Greenpeace quiere enviar al museo coches diésel y gasolina en diez años

En el marco de la Semana Europea de la Movilidad, la organización pide al gobierno una fecha de eliminación en España para los diésel y gasolina, así como un marco regulatorio vinculante.

Activistas de Greenpeace han “lanzado” este 20 de septiembre de 2018 un coche a la fachada del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) en Madrid y han desplegado pancartas con los lemas: “2028: Coches contaminantes al museo” “2028 ni diesel, ni gasolina” para explicar que, si se quiere que la temperatura media del planeta no suba más de un 1,5ºC, los motores de combustión, en menos de diez años, sólo podrán estar en los museos, como algo del pasado.

Greenpeace sostiene que, si Europa quiere cumplir su parte en el Acuerdo Climático de París, el mayor compromiso global hasta la fecha, las ventas de automóviles de gasolina, diésel e híbridos convencionales en Europa deben finalizar en 2028 [1]. Es la conclusión principal del nuevo estudio que hoy lanza Greenpeace a nivel europeo, elaborado por el Centro Aeroespacial Alemán (DLR), en el que se analizan, además, los efectos de los cambios políticos y tecnológicos sobre la cantidad y los tipos de automóviles vendidos, así como su vida útil.

Los resultados obtenidos de este modelo matemático, en el que se plantean varios escenarios partiendo del parque móvil actual y de los tipos de coches que se venden (diésel, gasolina, híbridos, gas, híbridos enchufables y eléctricos), calcula las emisiones acumuladas de CO2 en el parque circulante año tras año, así como las ventas y existencias de cada tipo de motor, en función de unas condiciones de contorno.

Según el informe, el número de automóviles diesel y de gasolina en la carreteras europeas deberá reducirse en más de un 80 % para 2035 y, a menos que se tomen medidas específicas, los automóviles convencionales deberían sólo permanecer en el inventario total hasta principios de 2040. Esto sólo será posible si los gobiernos y la industria del automóvil asumen la responsabilidad real de abordar el problema del cambio climático.

La eliminación progresiva del motor de combustión interna no solo beneficiará al clima, sino que también ayudará a resolver la crisis de contaminación del aire y mejorará la calidad de vida“, ha manifestado Raquel Montón, responsable de movilidad de Greenpeace. “Es un ambicioso reto para la industria del automóvil europea y española, pero no aceptarlo significa condenar a la desaparición a su sector, junto con la sentencia de muerte del clima”.

Los actuales debates entre el Parlamento Europeo y los gobiernos sobre las nuevas normativas de CO2 para automóviles y furgonetas muestran hasta qué punto los políticos europeos no comprenden la verdadera magnitud del desafío. España es el quinto mercado de ventas de la UE con un 8 %, y el sexto país europeo con mayor cantidad de vehículos de pasajeros, la mitad que Alemania aproximadamente. En 2016 había 22 876 830 de turismos matriculados, pero conviene no olvidar que casi 9 de cada 10 vehículos que se fabrican en España se exportan a otros países.

Poner una fecha límite al motor de combustión es una llamada de atención a los fabricantes para que reconviertan su industria en un modelo sostenible y no contaminante, antes de que el mercado europeo busque en otro lugar esta producción que, en España, representa más del 10 % del PIB, señala Greenpeace.

Cada país deberá adoptar una fecha de eliminación significativa e instalar un marco regulatorio vinculante para implementarla. La organización ecologista recuerda a la ministra de Transición Ecológica e Industria, Teresa Ribera, que la movilidad y el transporte no son sólo asunto de fabricantes y sindicatos, también es un tema ambiental de primera magnitud y en sus propuestas participativas deben verse representadas. Por ello Greenpeace reclama al Ministerio de Industria su inclusión en la Mesa de Movilidad propuesta por dicho organismo para afrontar los diferentes aspectos que afectan a la movilidad en las ciudades.

Demandas de Greenpeace:

Los gobiernos europeos deben proporcionar un marco normativo vinculante para garantizar que las ventas de automóviles con combustibles fósiles, incluidos los híbridos convencionales, se suspenden para el año 2028, a más tardar, y ciertas naciones tendrán que ir aún más lejos, para frenar el cambio climático.

Además, visto su enorme impacto en la contaminación del aire, Greenpeace hace un llamamiento a los gobiernos para que eliminen las nuevas ventas de diesel lo antes posible, y mucho antes de 2028. Los gobiernos nacionales y municipales deben eliminar la necesidad y reducir el número total de automóviles mediante medidas como:

  • Invertir en mejorar las infraestructuras del transporte público, el ciclismo y las zonas peatonales, favorecer la combinación entre modos de transporte y lograr un cambio radical en la movilidad, especialmente en las zonas urbanas.
  • Implementar medidas de restricción de vehículos (tales como zonas de emisiones cero, medidas impositivas e incentivos, etc.)

Para que los vehículos eléctricos puedan desarrollar todo su potencial y contribuir mejor a la transición energética, los responsables políticos europeos y nacionales deben asegurarse de que:

  • La electricidad basada en energía renovable se expande lo suficientemente rápidocomo para cubrir la demanda de energía adicional de los vehículos eléctricos, en línea con un objetivo de energía 100% renovable
  • Las redes y otras infraestructuras están adaptadas para garantizar la “carga y descarga inteligente” de las baterías de los EV, y para almacenar energía utilizable cuando las renovables (solar, eólica) produzcan menos.
  • La reutilización de la batería se vuelve más atractiva que el reciclaje, y el reciclaje se hace obligatorio en todas partes.
  • Se fomenta el uso del vehículo compartido, en detrimento del coche en propiedad
  • La minería para baterías se regula adecuadamente para garantizar que se lleve a cabo de una manera ambiental y socialmente responsable.

Las compañías automovilísticas deben dejar de producir automóviles diesel inmediatamente y eliminar la producción de los vehículos de gasolina (incluidos los híbridos), en línea con la fecha de 2028.

Las compañías fabricantes de automóviles deben invertir en nuevos modelos de vehículos eléctricos: asequibles, reducidos y con bajo consumo de energía (también para limitar el tamaño de la batería), pero también necesitan desarrollar nuevos modelos comerciales, desplazándose hacia la provisión de servicios dentro del contexto de la movilidad eléctrica compartida, con el fin de reducir rápidamente la propiedad de automóviles y, por tanto, el stock total de automóviles.

  1. Enlace al informe completo de Greenpeace
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