El lunes 29 la diana cuartelera llamará no a los quintos, que ya no hay, sino a los soldados profesionales para que, tirando de la manta, salgan a formación y pase de revista.
Domingo, 28 de abril de 2024. Anunciada la dimisión del señor Sánchez Pérez-Castejón, opino que ha cometido, como animal político, un error mayúsculo al hacerlo. Error irreversible, pues haga lo que haga ha dejado ver que está tocado del ala. Don Francisco, que sabía mucho de mantener el tipo no dejó, hasta que cayó en manos del equipo médico habitual, que se vislumbrara nada de su interior. Lo mismo hizo Mitterrand y otros varios que en el mundo han sido. Creo que la única salida que le queda dignamente es irse.
El lunes 29 la diana cuartelera llamará no a los quintos, que ya no hay, sino a los soldados profesionales para que, tirando de la manta, salgan a formación y pase de revista. El señor Sánchez Pérez-Castejón, comunicará tras el toque de trompeta si dimite o no dimite. Expondrá ante los ciudadanos su fracaso político. Un líder quemado es un líder fracasado.
Estos días el presidente del gobierno español ha recorrido los AAKBE, que son los puntos del Globo donde, dice la Sunna musulmana, el diablo se apareció a Abraham, Agar e Ismael para disuadirles de sacrificar a Isaac. Desde 2014 los Villarejos y Manos Limpias (blanqueados recientemente por la famosa Sala Segunda del Supremo) tenían el encargo de Interior pepero de preparar un dossier sobre la familia y la esposa del presidente. Han tardado y han logrado un juez con jurisdicción prorrogada dos años más que no habiendo leído la jurisprudencia de la Sala aludida sobre exigencias mínimas de cierto rigor indiciario para aperturar diligencias previas, se ha lanzado a la aventura, soñándose Baltasar Garzón bis, antes de desaparecer en la historia descerebrada de la jubilación judicial. AAKBE. Lo pidió Aznar hace unos meses: que cada uno haga lo que pueda. Eso hacen.
Días de retiro propicios para leer a san Juan de la Cruz: Bienaventurado el que, dejando aparte su gusto e inclinación, mira las cosas en razón y justicia para hacerlas”.
Alberto Revuelta Lucerga es abogado.
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