por Charo González, coordinadora del Área de la Mujer de Izquierda Unida.
La Huelga Feminista del 8 de Marzo pretende visibilizar “todas las injusticias que el sistema ejerce sobre las mujeres, así como reivindicar otro modelo social, político y económico que garantice la igualdad real entre mujeres y hombres, y el fin de las violencias.
Ningún Gobierno mantiene una posición firme contra la violencia hacia las mujeres. El discurso lacrimógeno no debe engañarnos, necesitamos políticas reales y compromiso presupuestario contra la violencia hacia las mujeres, con decisiones políticas tangibles. Necesitamos presupuestos y pactos transversales que encaren la globalidad de las discriminaciones y desigualdades que hoy por hoy sostiene al patriarcado, para erradicarlas de nuestras vidas.
La brecha salarial, la precariedad laboral, la infrarrepresentación, la responsabilidad de los cuidados, la falta de autonomía y de derechos propios están calando en la sociedad sin que la consciencia colectiva se alerte de lo que está ocurriendo.
Apoyamos la huelga en el trabajo, en los hogares (En España, el trabajo dedicado por las mujeres a los hogares, al cuidado y a la reproducción alcanza el 53% del PIB, lo que significa que el Estado hace recaer en las mujeres gran parte de lo que debería estar atendido a través de los servicios públicos.), en los cuidados, en el consumo, en el ámbito estudiantil,… Tenemos que explicar que la discriminación laboral es mucho más que la discriminación directa; tenemos que trasladar el valor social que tienen los cuidados; tenemos que visibilizar que en el consumo se unen las peores caras del capitalismo y patriarcado, para usarnos como objetos y explotarnos descaradamente; tenemos que apostar por la educación como principal herramienta para acabar con el machismo.
Nos sobran motivos para apoyar la huelga feminista, enmarcada con grandes manifestaciones a lo largo de todo el territorio español mediante las que las mujeres tomemos las calles y expresemos que no sólo hay que parar el mundo sino también que el mundo hay que transformarlo cambiando sus modelos patriarcales por modelos de igualdad, justicia, paridad, diversidad y democracia.
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