El concejal de Participación Ciudadana cuestiona la legalidad hasta este mismo año de la asociación, que figura en el Registro de Asociaciones de la Junta de Andalucía desde 2009.
Los actos vandálicos aludidos por Soriano sucedieron bajo el mandato del anterior equipo de gobierno del PP.
Desde 2010 y hasta la llegada del PSOE, la asociación hizo uso de espacios municipales con una simple autorización in voce del asesor popular Ramón Lojo.
Inkusen y el gobierno municipal del PSOE subscribieron en 2018 un acuerdo de cesión del espacio comunitario que otorgaba garantías jurídicas y estableció los compromisos y obligaciones tanto del Ayuntamiento como de la asociación juvenil.
“Las asociaciones no van a estar en un centro social porque el centro social está para otras cosas, no para que estén las asociaciones dentro”.
(Manuel Jesús Soriano, Concejal de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Huelva. 23 de julio de 2024)
Sábado, 27 de julio de 2024. En el modelo de ciudad del actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Huelva, del PP, y como reflejan las palabras con las que el Concejal de Participación ciudadana zanjó su desabrido estreno esta semana en el Pleno municipal, el movimiento asociativo onubense no tiene cabida en los centros sociales de la Ciudad de Huelva. Tal cual.
Si acaso, el Ayuntamiento, ahora bajo el mando de la popular Pilar Miranda, está dispuesto a forzar que asociaciones de vecinos que disfrutan de locales de propiedad municipal hagan un hueco. O si no, tratándose de una asociación juvenil que reúne a unas 70 personas asociadas, que se paguen un local de su propio bolsillo. Soriano no lo mencionó en su agresiva intervención del pasado martes, pero es la otra alternativa que, según ha revelado la junta directiva de Inkusen a La Mar de Onuba, les sugirió el asesor principal de su Concejalía, Ramón Lojo, quien ya ocupó el mismo puesto durante los mandatos anteriores del Partido Popular en el consistorio onubense.
La Asociación Juvenil Inkusen fue constituida el 10 de febrero de 2009 por un grupo cinco jóvenes onubenses, cuatro chicos y una chica, aficionados al dibujo en general, y a la cultura asiática como nexo común. De hecho, es su acta fundacional, Ikusen establece que sus fines principales serán “difundir y acercar el arte del dibujo entre los jóvenes”. Quedó formalmente legalizada el 13 de abril de ese mismo año, según consta en el Registro de Asociaciones de la Junta de Andalucía.
Hasta el año 2017 realizaban sus actividades en el edifico de titularidad municipal que ocupa la Asociación de Vecinos Nueva Huelva. Lo hicieron cada fin de semana desde su constitución en 2009 hasta finales de 2017, sin que conste más incidencia que un creciente interés de más jóvenes onubenses por sus actividades. No existía ningún documento que avalara el uso del edificio municipal y condiciones para ello, excepto una autorización in voce del entonces (y ahora) asesor municipal del Partido Popular Ramón Lojo.
Durante aquellos años, lo que fue un pequeño grupo de chavales aficionados al anime y los videojuegos, devino nutrido grupo de varias decenas de jóvenes. En algunos casos, no pocos, jóvenes con “problemas de socialización” que vieron en las actividades que Inkusen difundía en sus ágiles redes sociales un “espacio seguro”, un aliciente para salir de las pantallas y compartir sus inquietudes y aficiones “en la vida real”.
En 2024, ayudar a la socialización de la juventud es uno de los objetivos de la asociación juvenil constituida inicialmente para “fomentar y acercar el arte del dibujo entre los jóvenes”. Cuenta con más de 70 socios y socias, y realiza actividades de ocio y educativas con la finalidad de “conseguir la integración y el aprendizaje de los y las jóvenes de Huelva que presentan problemas de socialización”. Entre ellas, cursos y talleres de cocina, costura, danza, baile, o enfocadas a aficiones juveniles como los videojuegos o los juegos de mesa «para incentivar la participación y la convivencia«. También con ese objetivo realizan actividades en el exterior, como balonmano fútbol o senderismo, y otras más ocasionales en la naturaleza, como acampadas o plantaciones de árboles.
A finales de 2017, y ante las nuevas necesidades de espacio generadas por su progresivo crecimiento, Inkusen fue invitada por Alicia Narciso, la entonces concejala de Servicios Sociales e Igualdad en el equipo de gobierno del socialista Gabriel Cruz, a desarrollar sus actividades en la Casa de la Juventud La Ruta, ubicada en el Centro Social Municipal La Morana. Por aquellas fechas, y gracias a las políticas impulsadas por la edil, emergía en Huelva un importante movimiento asociativo de jóvenes con gran diversidad de intereses e inquietudes culturales que encontraron en La Ruta un espacio seguro y con dotaciones para el desarrollo de sus actividades.
