/ por Rafael Jiménez Claudin. PEE /
Hace dos años, la Unión Europea y sus Estados miembros decidieron fallar históricamente a miles de personas y comprometer el concepto mismo de asilo al acordar el retorno a Turquía de los solicitantes de asilo que buscan seguridad en Europa señala Louise Roland Gosselin, jefa de la Misión de Médicos sin Fronteras (MSF) en Grecia.
Desde entonces, dice, “nuestros equipos médicos en Grecia han presenciado una corriente interminable de miseria y desesperación de los miles de hombres, mujeres y niños que siguen llegando a las costas griegas y que están atrapados en las islas griegas. Son ellos quienes pagan el costo real de este trato sucio”.
La situación, agrega, es de “clínicas abrumadas por personas desesperadas que escapan de la guerra y la violencia, que temen ser enviadas de regreso y que han perdido por completo la esperanza de que encuentren la paz para ellos y sus hijos”.
La actividad diaria de los equipos de MSF es tratar “las cicatrices, tanto mentales como físicas, creadas o empeoradas por estas políticas inhumanas”. Después de las consultas, describe, no se puede hacer nada más que enviar a estas personas de vuelta a las mismas tiendas de campaña, a los contenedores superpoblados y a la situación de limbo que produce el sufrimiento.
Louise Roland Gosselin pregunta si es este “círculo vicioso insoportable” la historia de éxito que la UE sigue celebrando.
MSF sostiene que seguirá “oponiéndonos firmemente a un acuerdo que no se centra en mejorar la protección y asistencia de los necesitados, sino que, por el contrario, parece deliberadamente destinado a producir sufrimiento para quienes cruzan el mar, con la idea de que esto disuadirá a otros de emprender el cruce”.
Y agrega que “no solo es cruel, sino que simplemente no funciona. Sin opciones alternativas, las familias de países como Siria , Irak y Afganistán continúan arriesgándolo todo a diario para llegar a las costas griegas”, y ante esta realidad afirman que no dejarán de exigir que la UE y las autoridades griegas pongan fin a esta “estrategia cínica de contención que sigue dañando la salud de nuestros pacientes” y que procedan a respetar su dignidad.
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