El Mar Menor sufre una degradación ambiental de tipo eutrófico desde hace décadas que se manifiesta con la proliferación de microorganismos, muchos de ellos fotosintéticos, tanto sésiles como de vida libre, y algas superiores, que pueden alcanzar tal densidad de individuos que son capaces de eliminar a los seres vivos autóctonos por múltiples mecanismos, entre los que cabe citar:
- la captación de oxígeno, que resulta en episodios más o menos prolongados de hipoxia e incluso anoxia, que afectan con especial relevancia a la fauna de la laguna;
- la carencia e incluso ausencia de luz, esencial para las comunidades de fanerógamas marinas más destacables como Cymodocea nodosa o Ruppia cirrhosa;
y 3- la producción de toxinas o de compuestos tóxicos procedentes del metabolismo microbiano que resulta de la descomposición de la materia orgánica que se genera en cantidades mayores de las que el sistema es capaz de asimilar, llegando a concentraciones tales que resultan tóxicas, especialmente para la fauna local.
Orígenes de la degradación
Con el cultivo de secano y hasta los años 70 del siglo XX, el nitrógeno entraba principalmente por escorrentía en invierno y era el factor limitante tanto para la producción primaria bentónica (1) como planctónica de la laguna, mientras que el fósforo penetraba directamente por filtraciones de las aguas urbanas, especialmente durante el verano y, en la mayoría de los casos, sin tratamiento previo.
Hasta finales de la década de los 80, las concentraciones de nitrato eran bajas, contrastando con valores más altos de fosfatos.
A finales de la década de los 90, las concentraciones de nitrato eran ya diez veces más altas, especialmente durante la primavera y el verano, entrando fundamentalmente por la rambla del Albujón y debido a la elevación del nivel freático.
Las concentraciones más bajas se observan en La Manga y en la zona de influencia del canal de El Estacio, confirmando inequívocamente que las entradas de nitrato proceden de la actividad agrícola, según los biólogos.
Además de esto, la necesidad de desalobrar el agua de acuífero para su utilización en agricultura genera residuos de salmuera con altos niveles de nitratos.
Las aportaciones netas al Mar Menor suponían, ya en 2000-2005, alrededor de mil toneladas de nitrógeno anuales y explica, sin género de dudas, aseguran, la crisis eutrófica actual, que provoca la elevada mortandad de animales, el mal olor y la turbidez del agua de la laguna.
Los biólogos murcianos (COBRM) aseguran que, a pesar de que los efectos de la eutrofización debidos a la agricultura intensiva, en mayor medida, y también al resto de actividades humanas, en menor medida, han modificado gravemente la ecología del Mar Menor el sistema es resiliente, por lo que estiman «que aún disponemos de una ventana de oportunidad para mejorar la salud ambiental de la misma, lo cual, a su vez, repercutiría positivamente en la salud humana y en la economía local, especialmente en el sector turístico».
Impacto en la economía turística
Esta degradación ambiental se traduce, asimismo, en una devaluación del sector turístico regional, que supone un 11,4 por ciento del PIB (Balance turístico de la Región de Murcia, 2018), y del cual el Mar Menor concentra alrededor del 70 por ciento de ese turismo (supondría, aproximadamente, un 8 por ciento del PIB), supeditando cerca de 35.000 empleos directos que dependen, de forma directa, de esta albufera.
Por el contrario, la actual estrategia del ejecutivo regional perjudica y pone en peligro a un ocho por ciento del PIB, a costa de salvar un sector (agricultura intensiva del campo de Cartagena) que no supone ni el uno por ciento del PIB regional (Pacto por el Mar Menor lo cifró en el 0,6 por ciento del PIB).
El ejecutivo regional se equivoca
En el último comunicado realizado por el presidente del ejecutivo regional, Fernando López Miras, se propone el dragado urgente y sin ningún tipo de evaluación de impacto ambiental, de las golas del Mar Menor, alegando que esto «favorecerá el intercambio de agua con el Mediterráneo, incrementando la oxigenación y mejorando la situación».
En opinión de los biólogos murcianos, el este enfoque es contrario a evidencia científica, a los objetivos de desarrollo sostenible, los de los instrumentos de gestión de la Red Natura 2000 del Mar Menor y las políticas de sostenibilidad ambiental promovidas por la Comisión Europea por ser soluciones de final de tubería que no solo no corrigen ni previenen el problema, sino que tampoco han demostrado ser eficaces para mitigar otras catástrofes ambientales.
Soluciones
A día de hoy existen, al menos, dos enfoques que pretenden solucionar la crisis eutrófica en el Mar Menor. Uno de ellos, el que defienden desde el COBRM, es la reducción en origen de los aportes de nutrientes. El otro, que consideran inadecuado, son las soluciones de punto final, con actuaciones que pretenden la reducción de la entrada de nutrientes sin incidir en el origen que los genera.
El enfoque que defienden desde el Colegio de Biólogos se basa en el principio de prevención: por citar una analogía con la sanidad, en la prevención de la enfermedad, mientras que las soluciones de punto final van encaminadas a la curación de la misma, con métodos de dudosa eficacia y con probables efectos nocivos en el contexto ambiental.
En la problemática del Mar Menor, es más costoso aplicar soluciones de punto final, cuya eficacia, además, es cuestionable, que la reducción en origen, que indudablemente limitaría a corto, medio y largo plazo la entrada de nutrientes al Mar Menor en superficie y también al acuífero, ya que, para mayor problemática, el acuífero cuaternario se encuentra contaminado con elevadas concentraciones de nitratos de origen agrícola, y continuará contaminándose si no se dejan de verter nutrientes.
Conclusión
Desde la perspectiva de este colegio profesional, asumiendo el coste económico que supone para las arcas regionales, debe acometerse la reducción en origen de una parte importante de la agricultura intensiva, empezando por los regadíos ilegales, sin más demora, transformándose en modelos alternativos sostenibles o, directamente, finalizándose dicha actividad, especialmente en la zona cercana al Mar Menor. No hacerlo conducirá, irremediablemente, a una mayor degradación del Mar Menor y, por extensión, del Mediterráneo cercano, donde ya se observan episodios puntuales de eutrofización en algunos puntos del parque regional de Calblanque.
1 Se llama bentos a la comunidad formada por los organismos que habitan el fondo de los ecosistemas acuáticos
Concha Moreno es Periodista. Tras más de 30 años en el sector de la construcción en general, de la mano de una publicación para profesionales, un buen día nuevos derroteros la llevaron al mundo de la política, pero sin dejar la comunicación. Esa época determinó el comienzo de un camino dirigido a la solidaridad, a la defensa de los derechos humanos, a la denuncia. Poco después dejó España y se instaló en México. Allí comenzó a publicar en el periódico México Inteligente, donde tuvo su propia columna. Posteriormente, colaboró con el Periódico de Puebla y con revistas literarias, donde editó poesía. Un buen día contactó con Periodistas en Español, medio que le permitió relatar a los españoles lo que sucedía en el país azteca, así como describir las maravillas de su naturaleza. Tras siete años de estancia en México, a mediados de 2018 regresó a España. Actualmente sigue los avatares mexicanos y continúa contándolo en Periodistas en Español.
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