Según consta en el Convenio de Colaboración suscrito entre el Ayuntamiento de Huelva y la asociación Juvenil Inkusen el 14 de junio de 2018, al que ha tenido acceso La Mar de Onuba, en aquella fecha compartían las instalaciones del centro social municipal las asociaciones Inkusen, Artes Escénicas Huelva, K2D, Xtation, UOH, Tierras de Fantasía y la Asociación Teatral Entre Bambalinas.
Para facilitar su coexistencia, el detallado anexo que se reproduce en esta página estableció los días y horas de la semana para el uso por parte de cada movimiento asociativo. Todos ellos, menos Entre Bambalinas, que desarrollaba sus actividades miércoles y viernes, ocupaban la Casa de la Juventud durante sábados y domingos, en sesiones de mañana y tarde. Se hacían responsables, de solicitar y devolver las llaves, bajo el debido registro documental, así como de velar por el buen uso de espacio. Además, en el convenio suscrito con el Ayuntamiento las asociaciones asumían expresamente la obligación de asegurar “la utilización diligente de los espacios de uso común, así como también del mobiliario, respondiendo de los daños que puedan ocasionar sus miembros y usuarios bien por acción o por omisión, efectuado de forma inmediata y a su cargo las reparaciones necesarias”. También que “Está terminantemente prohibido el acceso a las oficinas de la Casa de la Juventud (Dirección y Oficina de Dinamización Juvenil) salvo petición previa y autorización expresa”. Según fuentes municipales consultadas por esta revista, no constan incidencias hasta la fecha que hayan hecho necesario activar estas cláusulas de los convenios suscritos entre el Ayuntamiento de Huelva y las asociaciones de jóvenes onubenses.
La buena sintonía entre las asociaciones continuó durante el segundo mandato de Gabriel Cruz, tras la salida de Alicia Narciso del equipo de gobierno y su sustitución por María José Pulido, quien «tampoco nos dejaba atrás, siempre ayudaba en lo posible e incluso asistió a algún evento nuestro como la plantación de un árbol en el parque Moret», destacan los chicos y chicas de Inkusen.
Lamentablemente, toda aquella efusión de actividad y creatividad también se vio afectada en 2020 por la crisis sanitaria de la COVID-19, y cuando por fin se relajaron la medidas de seguridad, apenas tres de las asociaciones retomaron, con distinta intensidad, sus actividades en La Morana.
Al iniciarse el mandato de Pilar Miranda y el PP, sólo Inkusen mantenía una programación estable que, además, crecía a medida que el resto de asociaciones fue dejando espacios comunes y horas de uso. Inkusen siguió creciendo y reuniendo cada fin de semana a varias decenas de personas jóvenes de Huelva y localidades cercanas atraídas por sus muchas actividades de interior y exterior.
Hoy suman más de 70 personas asociadas y una buena tropa de seguidoras y seguidores. Se autodenominan inkusenitas.
«Y usted estaba allí», Soriano criminaliza a la juventud onubense (y al PSOE) con mentiras en el Pleno municipal
La última actividad de Inkusen en La Morana tuvo lugar el 16 de septiembre del pasado año, como puede constatarse en sus redes sociales. Tras aquel último encuentro en el centro comunitario, y como adelantaba La Mar de Onuba el pasado lunes, el nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento comenzó a denegar el acceso al espacio de propiedad municipal alegando que allí se almacenan «documentos que deben ser protegidos».
Esta justificación, después de que los jóvenes onubenses hayan convivido con dichos documentos sin incidencias y durante años en La Morana, fue confirmada el pasado martes en Pleno municipal por el concejal de Participación Ciudadana, Manuel Jesús Soriano, quién pidió la palabra para ofrecer una áspera respuesta, trufada de falsedades y desconfianza hacia el movimiento asociativo de los jóvenes onubenses, a una interpelación del grupo municipal socialista. Fue la primera intervención como miembro del equipo de gobierno de Pilar Miranda en el Pleno municipal del antaño activista social «fichado» por el PP.
