Según los datos oficiales hechos públicos por el INE, la economía andaluza finalizó el mes de noviembre con un descenso en los precios del 0,1%, el mismo que el del conjunto del Estado (0,9%). A su vez, Andalucía obtiene una tasa interanual de inflación del 1,4%, tres décimas inferior a la obtenida a nivel estatal (1,7%), y siete décimas menor a la registrada en Andalucía el mes pasado (2,1%). Así, encadenamos ya 27 meses con un nivel general de precios superior al del mismo mes del año anterior.
Por grupos, Vestido y calzado (5,1%) con la nueva temporada de moda y la cercanía de las compras navideñas, fue el grupo que registró el incremento de precios más significativo. Por el contario, los grupos Transporte (-1,2%), tras el descenso en el precio de los carburantes, junto con Hoteles, cafés y restaurantes y Ocio y Cultura (ambos -0,9%) fueron los que redujeron sus precios en mayor medida.
En el último año, solo han descendido los precios en Ocio y cultura (-0,7%), incluso seis décimas más de la tasa interanual que registraba el mes pasado. En cambio, los mayores incrementos de precios continúan siendo los protagonizados por Transporte (3,2%) y Comunicaciones (2,1%).
Por provincias, durante el pasado mes de noviembre, los precios solo se incrementaron en Jaén (0,3%) y Córdoba (0,1%). Los descensos más señalados han sido registrados en Cádiz (-0,5%) y Granada (-0,3%), mientras que en Málaga (0,0%) se mantuvieron constantes.
A lo largo del último año, en todas las provincias se han incrementado los precios. Granada (1,7%) se mantiene como la provincia más inflacionista, mientras que Cádiz (0,8%), se afianza como el incremento más reducido. De esta forma, las diferencias interprovinciales se incrementan dos nuevas décimas para situarse en nueve.
En cuanto a los alimentos de primera necesidad, durante el undécimo mes del año, la carne de ovino (0,9%) y el pescado y las legumbres y hortalizas frescas (ambos 0,8%), registraron los incrementos más destacados en un mes en el que los protagonistas han sido los descensos. En este sentido, es de reseñar, los importantes abaratamientos de algunos productos, como las frutas frescas (-7,3%) y los aceites y grasas (-3,1%).
En términos interanuales, las patatas y sus preparados (11,9%) y las legumbres y hortalizas frescas (7,5%), fueron los productos más inflacionistas. Los aceites y grasas (-12,2%) registraron el único descenso significativo, junto a otros más reducidos alcanzados por leche (-1,1%) o la carne de ovino (-0,8%).
Otras cuestiones que, además del Índice General de Precios, afectan a nuestro poder adquisitivo de forma importante:
o Los carburantes se han abaratado de forma significativa a lo largo del pasado mes de noviembre, solo alterado por incrementos puntuales y casi inapreciables. De esta forma, el diesel, ha pasado de 1,294 € al finalizar el décimo mes del año a 1,202 € el 3 de noviembre, el nivel más bajo de todo el mes.
o El Euribor a un año, se ha vuelto a incrementar por octavo mes consecutivo y se sitúa en -0,147. Por tercera vez, el Euribor es mayor al registrado hace un año y, por lo tanto, parece consolidarse un nuevo problema para las dañadas economías domésticas: la revisión al alza de sus cuotas hipotecarias.
o El recibo de la luz tras medio año consecutivo de subidas, encadena ahora dos mensualidades a la baja y se reduce un 2,1%. Con ello, el precio de la electricidad que pagamos las familias trabajadoras prácticamente ha pasado a ser el mismo que el que pagábamos hace un año, apenas 5 céntimos por encima en lo que a la factura media se refiere. A pesar de ello, aunque tendremos que esperar a la finalización del ejercicio económico, el Barómetro Energético de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía, el precio medio previsto del mercado eléctrico español a cierre de 2018 superará en un 9,7% el valor del año anterior. Si se confirmara esta previsión, 2018 sería el segundo año con el precio medio eléctrico más caro desde el pasado 1998.
- En definitiva, aunque tenemos que esperar al último mes del año, normalmente inflacionista, para ser que la inflación nos da un respiro, tanto en términos mensuales como interanuales.
Es de reseñar que esta reducción en el nivel general de precios venga protagonizada por una serie de productos esenciales en la vida diaria de los trabajadores: los combustibles, los alimentos de primera necesidad y el coste de la electricidad. De esta forma, realmente puede llegar a suponer un alivio para las dañadas, por la crisis, economías domésticas.
Desgraciadamente, este retroceso inflacionista no viene acompañado por el demando proceso de mejora de las retribuciones que necesitan los trabajadores andaluces y que, desde que se iniciara el proceso de recuperación económica, vienen exigiendo las organizaciones sindicales. De esta forma, el efecto de este descenso de precios queda menguado en términos de poder adquisitivo real, perdiéndose así una oportunidad inmejorable de comenzar con la mejora de los niveles de calidad de vida y de cohesión social que requerimos para que no se agote la mejora de nuestro PIB.
Nos encontramos en un momento sociopolítico convulso, marcado por el resultado de unas elecciones que nos dejan ante un panorama, al menos novedoso. Sea como sea, los trabajadores andaluces necesita de unos políticos responsables, que dejen de mirarse entre ellos y pongan el foco en ser garantes de las necesidades de la ciudadanía y, con ello, en facilitarle la recuperación de los derechos pisoteados durante los años de crisis, entre ellos los económicos.
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