La respuesta a esta pregunta es sí. La obsolescencia programada tiene que ver con aquellos productos que han sido diseñados para tener una vida útil determinada, obligándonos a entrar en un ciclo sin fin de consumo y desperdicio. Ocurre especialmente con los aparatos tecnológicos.
Por este motivo, el próximo 1 de enero entra en vigor el Real Decreto-ley 7/2021 que afecta al plazo mínimo de la garantía del producto, que hasta ahora se había mantenido en dos años.
A partir de ese momento, pasará a ser de tres años desde la entrega del producto, siempre y cuando sea adquirido por un consumidor o particular, no por una empresa.
En el caso de las compras de segunda mano, el consumidor dispondrá de un año de garantía. Por último, los servicios y contenidos digitales como aplicaciones, softwares de pago, ebooks o videojuegos aumentarán su plazo de garantía a dos años.
De este modo, se conseguirá incrementar la durabilidad de los productos, que ahora tendrán que cumplir como mínimo los tres años. Además, la medida ayudará a reducir el consumismo extremo y la generación de basura electrónica.
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