El delantero ucraniano posa con camisetas de un grupo paramilitar de ultraderecha y posa junto a la efigie de un héroe independentista y filonazi.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se mostró en 2017 «orgulloso» de la afición del Rayo Vallecano, después de que rechazara el fichaje del jugador ucranio Roman Zozulya por su presunta filiación racista después de salir a la luz imágenes del delantero posando con simbología nazi y fascista. «Era un neonazi», ha dicho Iglesias. Aseguraba Iglesias que es «muy saludable» que los seguidores del equipo de Vallecas «no se lleven bien con un señor que, si eres homosexual o negro, considera que eres inferior».
Según el líder de la formación morada, Vallecas es «un barrio donde los derechos humanos son fundamentales, hay que respetar la dignidad de un equipo popular». Un grupo de hinchas del Rayo Vallecano se había manifestado contra el fichaje de Zozulya por su filiación neonazi e Iglesias le mostró su apoyo. Incluso los empleados llegaron a reconocer que cometieron un error contratando a un futbolista cuyo militarismo nacionalista manifiesto contradice los valores de la comunidad que representa el Rayo. “Este es un barrio obrero, como nuestra afición”, repetían. En toda España no hay un club con más conciencia de clase.
“Él mismo se ha manifestado en Twitter”, explicaba en esa época Ángel Domíngez, presidente de la ADRV y la peña Planeta Rayista, “colgando fotos de Stepán Bandera, el más representativo de los colaboracionistas nazis ucranios de la Segunda Guerra; haciéndose fotos con el Batallón Azov; fotos con símbolos de Pravy Sektor, el grupo neonazi ucraniano… Él ha financiado estos colectivos. Debe ser consecuente con la información que traslada a través de las redes”.
Tras la polémica, Zozulya explicó que era defensor del ejército ucranio en el conflicto con los prorrusos, pero negó que simpatizara con el nazismo. “Si algo así pasase en España, no dudarían en defender a su país”, se justificó, a la vez que afirmó que temía por la seguridad de los suyos. “El fútbol es mi vida, pero si tengo que elegir entre el fútbol y mi familia, la decisión es bastante evidente”. En el verano de 2017, el delantero fichó por el Albacete, donde ha encontrado su sitio. Este domingo era la primera vez que pisaba el estadio vallecano, ya que en el curso anterior que ambos equipos coincidieron (2017-18) se había quedado en casa para evitar problemas.
Tras su frustrado pase al Rayo por su filiación fascista, Zozulya volvía a su club de origen, el Betis, y desde ahí acabaría fichando por el Albacete Balonpié.
Suspendido por cánticos antifascistas
Ayer, el partido entre el Rayo Vallecano y el Albacete se suspendió en el descanso con 0-0 después de que la afición local definiese a Román Zozulya, delantero ucranio del Albacete. “¡Zozulya eres un nazi!”, ¡Puto nazi! o “¡fuera de Vallecas!”, coreó parte de la afición franjirroja durante la primera mitad del encuentro. En el descanso, ambos equipos decidieron no volver al césped y el árbitro procedió a la suspensión, la primera en un partido de LaLiga por insultos.
Durante el choque, Zozulya se mostró tranquilo, en apariencia ajeno a todo el ruido. Cuando su equipo enfilaba los vestuarios, el ucranio acercó la mano a una oreja como respuesta a los cánticos. Mientras, Néstor Susaeta, exjugador del Rayo, pedía prudencia a los aficionados. “Yo ya he parado dos veces, haced lo que creáis necesario”, decía el árbitro a los jugadores del Albacete mientras todos se retiraban.
Durante toda la semana previa, desde el Rayo se pidió a la afición que respetase al jugador. “Solo pido respeto para Zozulya. Cada uno puede opinar, pero con respeto. Si Vallecas tiene que opinar, que lo haga con respeto. Solo me importa que Zozulya es un buen delantero, el resto no me interesa”, declaró Paco Jémez, entrenador rayista.
Los cánticos en Vallecas arreciaron desde el principio, provenientes sobre todo del fondo donde se ubican los Bukaneros, los aficionados de izquierda del Rayo.
Nunca se suspendió por insultos racistas
La suspensión sienta un precedente, algo que no sucedió anteriormente con los cánticos racistas a jugadores como Eto’o, Ronaldo, Dani Alves e Iñaki Williams.
Dani Alves y Neymar han sido víctimas de situaciones racistas con los plátanos. Y de los plátanos a los monos, una forma vejatorio en la que los fascistas llaman a los jugadores negros. «Eres un mono, Marcelo eres un mono», es el cántico que ha tenido que escuchar en más de una ocasión el segundo capitán del Real Madrid.
Paulao tuvo que escuchar como su propia afición le insultaba cuando estaba en el Betis, a Kameni fue la afición radical del Atlético de Madrid la que le dedicó un «Salta la valla, Kameni salta la valla».
Y todavía hay más en el mismo fútbol español. En un partido entre el Elche y el Granada se vivió un episodio para el olvido en el que Nyom fue insultado por la grada del Martínez Valero. Los cánticos racistas acabaron con la paciencia de un Nyom que lanzó el balón a los aficionados, siendo castigado por ello con una tarjeta amarilla.
El exbarcelonista Samuel Eto’o, tanto en su etapa como jugador como tras colgar las botas, se ha mostrado como un gran activista contra el racismo, y lo demostraba sobre el campo. En un encuentro entre el Barcelona y el Zaragoza, cansado de los insultos de carácter racistas, Eto’o decidió abandonar el campo y a él se sumó Ronaldinho. Entre el árbitro de aquel choque y Rijkaard les convencieron para que continuasen jugando. En el Coliseum Alfonso Pérez recibió insultos racistas que acarrearon una multa de 6.000 euros al Getafe.
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