En vísperas de los comicios generales del 1 de junio de 1919 en el que vencieron los conservadores de Maura y De la Cierva, seguidos por los conservadores de Dato (recordemos la división interna del Partido Conservador entre mauristas e idóneos de Dato), y donde la Conjunción Republicano-Socialista sacó 15 diputados, Pablo Iglesias publicó en El Socialista un artículo donde explicaba, en su opinión, que era el orden para los conservadores, y lo que había que hacer para combatirlo e impedir que se perpetuase en España.
Pablo Iglesias arremetió contra el conservadurismo asimilando el orden que defendía con las siguientes situaciones:
-Dejar en completa libertad a los acaparadores que provocaban hambre.
-Imponer derechos al azúcar que procedía del extranjero para encarecer el producto.
-Restringir la entrada de patatas en España provocando su carestía, frente al enriquecimiento de los acaparadores.
-Impedir el abastecimiento del mercado de trigo, provocando subidas de precios que generaban hambre, y enriquecimiento a los acaparadores.
-Consentir que los precios del carbón para los consumidores humildes fuesen los mismos que en los tiempos de la guerra (Gran Guerra), para beneficio de los propietarios mineros y los agiotistas.
-El valerse del dinero público para hacerse con los votos.
-El no reparar en la realización de cualquier atropello o felonía para conseguir el triunfo de sus candidatos.
-El estimular a los miembros pudientes de entre sus filas para comprar actas corrompiendo con dinero el sufragio.
-El orden también serían las jornadas y hechos acontecidos en distintos lugares: Tarancón, Montilla, Consuegra, Quintanar de la Orden, la expulsión de Melilla de los presidentes y secretarios de las Sociedades Obreras, y las detenciones en Córdoba y otros pueblos de dicha provincia de los hombres más destacados del socialismo y del sindicalismo.
-El orden también era clausurar Centros Obreros.
-Orden era concentrar fuerzas militares y de la Guardia Civil para acallar a tiros y sablazos las reclamaciones de los explotados, fuesen mujeres u hombres.
Ese era, en conclusión, el orden de los que Pablo Iglesias calificaba como los “fusiladores de Ferrer”, y que pretendían regir durante mucho tiempo los destinos de España.
Pero contra este orden y contra la idea de imponerle durante mucho tiempo en España, deberían ir a votar cuantos ciudadanos quisieran librar al país de experimentar este “bochorno”, es decir, era un llamamiento para acudir a las urnas.
Hemos consultado el número 3578 de El Socialista.
Eduardo Montagut, el historiador de cabecera de La Mar de Onuba, es Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.
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