La monarquía española está sufriendo nuevas acusaciones que afectan a su imagen, como lo demuestra también la salida de España del rey emérito Juan Carlos I en el verano de 2020. La huida del monarca se produjo en un contexto particularmente tenso para los españoles, que conviven con algunos casos de corrupción de su clase política y los de la monarquía, mientras muchos de ellos siguen enfrentándose a los efectos de la crisis financiera de 2008 y los recientes embates de la COVID-19.
¿Es ésta una excepción en la historia de la monarquía española?
Para responder a esta pregunta, una lectura rápida del pasado monárquico del país nos lleva a principios del siglo XVI, marcado por la omnipotencia del imperio de la Casa de los Habsburgo, un imperio sobre el que se dice que “el sol no se ponía nunca”. Y por una buena razón: reinó varios siglos sin interrupción. En cambio, desde su ascenso al trono de España a principios del siglo XVIII, en 1700, la actual Casa de los Borbones, de origen francés, no ha disfrutado de aquel poder hegemónico.
La dinastía borbónica ha estado marcada por múltiples rupturas, abdicaciones y restauraciones. Fue telón de fondo –bastante presente– durante la I (1874-1875) y la II (1931-1936) repúblicas, y fue apartada –pero no del todo– durante la dictadura franquista (1939-1975). Por tanto, el siglo XX no puede considerarse el siglo de los Borbones, quienes consiguieron volver a acceder al trono, recuperado de las manos del propio dictador Franco por la Ley de Sucesión, en 1975. Así, Juan Carlos I tuvo que legitimar una corona entregada por Franco y liderar una transición democrática marcada por un intento de golpe de Estado en 1981.
Escándalos repetidos
Este acontecimiento histórico de la Transición española, el 23 de febrero de 1981, había permitido a Juan Carlos I asentar considerablemente su autoridad en un discurso que dirigió a todos los españoles a través de la televisión y en el que defendió la unidad de la patria representada simbólicamente por la monarquía.
Aclamado internacionalmente por este trabajo pacífico, a partir de 2000 Juan Carlos I tuvo dificultades para esgrimir este logro y asegurar la continuidad de la monarquía borbónica.
Varios escándalos, públicos y privados, comenzaron a aparecer regularmente en los medios de comunicación. Tras el cambio de siglo, marcado por un movimiento de recuperación de la memoria de las víctimas de la guerra civil (1936-1939) y del franquismo (1939-1975), la periodista y escritora Pilar Urbano habló de un complot real en torno al golpe del 23F en su libro La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar (ed. Planeta, 2014).
Al mismo tiempo, en 2011 estalló el escándalo del caso Nóos, que implicó a la hija del Rey y a su esposo Iñaki Urdangarin, acusado este por malversación, fraude, prevaricación, falsedad y blanqueo de capitales, y condenado a casi 6 años de prisión en 2018. En este contexto tenso se publicó también una instantánea del rey “victorioso” tras una caza de elefantes en Botswana que obligó a WWF a destituirle de su cargo de presidente honorario en 2012. Estos escándalos debilitaron considerablemente la imagen de la monarquía así como la legitimidad del rey, que finalmente abdicó en junio de 2014 a favor de su hijo, el actual rey Felipe VI.
A principios de 2020, incluso lejos del trono, varios escándalos surgen en las noticias, en particular, la denuncia de su ex amante Corinna Larsen o, incluso, más recientemente, las acusaciones de fraude fiscal y blanqueo de capitales por valor de unos 100 millones de dólares recibidos del Rey de Arabia Saudita cuando la crisis financiera de 2008 era inminente. Desde este verano, Juan Carlos I abandonó España.
¿Salida estratégica o huida inevitable?
Numerosos medios de comunicación han destacado el carácter histórico de esta salida que, sin embargo, recuerda a otros hechos similares: la historia se repite.
Así, el abuelo de Juan Carlos I, Alfonso XIII, también había sido expuesto a escándalos de corrupción y aceptó alegremente “obsequios”). Alfonso XIII huyó de España ante la noticia de la proclamación de la Segunda República en 1931.
Recordemos que la abdicación de Juan Carlos I se produjo en 2014 en un contexto de debate República vs. Monarquía marcado por manifestaciones con eslóganes del tipo “Transición real, sin rey”. Efectivamente, los españoles habían aprobado la Constitución de 1978, pero en ningún momento, a lo largo de la presente etapa democrática, tuvieron la oportunidad de expresarse acerca del modelo de monarquía parlamentaria. Así que Felipe VI tuvo desde 2014 la difícil tarea de asumir sus funciones mientras se esforzaba por cambiar, rejuvenecer, modernizar e incluso salvar a la monarquía del debate que la ponía en peligro.
Entonces, ¿se puede hablar ahora de una salida estratégica por parte de Juan Carlos I? Según una encuesta, responderíamos afirmativamente, porque más de la mitad de los españoles seguirían apoyando a la monarquía tras el anuncio de su exilio.
¿Y la República?
El dilema República vs. Monarquía también está hoy en el centro de los debates en el seno del actual gobierno que preside Pedro Sánchez. Efectivamente, Pablo Iglesias, miembro del primer gobierno de coalición de izquierda desde la II República y fundador del partido Podemos, sufrió ataques muy virulentos (verano 2020) mientras se reanudaba el debate instando al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) a interrogar a la ciudadanía sobre la monarquía.
Por lo tanto, el debate vuelve por iniciativa del partido Podemos, que ya se apoyó en el movimiento de los Indignados para reclamar una “democracia real” argumentando que hay un problema en el equilibrio monarquía/república/democracia.
El manifiesto por la Tercera República firmado por escritores, periodistas, historiadores, etc. ya pidió un referéndum sobre el tema en 2014, poco antes del acceso al trono del actual Rey.
¿Debemos concluir que la monarquía española está hoy en peligro? Solo podemos concluir sobre la evidente importancia del debate sobre el régimen político y recordar también que la Casa de los Borbones ha reinado de manera intermitente en España, con periodos traumáticos de los que, hasta ahora, ha sabido recuperarse.
Sabrina Grillo, Profesora de Civilización Española Contemporánea y Asociada de Español, imparte clases en la Universidad de Paris-Est-Créteil. Es autora de una tesis sobre Juan Negrín, último jefe de gobierno de la Segunda República de España, que explora un corpus textual, fotográfico y fílmico. Sus comunicaciones y publicaciones más recientes tratan sobre la historia contemporánea y el papel de la imagen en la interacción de los sistemas representacionales (mediáticos, políticos y sociales) en el mundo español contemporáneo.
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