Veinticinco años han pasado desde que Huelva celebrara como todo un acontecimiento cultural la llegada de 63 esculturas de importantes autores de España e Iberoamérica, convirtiéndose en un magnífico museo de arte contemporáneo al aire libre de alto nivel.
Sin embargo, no hubo de pasar mucho tiempo para que el museo empezara a languidecer, como denunciamos en La Mar de Onuba, entre el abandono, la desidia institucional y el vandalismo. A día de hoy, muchas de las esculturas han desaparecido y no se sabe a ciencia cierta cuál es su paradero. Las mejor conservadas permanecen ocupando un espacio preferente en algunas calles de la ciudad, pero 21 de ellas se encuentran en un estado que solo puede ser calificado de lamentable en el Parque Zafra. Un hecho lastimoso, pues, dejando de lado el debate de si es el mejor espacio para exponer este magnífico conjunto escultórico de arte moderno, lo cierto es que las esculturas malqueridas del parque son, en sí misma, un indiscutible valor añadido que exige el cariño de las instituciones y, también, de la propia ciudadanía. El Ayuntamiento asegura que el mantenimiento de las esculturas del Parque de Zafra “se aborda en el marco del dispositivo ordinario de limpieza del área de Infraestructuras y Servicios Públicos del Ayuntamiento”. Si es así, hay que afirmar con rotundidad que el dispositivo es insuficiente. Las esculturas permanecen sin identificar, con sus peanas sucias y muy deterioradas, y muchas de ellas muestran absurdas pintadas de infantil carácter vandálico. Es importante esto último, porque no cabe responsabilizar solo a las instituciones del penoso estado del museo. Cada uno de nosotros debemos ser también responsables de defender nuestro patrimonio histórico, artístico y cultural. Proteger lo nuestro, denunciar los atentados y exigir una conservación real es una tarea común que debemos compartir entre ciudadanía y administraciones. No podemos recriminar a nuestros gobernantes si nosotros mismos no nos sentimos partícipes de lo que reivindicamos.
El conjunto escultórico del Parque Zafra contiene un indudable valor artístico que supone un lujo para Huelva. En una capital con escasos (aunque importantes) valores turísticos como la nuestra, proteger y promocionar espacios como este, del que gozan otras ciudades tan importantes como Nueva York, Bruselas, Helsinki o Amberes, es más que una necesidad, es una obligación. De todos.
@PericoPan
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