Miércoles, 28 de febrero de 2024. «Sus derechos fundamentales están garantizados ». Lo ha dicho un par de veces el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, entre largos períodos de silencio sobre el encarcelamiento en Polonia del periodista Pablo González Yagüe, quien acaba de cumplir dos años de prisión preventiva.
Albares reitera que los hechos a los que se refiere el caso González son «muy graves». A partir de ahí, su secretismo predomina, pero el ministro se justifica aludiendo a las visitas consulares que ha recibido el preso. Por lo que hemos podido saber, no muchas. ¿Una de media al mes, quizá?
Pablo González es un periodista autónomo que ha trabajado para medios diversos (Público, La Sexta, Gara, la agencia EFE, Voice of America, entre otros). Está detenido desde el 27 de febrero de 2022, pocos días después de que empezara la invasión rusa de Ucrania. Ahora está encarcelado en Radom, a más cien kilómetros de Varsovia.
Pablo González nació en Moscú, de padre ruso y de madre nacida también en Rusia, pero hija de uno de los llamados niños de la guerra, hijos de republicanos españoles acogidos como refugiados en la URSS.
Tiene 41 años y llegó a España con su madre cuando tenía nueve, tras el divorcio de sus padres. Un juzgado le otorgó su documentación con el nombre de Pablo y los apellidos de su abuelo materno, sin que perdiera por ello su pasaporte ruso que ha seguido a nombre de Pável (*traducción de Pablo) Alekssevich Rubtsov), el apellido paterno.
Licenciado en filogía eslava, periodista especializado en la geopolítica de los países del Este de Europa, Pablo González cubrió los conflictos del Alto Karabaj, Crimea y del Dombás (al este de Ucrania), antes de que este último se ampliara hacia el resto de Ucrania.
Según sus familiares, desde su arresto, la mayor parte del tiempo Pablo ha estado recluido en su celda 23 horas al día, apenas ha podido ver el cielo durante una hora de patio. Sólo desde hace pocos meses tiene un compañero de celda. Las cartas familiares son traducidas para pasar censura y tardan en llegar a Ohiana Goirena, su mujer y madre de sus tres hijos. Ella sólo ha podido visitarlo dos veces: el 21 de noviembre de 2022 y el 16 de junio de 2023.
Al principio, los abogados señalaron que no podían acceder a los documentos en los que se basa la acusación de espionaje y aún no han trascendido detalles de los supuestos elementos probatorios.
En las escasas informaciones incriminatorias filtradas a medios españoles, se afirma que Pablo tenía «en su poder informes sobre su amistad con la hija del opositor asesinado Nemtsov», a quien González habría usado «para acercarse a otros opositores» y disidentes de Vladimir Putin. También se dice en esos textos periodísticos que habría viajado entre Moscú y San Petersburgo con un miembro activo del GRU (servicios de inteligencia rusos).
El 3 de mayo de 2023, la asociación #FreePabloGonzález respondió lo siguiente: « Sorprende que hayan salido estas informaciones ahora cuando ni siquiera los abogados han tenido acceso a los dispositivos móviles del periodista. De esta manera se ha creado un relato acusatorio saltándose una vez más la presunción de inocencia, sin pruebas contra una persona que lleva 14 meses (*ya son 24 meses) detenido sin respetarse sus derechos como ciudadano europeo».
Antes de ser detenido, Pablo González tuvo un aviso dos semanas antes de la invasión rusa. El 6 de febrero de 2022, estaba en Avdíivka (este de Ucrania) a punto de hacer un directo para La Sexta, acompañado por el fotorreportero Juan Teixeira, cuando de repente militares ucranianos les pidieron sus acreditaciones. Se las devolvieron con rapidez, pero a continuación Pablo recibió una llamada pidiéndole que se presentara en la lejana Kiev en las oficinas del SBU (siglas en ucraniano del Servicio de Seguridad de Ucrania). Allí, Pablo González estuvo retenido unas tres horas. Lo interpretó como una forma de presión. Pero él y Juan Teixeira se quedaron dos días más en Kiev. En esas fechas, Oihana Goirena, su mujer recibió una singular visita de agentes del CNI español. También la madre del periodista. Consta que los agentes del CNI fueron educados y que no registraron nada. Pero al saberlo, ambos reporteros decidieron regresar a sus domicilios respectivos, en el País Vasco y en Galicia.
De modo que estaban en España cuando empezó la invasión rusa. Juan Teixeira decidió quedarse. Pablo González no volvió a Ucrania, pero sí a Polonia, para cubrir la crisis de los refugiados en la Unión Europea. Entonces fue detenido en la ciudad fronteriza de Przemyśl (Polonia) –en la noche del 27 al 28 de febrero de 2022– y acusado de ser un agente ruso. Su doble nacionalidad se convirtió de inmediato en un elemento sospechoso para la policía polaca. Así de sencillo.
Desde aquella noche, la justicia de Polonia se limita a prorrogar la prisión preventiva. Mientras, los medios apenas hablan del caso y apenas ha habido unas pocas preguntas parlamentarias en el Congreso de los Diputados y en el Parlamento Europeo.
Sobre su situación actual, copiamos el extracto de una de las últimas cartas que recibió su mujer:
Pasar no me pasa nada. Día de la marmota. Despertar, desayunar, entrenar, comer, siesta, teléfono [*cuando puede, con sus abogados], leer, escribir, merendar, leer, escribir o entrenar, cenar, ver la tele, dormir. Así cada día. Siguen esposándome por detrás y esas cosas. Aunque hace tiempo que no enseño los genitales a nadie en vivo. Las cámaras no cuentan, es como si no estuvieran.
Según el recuento de la Federación Internacional de Periodistas, 108 periodistas estaban encarcelados el día de Año Nuevo en Rusia y en distintos países del Consejo de Europa (en Turquía, Ucrania y Azerbaiyán), sin olvidar a Julian Assange en el Reino Unido) y a Pablo González en Polonia.
«Si Pablo es culpable o no tendrá que decidirlo la justicia, eso es lo único que pedimos sus allegados: un juicio rápido y con garantías», declara el grupo #FreePabloGonzález.
Pablo González es el único periodista preso en la Unión Europea.
***Con alguna ligera modificación, este artículo fue publicado antes en la revista Mongolia (n. 128, correspondiente al mes de enero de 2024)
Paco Audije es Periodista. Fue colaborador del diario Hoy (Extremadura, España) en 1975/76. Trabajó en el Departamento Extranjero del Banco Hispano Americano (1972-1980). Hasta 1984, colaboró en varias publicaciones de información general. En Televisión Española (1984-2008), siete años como corresponsal en Francia. Cubrió la actualidad en diversos países europeos, así como varios conflictos internacionales (Argelia, Albania, Kosovo, India e Irlanda del Norte, sobre todo). En la Federación Internacional de Periodistas ha sido miembro del Presidium del Congreso de la FIP/IFJ (Moscú, 2007); Secretario General Adjunto (Bruselas, 2008-2010); consejero del Comité Director de la Federación Europea de Periodistas FEP/EFJ (2013-2016); y del Comité Ejecutivo de la FIP/IFJ (2010-2013 y 2016-2022). Doce años corresponsal del diario francófono belga "La Libre Belgique" (2010-2022).
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