De tomar decisiones con proyección: cerrar el paso al fascismo

por José Luis Pedreira Massa

Ya ha llegado. Ya está aquí. El día D. Hay que tomar una decisión. No es correcto quedarse indiferente porque nos jugamos mucho en estas elecciones.

La campaña ha sido… ¿cómo diría? … Insulsa, sosa, descafeinada. Hemos tenido una disarmonía tremenda entre lo que nos jugábamos y el cómo nos lo estábamos jugando. En este desfase, en ocasiones muy desproporcionado, cuando no francamente impostado, el tiempo ha transcurrido y ya es hora, ya toca decidirse.

Lo primero que ha llamado la atención es que todos los grupos y candidatos estaban empeñados en explicarnos el porqué se repetían las elecciones, no había forma de iniciar cualquier debate sin que se explicara, una vez más los porqués, matraca tras matraca, porque había dos posturas que luego se repetían en todos los apartados: todos contra uno. Cuando era niño se decía: “dos contra uno, mierda para cada uno”, así que cuatro/cinco contra uno… ni les cuento.

Es evidente que buscar los porqués era una excusa para evitar aclarar los “para qué”, esta era la verdadera dimensión que, al menos explícitamente, no se ha explicado. Pero implícitamente se ha dejado vislumbrar estas razones funcionales y, por lo tanto más eficaces y con más peso, que suponen explicar a la ciudadanía para qué se celebraba esta repetición electoral.

La función clave de unas elecciones es elegir democráticamente a representantes políticos para que conformen un gobierno democrático para el conjunto de la ciudadanía. Si hay mayoría de un grupo, entonces no hay problema; si esa mayoría es relativa entre en juego las alianzas entre varios grupos con el fin de conseguir esa alianza y, por lo tanto, el gobierno. Esta segunda opción aconteció aquí en abril. No hubo posibilidad, por h o por b, de conformar un gobierno lógico y coherente, un solo gobierno, la opción  era un subgobierno dentro de otro gobierno, hubiera sido una auténtica locura dado el momento político en el que nos encontramos.

Así que al no haber cumplido la función asignada a las elecciones, entonces se deben convocar de nuevo, pues así lo estipula la Constitución de 1978.

Hasta aquí parecería que no hay nada de particular, la ciudadanía volvería a pensar sus opciones y elige de nuevo. Pero en este tiempo han sucedido cosas que alteran la funcionalidad de estas elecciones sin ningún género de dudas.

La primera es la alianza 4/5 contra uno así de descarado. Los debates a cinco lo han puesto de manifiesto de forma inequívoca. En esos cuatro existían dos opciones: una compuesta por tres  y uno más aislado. El más aislado estaba a su bola, a su raca-raca, eran portadores de las esencias eternas y verdaderas, o con ellos o no se haría nada porque ellos sí podían, por ello querían todas las políticas de las funciones gubernamentales disfrazadas de gobernabilidad, solapando la gran ambición personal de su líder preso de una gran rabia traducida por el gesto tenso y el entrecejo fruncido, en esta ocasión se acompañaba de una voz más melosa, cuando no francamente empalagosa, zurcida por agresiones verbales en los contenidos y con distorsiones en los mecanismos explicativos sustentados en sofismas, puesto que una de las premisas del silogismo que utilizaba se fundamentaban en un craso error del excesivo subjetivismo. Su opción: la repetición de un argumentario compartido, por la totalidad de sus representantes, ora en un programa como en un mitin o debate o comparecencia.

Los otros tres que, funcionalmente, embestían al solitario candidato in pectore, que no designado salvo en su imaginario, lo tenían más claro: retornaban a los epítetos de colores y a eslóganes manidos que se presentaban como argumentos de peso, pero solamente eran frases huecas, vacías de contenido, cuando no les gustaba algo decían que era “política” y uno se preguntaba qué estaban haciendo y a qué competían. Dos de los tres asumían el discurso del tercero de facto, del nuevo y recién advenido, con lo que el “original” y nuevo se crecía. Este esquema se repetía sin descanso.

El llanero solitario recibía hasta en la foto del carnet de identidad, bien fueran con argumentaciones pasadas y antiguas de sucesos acontecidos que eran convenientemente distorsionados, alterados, manipulados, engrandecidos y/o minimizados según fueren los contenidos (p.e. si eran de política o estrategia se agrandaban y si era de consecuciones sociales se minimizaban). Así que este jinete solitario se defendía como podía y, en ocasiones, no daba abasto de tanta presión e inquisición. Desde luego se manifestaba más humano, pues en ocasiones hasta metía la pata y tenía que reconocerlo.

Pues este es el panorama y ha sido su forma de presentarse funcionalmente, ahora toca que el para qué estas elecciones nos quede claro. Aquí la funcionalidad que se defiende tiene un objetivo fundamental: conseguir un gobierno estable y funcionalmente activo que piense en la gente y rescate lo que ha sido cercenado por un partido condenado por corrupción y sus acólitos en varias comunidades y ayuntamientos y ahora pretenden el asalto al poder central.

