La Niña de los Peines jamás obtuvo un Grammy Latino. Y aún así, la luz de su alma y de su garganta sigue brillando en el universo Flamenco como un faro para las generaciones que vendrán. La pregunta es si Pastora Pavón ganaría un Grammy ahora. Y la respuesta, por más que nos duela a quienes la veneramos, sería que quizá no. ¿Por qué?
Este año, la organización de los Grammy Latinos ha suprimido la categoría de “Mejor Álbum Flamenco”. Muchos reaccionamos indignados ante la noticia. Para la Academia Latina de Grabación no se trató de una decisión política, sino meramente burocrática, alegando que las bases exigen al menos 25 álbumes presentados y ese no fue el caso.
Universal Music Spain aportó 10 candidaturas correspondientes a grabaciones realizadas durante 2018 y calificadas favorablemente por la organización. Se llegara o no al número mínimo de candidaturas, lo cierto es que no hubo 25 que pasaran el corte de calidad de la Academia.
En cualquier caso, manifestaron que “debido a este incumplimiento, la categoría de Flamenco no participará en el vigésimo proceso anual de los Premios Grammy Latinos. Después de dos años de incumplimiento, la categoría se suspende, y después de tres años, se cancela. Esperamos encontrar soluciones antes de que eso suceda. La belleza, la sutileza y el poder de la música flamenca merece nuestro reconocimiento”. Eso dijeron.
Antiguos premios
En 2018, obtuvo el premio Arcángel con su Al Este Del Cante. En 2017, Vicente Amigo con Memoria de los sentidos. En 2016, la Niña Pastori con Mírame como soy. En 2015, el disco Entre 20 Aguas. A La Música De Paco De Lucía, homenaje al Maestro producido por Javier Limón. EN 2014, Paco de Lucía con Canción Andaluza (también “Álbum del año”). En 2013, el Soy Flamenco de Tomatito…
El problema no es la calidad de los ganadores en ediciones pasadas. El problema es otro y mucho más complejo y alarmante. ¿Cuántos discos de Flamenco se editan en España cada año? ¿Cuántos con proyección internacional? ¿Qué criterio se utiliza para su selección y cuál para la concesión del reconocimiento?
Flamenco universal
La dimensión universal del Flamenco es innegable. Por eso, desde el 16 de noviembre de 2010 es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Sin embargo, ni la calidad individual de los artistas, ni su infatigable talento para innovar y mantener las esencias, ni los numerosos recitales y academias diseminadas por todos los rincones del planeta, se corresponden con la minoritaria producción fonográfica del Flamenco y su escasa capacidad de impacto comercial a nivel mundial, valores clave para su reconocimiento en unos premios como los Grammy Latinos.
Muchos de los grandes cantaores o tocaores no disponen de los medios adecuados para grabar en multinacionales discográficas que puedan presentar su candidatura. Otros muchos, ni se lo plantean siquiera, a pesar de impregnar el aire de pureza cada vez que abren la boca o despliegan sus manos o sus pies. Y artistas admirables, con un compromiso social cargado de humanidad y de una altura creativa que raya lo divino, defienden la vida de la que está hecha el flamenco fraguando nuevos cauces que no gozan del aval mercantil masivo que parece exigir unos premios de estas características.
Conclusiones
Sin duda, los Grammy pierden más sin el Flamenco que el Flamenco sin los Grammy. Mientras mantenga este formato, me temo que son ellos los que se lo tienen que pensar.
Aún así, la razón de este artículo tiene más que ver con una llamada a la creación de vías de reconocimiento que prestigien y difundan como merecen a quienes sí graban verdaderas obras de arte. Es cierto que ha cambiado el mundo discográfico. Pero no es menos cierto que el Flamenco sigue siendo una aleación mágica de verdad y vanguardia, que ahora vuelve a calar con muchísima fuerza, que no debiera permitir que sus creadores y creadoras no puedan grabar ni proyectar sus productos con dignidad.
Quizá habría que crear algo parecido a los Grammy pero sólo del Flamenco, con una gala al mismo nivel que los Goya del cine o los Max de teatro, que premien a la jondura y a la innovación, a las voces consagradas y a las nuevas, perfectamente compatibles con los festivales y concursos clásicos que tanto bien y tan necesarios son para mantener viva la llama del Flamenco. No quedarnos de brazos cruzados y promover un reconocimiento con impacto mediático, centrado en la calidad, que hoy pudiera ganar La Niña de los Peines.
Y escuchar Flamenco para que sea rentable grabar discos y presentarlos en directo y en premios como los Grammy, y así callarles la boca.
Antonio Manuel Rodríguez Ramos, Profesor Derecho Civil e investigador Flamenco, Universidad de Córdoba. Ponente en multitud de conferencias sobre Flamenco y autor del estudio "Flamenco. Arqueología de lo Jondo" (Almuzara, 2018), con epílogo de Manolo Sanlúcar, que revisa los orígenes del género. El libro ha sido presentado en la Cátedra de Flamencología de Córdoba y en un centenar de eventos en España, Italia o Marruecos.
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