(Ver el debate completo en https://youtu.be/RUPfz6KVvCA)
“Dentro de los Centros Sociales del Ayuntamiento están los servicios sociales, como bien indica su nombre, donde se trabaja con materiales muy sensibles, expedientes que no pueden estar comprometidos a que los vea alguien o puedan robarlo”, argumentó Soriano. No constan incidentes causados por las asociaciones juveniles en edificios de titularidad pública en más de una década, pero Soriano advirtió de que podía haber pasado. “Y usted estaba allí”, le llegó a espetar, a saber por qué, a la concejal Cinta Gutiérrez, quien había defendido la interpelación del grupo socialista al equipo de gobierno.
“Por eso”, continuó Soriano, “los fines de semana no se puede dejar libremente acampar (sic) a sus anchas a ningún colectivo”. Sembrada, con carácter general, la desconfianza del equipo de gobierno popular sobre el movimiento asociativo de la juventud onubense, el concejal de Participación Ciudadana arremetió con injustificada saña, medias verdades y falsedades contra la Inkusen, a la que, tras quince años de exitosa existencia, calificó de “asociación ficticia” por no haber sido “asociación del Ayuntamiento de Huelva” (sic) hasta el 2 de abril del 24. “No ha sido Asociación hasta hace tres meses”, aseveró mostrando al respetable “el documento al que me refiero por si quieren ojearlo”. Y concluyó: “así que ustedes disteis a una asociación ficticia para el Registro de Asociaciones del Ayuntamiento durante 8 años unas llaves con las posibles consecuencias que eso conlleva”.
La información que Soriano iba leyendo falseaba la realidad y ocultaba información. Inkusen nunca ha sido una asociación “ficticia”, y su inscripción este mismo año en el registro municipal de asociaciones del Ayuntamiento de Huelva responde a una -innecesaria- exigencia del equipo de gobierno, ya que la asociación es desde 2009 entidad de pleno derecho con capacidad para operar en el ámbito local. El concepto “asociación del Ayuntamiento de Huelva”, propio de regímenes totalitarios y limitantes, no es, de hecho, más que una ocurrencia… ¿de Soriano? “No los dejamos abandonados, eso ténganlo por seguro, pero primero han tenido que entregar los papeles para ser asociación del Ayuntamiento. La legalidad ante todo”, insistía, en tono solemne. Si el gobierno municipal del PP entiende que el Registro de Asociaciones de la Delegación Provincial de la Junta de Andalucía no es suficiente para establecer convenios de colaboración con el Ayuntamiento, el movimiento asociativo, en general, tiene un serio problema para aquello de la “participación ciudadana” en la capital onubense .
Al modelo de colaboración con las asociaciones de la anterior Corporación socialista, descrito en la primera parte de este artículo, Manuel Jesús Soriano lo denominó “barra libre” (y «pan y circo«) para acceder a los edificios municipales. Añadió más datos falsos, incompletos o improcedentes, para afianzar su posición la desconfianza del equipo de gobierno hacia las asociaciones de jóvenes. “En La Morana se llevaron un televisor según nos contó esta asociación” (por Inkusen) “ya que además de ellos entraban más personas allí con sus propias llaves. Según las monitoras de Cultura en los Barrios rompieron -no se sabe quién- la puerta del horno de la cocina y dejaron inutilizados el horno de la cerámica al haber estado manipulado para hacer pizzas».
En un mensaje de WhatsApp a esta revista , Inkusen respondía solo unos minutos después: “Tras escuchar un poco el Pleno, nos gustaría comentar lo del ‘robo del televisor’ que menciona Manuel Jesús Soriano. Eso fue en Nueva Huelva, no en La Morana, y sucedió durante el mandato del PP”. Respecto a lo de usar el horno de cerámica «para hacer pizzas», los jóvenes de Inkusen también son tajantes: “Parece una broma que se han inventado para soltar mas tonterías”. Un instante después, Soriano matizaba ante el Pleno: “No decimos que haya sido esta asociación, pero las llaves han circulado y la barra libre dentro del Centro Social se hizo sin control ninguno”.
Así que, con los argumentos esgrimidos por Manuel Jesús Soriano en su primera intervención ante el Pleno municipal como concejal del PP, la única posibilidad para los jóvenes de Inkusen de usar infraestructuras de titularidad municipal se reduce a compartir instalaciones con una de tres asociaciones de vecinos previamente decididas por él mismo. La alternativa obligará a la asociación a reducir significativamente tanto el número de actividades como participantes. Pero, para Soriano y el equipo de gobierno de Pilar Miranda, en las asociaciones de vecinos «es donde tienen que estar y donde van a estar. No van a estar en un centro social, porque el Centro Social está para otras cosas, no para que estén las asociaciones dentro”, zanjó, sin concretar qué cosas, Soriano. Concejal de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Huelva.
