanitarios que tiene nuestra región.

Bernal y García, salvados por la campana… de la moderación

En lugar de reprobar públicamente al consejero Arturo Bernal por sus meteduras de pata en Cultura y Deporte y de apartarlo definitivamente del Gobierno andaluz, el mandamás andaluz lo ha dejado al frente de Turismo, por lo que se confirma que las otras dos carteras le importaban un bledo a Bernal. Y, por supuesto, se lo ha llevado a China a pesar de su pérdida de papeles en el Parlamento andaluz.

Juanma tampoco ha castigado a la exconsejera de Salud por el caos imperante y la ha nombrado responsable de Medio Ambiente. A día de hoy, no sabemos cuánto sabe de esto Catalina García. El miedo a que le llamen samurái ha podido con él y se ha puesto de perfil a la hora de cortar cabezas. En su línea de ponerse un velo de moderación, ha recolocado piezas en su nuevo Gobierno. Removerlo todo para que todo siga igual.

La inutilidad del SAE

El tejido empresarial andaluz (y español) no necesita de Moreno Bonilla para que los chinos vengan con baúles repletos de dinero para invertir en nuestra tierra. Un presidente -de comunidad de vecinos, de la región o del país- está para solucionar problemas y para apretar a su equipo de trabajo con el fin de que se solucionen, sobre todo, los problemas enquistados. Y, en el caso de Andalucía, hay tres: la precariedad de la sanidad pública; las interminables listas de espera de la dependencia; y la falta de trabajo de calidad. Y los chinos no van a arreglar ese problema montando una fábrica de coches eléctricos o poniendo un vuelo directo desde Málaga. Rocío Blanco, consejera de Empleo, debe crear de una vez un plan de empleo fuerte, estable y sólido que dé cobertura a los cientos de miles de parados de larga duración que hay en Andalucía. ¿Para qué demonios sirve el Servicio Andaluz de Empleo (SAE)?

El Gobierno del cambio y del recambio se ha convertido en un eslabón imprescindible de la vieja cadena de montaje del tajo del obrero, empoderando al empresario y al autónomo -a esos más de 600.000 parados no los van a acoger los autónomos- en una suerte de transferencia velada de competencias. La privatización a todos los niveles. A donde yo no llego (o no quiero llegar), llegarán mis amigos los empresarios. El concierto como vía de escape. La subcontrata como rata de barco para los hospitales, para los colegios, para las residencias de mayores… Para todo.

En Andalucía, siempre ha existido una condescendencia especial entre el político y el empresario, gobernase quien gobernase. Ahora se ha llegado al cénit.

Un balneario ingente

Moreno Bonilla eliminó el Impuesto a las Grandes Fortunas, que suponía unos ingresos importantes para las arcas públicas, y ha estado a punto de empezar a cobrar a los andaluces por entrar en los espacios museísticos públicos, principal boutade de Arturo Bernal. Menos mal que se lo pensó dos veces, habida cuenta de cómo se le echaron encima los agentes sociales. Entonces, China está siendo para él un balneario ingente antes de la tormenta que se avecina, antes de su primera comparecencia en el Parlamento después del periodo estival, donde los representantes de otras ideas políticas le esperan afilando el cuchillo, con la munición rebosante en el sótano de la tortura.

Juanma, sigue vendiendo Andalucía a una dictadura comunista encubierta mientras el chabolismo sigue siendo una realidad palpable y mientras un enfermo oncológico tiene que esperar un año y medio para que le hagan una resonancia.

@Francisconuba

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