El trío es muy peligroso puesto que uno de ellos es claramente un populista de ideología fascistoide de nuevo cuño. De tal suerte lo hace que impone sus planteamientos y los otros dos los “acatan” cual mansos corderitos: denigran la violencia machista, niegan los ataques sexuales a las mujeres, atacan la línea de flotación de las políticas de igualdad, los dispositivos asistenciales se denigran y descalifican y son denominados como chiringuitos, se exige la identificación de los profesionales que asisten en estos centros de forma inquisitorial, se solicita la declaración de estados de excepción, se quiere declarar ilegales a partidos políticos, se destruye la separación de poderes, quieren anular las autonomías, abogan por la privatización salvaje de sanidad, educación y pensiones, atacan a los colectivos LGBTI y los derechos adquiridos, hablan de “reconversión” de las personas LGHBTI, atacan a los colectivos de la emigración y los llenan de mentiras sin fin, basan la acción en verdades a medias cuando no en francas y burdas mentiras con eco en habladurías de mercado barato. Son acciones contra la constitución, pero no dicen derogar la constitución, con lo que se transforman en ilegales ocupas de la constitución. Vuelve la idea fascista de la limitación de las libertades públicas disfrazándolas del ejercicio de una libertad descendida a una cuarta división y descalificando la palabra y sus contenidos.

Estos fascistas, con nombre de diccionario antiguo, están siendo “blanqueados” por los otros dos partidos de la derecha social conservadora. Aceptan sus condiciones y las exponen, votan sus resoluciones de restricción de libertades. Hablan de palabras engoladas y rimbombantes como patria, bandera, himno,… lo patrimonializan y lo hacen suyo con desdén, cuando no franca agresividad, hacia los que no lo viven como ellos.

La situación política es delicada porque algunos insensatos y demagogos de Catalunya están azuzando una salida unilateral y anticonstitucional frente al Estado y al conjunto de la ciudadanía. La violencia ciudadana sin control y cierto estímulo, desde los órganos de poder del Govern y los partidos independentistas, está siendo un punto de inflexión a la hora de considerar otras salidas. Solo el diálogo político sereno y largo, en ausencia de violencia callejera, puede dar lugar al clima adecuado para llevarlo a cabo. No hay otro camino y todos los estamentos deben hacer un esfuerzo por desarrollarlo. El cumplimiento de la legalidad vigente es el punto de partida para evitar que la justicia vuelva a actuar. Hay que evitar judicializar la política pero, para ello, se deben evitar la comisión de actos ilegales por los políticos con la legislación actualmente vigente.

Es tal la situación que les planteo una actualización españolizada del poema de Niemöller atribuido a Brecht:

Hoy los voxiferantes vinieron contra las feministas,

como no era feminista les dejé pasar.

Luego vinieron a por los colectivos LGTBI,

como no pertenecía a ellos solo miré.

Más tarde persiguieron a los cantaautores,

como no era cantautor simplemente pasé.

Luego cercaron el simple pensamiento de izquierdas,

escuchaba incrédulo sin reaccionar.

Se crearon cordones sanitarios contra la simple pertenencia a otro bando,

como era apolítico estaba tranquilo.

Volvieron a pedir certificados de buena conducta para trabajadores públicos,

no me los pedían a mí y callé.

Suprimieron ordenanzas para potenciar la salud y no ahogarnos en humos de vehículos,

como no vivía en Madrid Central no me moví ni la salud de todos defendí.

Pensé que eso era solo política,

yo no soy político así que ni me moví.

Así que….

Cuando los nazis vinieron a buscas a los comunistas (de chiringuitos),

guardé silencio porque yo no era comunista (de chiringuito).

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,

guardé silencio porque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,

no protesté porque yo no era sindicalista.

Cuando vinieron a buscar a los judíos (y emigrantes),

no pronuncié palabra porque yo no era judío (ni emigrante).

Cuando finalmente vinieron a buscarme a mí,

no había nadie más que pudiera protestar.

Esta es la situación. No podemos aceptar el derrotismo del falso “todos son iguales”. No podemos ni debemos quedarnos en casa, en nuestra zona de confort, No, la abstención no es útil, es preferible ir a votar a remolque un día, pero evitar cuatro años de llanto. Nos queda reflexionar con sensatez y tranquilidad, desde luego evitar el voto para los partidos que sostienen ideas fascistas y evitar los corifeos que no se atreven a ponerles el cordón sanitario que se realiza en toda Europa.

En estas condiciones: por la libertad, la igualdad, la fraternidad, la solidaridad, la diversidad, por todos nosotros, por el respeto a la labor desarrollada en los últimos 40 años yo pido el voto y cumplimentarlo para el PSOE. Este es mi compromiso personal, profesional y social.


José Luis Pedreira Massa, "Don Galimatías" en La Mar de Onuba, es Vocal del Consejo Asesor de Sanidad y Servicios Sociales del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Psiquiatra y psicoterapeuta de infancia y adolescencia. Prof. de Psicopatología, Grado de Criminología (UNED).

En Twitter: @jolupedrema

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