El fichaje del librero y activista Manuel Jesús Soriano, un personaje conocido y apreciado en la ciudad por su abierta defensa de las personas más vulnerables, especialmente aquellas sin hogar a las que usualmente se refería como “piel de cartón”, fue un indubitado golpe de efecto del Partido Popular de Huelva, que bordaba la lista municipal encabezada por Pilar Miranda con un perfil humanista y cultural, y también cierto "bagaje político", al haber participado en la constitución y primeros retos electorales del partido extraparlamentario Andalucía Por Sí.
Con el aterrizaje de Serrano en el puesto 14º, el que otorga mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Huelva, el PP cerraba para Miranda una lista con importantes incorporaciones de independientes como la fisioterapeuta del Recre y empresaria de salud deportiva, María de la O Rubio, que ocupó el número 13 en la lista. O el internacionalmente galardonado maestro Luis Alberto Arnés, galardonado por ser el mejor docente de España, Premio Buena Gente de Huelva, Global Teacher Award, y desde esta misma semana, Onubense del Año del diario Huelva Información (distinción que también recibió Soriano en 2014). Anés fue situado por los populares en el puesto 12, por delante de Rubio y de Soriano.
El PP de Huelva obtuvo sólo 13 asientos en el pleno municipal, y la renuncia de Anés a tomar posesión de su acta de concejal hizo posible que Soriano entrara finalmente a formar parte del grupo municipal de los populares onubenses y del equipo de gobierno de Pilar Miranda.
A pesar de su juventud, Anés se encontraba en ese momento en proceso de reconocimiento de una situación de invalidez a causa de una grave minusvalía visual, incapacitante para seguir ejerciendo su oficio de maestro en las aulas de los actuales colegios andaluces. Una situación conocida en el PP onubense cuando fue invitado a sumarse la lista de Miranda, pero que, pasadas las elecciones, lo llevó a renunciar en favor de Soriano.
Los motivos de la renuncia de Anés, públicamente reducidos a “problemas de salud”, fueron revelados a este periodista, es cierto que sin saberlo, unos minutos antes de que comenzara un concierto del grupo local Síndrome en la velada ciudadana y solidaria Musicarte del año pasado en el Barrio del Matadero, celebrada el 3 de junio, apenas seis días después de las elecciones municipales, 13 ante de hacer pública su decisión.
Anés me fue presentado aquella noche por otra candidata de la lista popular, no electa, como “uno de nuestros flamantes concejales”. Pero el docente corrigió aquella presentación, anunciando que, ese mismo día, y tras conversaciones mantenidas con la cúpula del PP de Huelva, había decidido renunciar a recoger el acta y ceder espacio para que Manuel Jesús Soriano fuera concejal. Anés lamentaba que desde el PP se le había dicho que “Pilar va a necesitar a personas que se puedan implicar al 100 %”, y que su inminente situación de invalidez (para la docencia) podría ser incompatible con el ritmo de trabajo que la primera alcaldesa de Huelva pensaba imprimir a su equipo de gobierno. «Siendo onubense con amor infinito por nuestra tierra, es todo un orgullo pero no podré jurar mi cargo por motivos de salud y las consecuencias que éstos conllevan. Los mismos motivos que me sacaron antes del aula y por los que sigo intentando reinventarme en la necesidad de sentirme útil”, escribió, 13 días después, en sus perfiles de las redes sociales.
Con más o menos vista, Anés pudo afrontar para el PP de Huelva la que él mismo describió una “campaña electoral agotadora”, pero el equipo de Pilar Miranda no lo vio capaz de asumir responsabilidades en el grupo municipal que su buen nombre había ayudado a conformar.
Anés renunció a su acta y Soriano se convirtió en el edil número 13 del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Huelva. Miranda lo nombró Concejal de Participación Ciudadana, con dedicación exclusiva y un salario anual superior a los 63 mil euros.
Me preguntó si Anés se hubiera referido a los chicos de la asociación juvenil Inkusen en los despectivos términos y tono utilizados este martes por Manuel Jesús Soriano en su "estreno" en el Pleno del Ayuntamiento de Huelva. O si el maestro habría permitido que un grupo de adolescentes fuera despojado de un espacio público por una abierta desconfianza en lo que pudieran llegar a hacer y no han hecho en más de diez años.
Pero a Anés lo sustituyó Soriano. Al 100 %.
Queda en la inteligencia.
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