El capital riesgo europeo ante el reto de competitividad internacional

 

Nacho Mateo

Las cifras de inversión recogidas en el último informe Pitchbook revelan las enormes diferencias entre el ecosistema emprendedor estadounidense y el europeo. Ya sabíamos que Estados Unidos no tiene rival en cuanto a la inversión de Venture Capital en startups tecnológicas, pero las cifras de este último año han arrojado datos realmente sorprendentes. Diseccionemos algunos.

 

En primer lugar se constata que Estados Unidos continúa dominando la industria del capital riesgo. En 2018, el capital invertido en startups estadounidenses alcanzó un máximo histórico de más de 130.000 millones de dólares, con un crecimiento del 57,7% en el último año. Para hacernos una idea de los números, en 2018 Europa también logró su propio récord histórico de inversión con 22.000 millones de dólares. Solo Silicon Valley triplica todo el volumen de inversión en capital riesgo en Europa.

Inversión per cápita

La diferencia entre el tamaño del mercado de Estados Unidos y el europeo es enorme en términos absolutos, pero si desglosamos la cifra en términos per cápita, la diferencia aumenta aún más. Con una población de 327 millones de personas, los fondos de VC en Estados Unidos alcanzaron en 2018 los 130.000 millones de dólares, lo que supone alrededor de 400 dólares invertidos por habitante. En Europa se invirtieron 22.000 millones de dólares con una población de alrededor de 741 millones de personas, lo que significa que la inversión per cápita no alcanzó los 30 dólares por habitante.

Europa no puede compararse con el mercado estadounidense en cuanto a cifras de inversión. Sin embargo, el ecosistema emprendedor del antiguo continente está mostrando cada año un mayor nivel de madurez. Esta madurez europea se ve reflejada en los recientes exits (ventas) que han tenido lugar en los últimos años.

Además, esta madurez no ha pasado inadvertida para los fondos de inversión americanos. Sólo en 2018 se invirtieron en Europa más de 6.600 millones de dólares procedentes de fondos de capital riesgo estadounidenses, y alrededor del 7% de las rondas de inversión realizadas en startups europeas se consiguieron con la participación de, al menos, un fondo de inversión de Silicon Valley. Estos datos son una gran noticia para Europa, ya que indica que las startups europeas están comenzando a competir con las mejores a nivel mundial.

Otro punto muy destacable es la gran concentración de las inversiones estadounidenses realizadas en 2018. A modo de ejemplo, sólo la región de la costa oeste de EEUU (que incluye los estados de California, Oregón y Washington) supuso el 61,7% del capital invertido en el país.

Las tres potencias europeas

Esta concentración de inversiones en determinadas regiones no es infrecuente, y también podemos ver cómo en Europa se da la misma situación. A pesar de que en nuestro continente no tenemos un equivalente a Silicon Valley, el grupo formado por Reino Unido, Francia y Alemania representaron alrededor del 57% del capital invertido en Europa en 2018. Si incluyésemos a Israel en este grupo, el porcentaje aumentaría hasta el 68%.

A pesar de que tanto en Estados Unidos como en Europa existen hubs de innovación dominantes que concentran un gran volumen de inversión, también es cierto que en los últimos años han ido surgiendo alternativas que comienzan a atraer talento e inversión. En este aspecto, en el mercado estadounidense destacan ecosistemas como Miami o Texas, que se están posicionando como opción frente a Silicon Valley o Nueva York, ofreciendo entre sus ventajas una mejor calidad de vida o un coste mucho menor para los emprendedores que se instalan allí.

Algo similar está ocurriendo en Europa, donde países como Suecia, Holanda, Bélgica o España se han convertido en nuevos mercados muy atractivos para la industria del capital riesgo, y que poco a poco van reduciendo la diferencia que los separa de los ecosistemas líderes en Europa.

Otro dato muy interesante es el hecho de que, según el informe de Sifter, 2018 ha sido para Estados Unidos un año con un menor número de rondas de inversión, con valoraciones más altas y con una mayor proporción del capital invertido en rondas más grandes. También ha sido un año de crecimiento en cuanto a fundraising, donde 256 fondos de capital riesgo estadounidenses consiguieron 56.000 millones de dólares.

En definitiva, podemos concluir que, en cuanto a inversión, Estados Unidos aún está en las antípodas del ecosistema europeo. Al margen del crecimiento que ha experimentado nuestro continente en los últimos años, Europa debe buscar la fórmula para seguir acelerando ese crecimiento. Nos esperan grandes retos como el Brexit o la irrupción de China e India en el mercado mundial, y debemos adoptar las medidas necesarias para estar preparados y seguir siendo competitivos a medio y largo plazo.


Nacho Mateo, Chief of Investor Relations. IE Entrepreneurship and Innovation Center, IE University

Este artículo fue publicado originalmente en


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