Charles Hall (1740-1820) fue un médico que publicó en 1805, Sobre la obra de la civilización, en la que estudiaba y criticaba la sociedad de su época. Hall rechazaba la creciente industrialización, valorando la existencia campesina. Es interesante su teoría sobre el intento de establecer el grado de explotación de la población asalariada y la deducción del beneficio de la diferencia entre sueldo y producto social. Frente al liberalismo económico que hablaba de libres contratos entre obreros y capitalistas tenía la convicción de que los obreros estaban obligados, bajo la amenaza del hambre, a vender su trabajo a los empresarios. Hall estaba diseñando una especie de teoría sobre la plusvalía y trató de determinarla mediante el cálculo de la cantidad conjunta de los salarios de la población que fijó en cuarenta millones de libras y su comparación con el valor conjunto de todos los productos agrarios e industriales del país y venía a representar unos 312 millones de libras. El 80% de la población, es decir los asalariados y sus familias percibían, por ello, tan solo el 12’5% y el 20% el 87’5% restante. La industrialización en marcha traería una mayor proporción en contra del asalariado, mientras crecía la riqueza. El agravamiento de las diferencias sociales provocaría que el empleo de medidas represivas. También se darían conflictos internacionales como consecuencia de la lucha de clases en el interior de los Estados. Tan pronto como los ricos advirtiesen que los pobres estaban dispuestos a exigir sus derechos o intentar mejorar su situación, estallaría un conflicto internacional y los pobres se verían incitados unos contra otros y obligados a disparar entre sí.
La guerra entre Inglaterra y la Francia revolucionaria era interpretada como una guerra de clase por parte de Hall, cuyo peso tenían que soportar los obreros ingleses contra cuyos intereses se llevaba a cabo. El hecho sorprendente de que los obreros se vieran incitados a la guerra se debía a la educación patriótica recibida desde la infancia. No habría más guerras cuando el puedo pudiera decidir sobre la vida económica y sobre la paz y la guerra.
Las conclusiones prácticas de Hall eran moderadas. La tierra tenía que ponerse en régimen de propiedad comunitaria y dejarla a los pequeños campesinos para su cultivo y debía limitarse la producción industrial a la satisfacción de las necesidades elementales. No parecía, pues, que inquietase mucho a las autoridades este intento de regresar al mundo rural, pero algunos de sus planteamientos tuvieron clara influencia posterior, como el de su intento de establecer el concepto de la plusvalía y su análisis de la guerra asociada a la explotación socioeconómica que luego adoptaría el internacionalismo socialista.
Para ampliar nuestro conocimiento de este personaje del primer socialismo podemos acudir a la obra de Bravo, Gian Mario (1976), Historia del socialismo 1789-1848. El pensamiento socialista antes de Marx, Barcelona, pp. 206-208
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