Como Espadas le deje solo una pajita a Susana para respirar bajo el agua, la ex presidenta de la Junta sobrevivirá y renacerá políticamente.
Martes, 29 de julio de 2021. El nuevo líder que los socialistas andaluces han elegido para intentar recuperar la Junta de Andalucia tiene ante sí más minas que rosas en el camino.
La más devastadora de todas la del racimo, de nombre Susana, parece que ha logrado desactivarla a tiempo en una operación que, vista desde el burladero, se nos antoja rápida y eficaz en su ejecución, con un muy aceptable resultado final como apuesta por unir el partido, ‘coser’ que dijo un dia la lideresa.
Susana no ha dado ‘un paso al lado’ como anunció (seria y muy afectada) la noche del 13J. La dirigente trianera se ha visto obligada a dar un paso atrás, pero, ojo, a las órdenes de Espadas, «Juan, lo que tú digas, lo que tú decidas Juan».
Ella, mejor que nadie, conoce el significado político de los resultados de las primarias del 13J: Espadas se impuso con el 55,19% de los votos y Susana solo logró el 38,43% de los sufragios. Una diferencia de casi 17 puntos en el resultado final que ha sido determinante para que el ‘Game over’ haya sonado para la joven, pero muy experimentada política socialista.
Lo primero que conviene resaltar es una obviedad, que pese a ser moneda común en todos los procesos de relevo en los liderazgos de los partidos, conviene recordarlo en esta ocasión. Nunca la persona elegida acaba ejerciendo el papel de marioneta de quién le nombra heredero o elegido, sobre todo si además hay urnas de por medio como es el caso.
Y Espadas no parece que sea la excepción o al menos eso nos ha querido dar a entender en sus primeras comparecencias. Ha marcado distancias con Ferraz, sí, pero dicho así en abstracto Espadas puede hasta parecer tan ‘indepe’ como Susana. Pero que nadie se equivoque, hoy Espadas es más de Pedro Sánchez y de su ejecutiva federal que hace dos semanas. Y viceversa, porque es lo que hay. El nuevo dirigente regional del PSOE-A con quien no coincide en sus primeros pasos es con la linea dura que hubiesen preferido Quico Toscano o Alfonso R. Gómez de Celis, por citar los dos dirigentes ‘pata negra del sanchismo’ de primera hora en Andalucia y que han apadrinado a Juan Espadas ante Pedro Sánchez desde que se autodescartó a la ministra de Hacienda María Jesús Montero. Por cierto, visto lo visto, no les falta razón a quienes hoy dicen que cualquier otro candidato/a, apoyado por el aparato de Ferraz – con Susana achicharrada- hubiese obtenido también una victoria similar o superior a la de Espadas.
Pero ni Celis ni Toscano moverán un dedo para desestabilizar a Espadas, aunque representen a un sector de opinión del partido que hubiesen preferido ver al nuevo líder bajar solo del campanario y sin la pava viva bajo el brazo.
¿La magnanimidad y delicadeza mostrada con Susana se empleará con otros dirigentes de segundo nivel del PSOE-A, integrados hasta antier mismo en el susanismo?
La campaña ha sido más dura y cruel entre bambalinas que lo que se ha percibido fuera de los ámbitos del partido. Han hecho mucho daño las malas artes usadas desde los dos bandos, frase y palabras que ahí quedarán para vergüenza en la memoria digital. Tras las heridas permanecerán bastantes cicatrices como testimonio guerracivilista entre compañeros del mismo partido.
Sectores del PSOE-A que no apoyaron ni a Susana Diaz ni a Juan Espadas permanecen expectantes. Muchos creen que el objetivo fundamental a medio plazo es fusionar el 38,43% del susanismo con el 55,19% del espadismo. « Así Juan se hace con todo el control del partido, exactamente lo que antes hizo Susana» dice un veterano militante de ese sector.
Por su parte los seguidores de Luis Angel Hierro (5,51% de apoyos) han ido comprobado en estos días como se han cumplido los vaticinios del catedrático de Economia cuando anunciaba, tras el 13J a los suyos, que Juan y Susana, acabarían pactando ‘porque son y representan el mismo PSOE’.
Cabe pues preguntarse si el socialismo andaluz ha entrado en el ‘modo gatopardismo’ donde todo cambia, para que todo siga igual; vamos, un tuneado decentito en toda regla. La respuesta nos la dará el tiempo, poco en este caso. Porque si hay algo que todo el socialismo andaluz tiene claro es que, como Espadas le deje solo una pajita a Susana para respirar bajo el agua, la expresidenta de la Junta sobrevivirá y renacerá políticamente. Ella es así, lo lleva en su genética, una profesional contrastada. Volver Susana a algún tipo de mando a corto plazo sería insoportable para muchos/as en el PSOE-A y fuente de tensiones que no le convienen al partido.
Junto a todo lo anterior, el candidato y futuro secretario general, deberá ser especialmente exquisito y sensible con los equilibrios territoriales en sus decisiones y equipo. Ser alcalde de Sevilla en unas autonómicas no es un acicate para el electorado andaluz que viva más allá de La Roda de Andalucia. Aunque, tras dos años largos del PP en la Junta, es bastante cuestionable eso de que Sevilla levante tanta envidia y sarpullido como antes en el resto de la comunidad.
Y es que al PP de B&B (Bonilla y Bendodo) solo les ha faltado traerse de Málaga al Palacio de San Telmo la estatua de El Cenachero.
Pepe Fernández es editor y director de Confidencial Andaluz
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