Las elecciones celebradas el domingo 10 de noviembre de 2019 revelan una heterogeneidad creciente lo que –sin ninguna duda– dificultará la configuración de un nuevo Gobierno en España.
Una tarea que, a priori, deberá liderar el Partido Socialista Obrero Español, al haber ganado con 120 escaños. A este le sigue el Partido Popular con 88, 52 de Vox, 35 de Unidas Podemos, 13 de Esquerra Republicana de Catalunya, 10 de Ciudadanos, 8 de Junts per Catalunya, 7 del Partido Nacionalista Vasco, 5 de EH Bildu, 3 de Más País, 2 de la Candidatura d’Unitat Popular, 2 de Coalición Canaria, 2 de Navarra Suma y, con un escaño, el Bloque Nacionalista Galego, el Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe.
Con una participación inferior que en los comicios del pasado 28 de abril (69.6 %, es decir, 6 puntos menos), el resultado muestra un gran disparidad con novedades significativas. En este sentido destaca, en primer lugar, la pérdida de tres escaños del Partido Socialista que esperaba un mayor respaldo de la ciudadanía.
No obstante, el descenso más llamativo ha sido protagonizado por la formación liberal de Albert Rivera con 47 escaños menos. Se cree que sus votos han pasado al Partido Popular pero, sobre todo, a Vox, con 52 escaños frente a los 14 del pasado mes de abril. De igual modo, Unidas Podemos ha perdido 7 escaños que, en parte, se han orientado a la nueva formación de Íñigo Errejón, Más País.
Futuros pactos
A la luz de los datos señalados constatamos que, en definitiva, el establecimiento de un deseado Gobierno en España será aún más complejo. Ante esta coyuntura, los principales líderes ya han mostrado sus posturas.
En concreto, Pablo Casado ha señalado cautela pues, tal y como ha expresado, está esperando “a ver qué hace Sánchez”. Mientras, el líder de Unidas Podemos no ha dudado en constatar su disponibilidad para iniciar unas nuevas negociaciones ya que –a su juicio– “es necesidad histórica un Gobierno progresista que pare a la extrema derecha”.
Por su parte, el presidente en funciones ha hecho una llamada al conjunto de las fuerzas políticas las cuales –sostiene– “tienen que actuar con generosidad y responsabilidad para desbloquear la situación política en España. Nuestro proyecto político es formar un Gobierno estable y hacer política en beneficio de los españoles”. A su vez, no ha dudado en recalcar su victoria para reforzar su posición de liderazgo en el nuevo Ejecutivo “hemos ganado, dejadnos gobernar”.
Finalmente, el partido de Ciudadanos está asimilando una caída inesperada que incluso ha supuesto la dimisión de su líder histórico, Albert Rivera, quien encabezaba la formación naranja desde hacía 13 años.
La UE mira a España
La situación que experimenta el país incide en una parálisis con efectos muy negativos, principalmente, en los ámbitos social y económico.
A dos días de las elecciones, ya las autoridades comunitarias expresaron su preocupación por la situación de España, que presenta un crecimiento menor de lo esperado y que además podría rebasar su objetivo de déficit. Una Unión Europea que, no olvidemos, necesita que nuestro país supere la actual disyuntiva y participe activamente en el nuevo ciclo político expresado tras las elecciones a la Eurocámara en mayo de 2019.
Especialmente destaca el arranque de la nueva Comisión Europea para el 1 de diciembre, la cual será liderada por primera vez por una mujer: la alemana del Partido Popular Europeo Úrsula Von der Leyen. En la nueva Comisión, configurada para el periodo 2019-2024, España pasará a desempeñar un papel clave en la medida en la que Josep Borrell (candidato propuesto por Pedro Sánchez y que en octubre obtuvo el respaldo de la Eurocámara en el marco de los famosos hearings) se convertirá en uno de sus vicepresidentes. En concreto, será el nuevo alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y liderará la cartera de la Comisión Europea denominada “Una Europa más fuerte en el mundo”.
De esta manera, Josep Borrell ostentará el liderazgo de la diplomacia europea, cuya máxima prioridad deberá ser el reforzamiento del papel normativo y singular de la UE en la escena internacional. Esta última, caracterizada por un incremento notable de la inestabilidad como consecuencia del cuestionamiento de principios fundamentales en materia de comercio, medio ambiente o derechos humanos.
A este respecto, la UE tendrá que seguir promoviendo un multilateralismo activo y eficaz que permita dar una respuesta a los actuales retos globales, como la migración. Unos retos que no pueden ser abordados desde enfoques nacionalistas y excluyentes cuyas soluciones son ineficaces sino que, por el contrario, han de ser gestionados desde la perspectiva más normativista que defiende la Unión.
Por consiguiente, en el ámbito nacional pero también europeo resulta indispensable la superación de la actual situación caracterizada por una ingobernabilidad creciente que ya resulta insostenible por más tiempo. Para ello, los principales líderes políticos (a excepción de las voces más extremistas) deberán asumir posturas flexibles que permitan avanzar hacia la formación de un nuevo Ejecutivo.
Victoria Rodríguez Prieto. Doctora en Ciencias Políticas, área de Relaciones Internacionales, por la Universidad Complutense de Madrid (Premio Extraordinario de doctorado y Mención Europea). En 2017, obtuvo el Premio Antonio Truyol y Serra a la Mejor Tesis Doctoral en Relaciones Internacionales de la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales. Profesora de Relaciones Internacionales, Universidad Nebrija
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