No dimita, explique a los españoles por qué miles de migrantes marroquíes se hacinan en Arguineguin y su Rey se gasta 80 millones en un piso en París.
No dimita, vaya al muelle de Arguineguin y quédese allí hasta que el último migrante africano haya recibido asistencia jurídica, atención sanitaria, un lugar para ducharse y ropa limpia, un cobijo para dormir. Luego no dimita, pida el reingreso en la carrera judicial y trate de que el PSOE, el PP y VOX lo propongan y elijan para presidir el Consejo General del Poder Judicial cuando el actual político magistrado presidente pase a la sala tercera hasta que pueda sustituirle a usted en el próximo gobierno del PP cuando el señor Sanchez expulse la bilis negra que el señor Iglesias le provoca cual garrapata invernal nocturna en la Selva Negra, capaz de provocar la muerte a los no avisados.
No dimita, explique a los españoles por qué miles de migrantes marroquíes se hacinan en Arguineguin mientras el primo del rey emérito que reina en Marruecos, país vecino y amigo de don Francisco por matar beréberes con Millán Astray de compadre, acaba de comprarse en Paris una residencia personal valorada, sin muebles, en unos ochenta millones de euros.
No dimita, explique a Bruselas y al tribunal de Estrasburgo porque los policías que usted manda no permiten que los migrantes que se hacinan en Arguinegui reciban asistencia jurídica como ordena la legislación vigente. Sabido es que cada juececillo tiene su librillo y que hace de su capa un sayo que es lo que ha hecho o consentido hacer estos días.
No dimita, explíquele a los españoles por qué el ministro de Sanidad que sabe tanto de virus ha permitido, con su beneplácito judicial ministerial que dos mil personas no dispongan de atención sanitaria, ni de higiene personal básica para no contraer ni contagiar enfermedades y así se les manda a la puta calle, excelencia, para cumplir la ley.
No dimita, invite a café al Defensor del Pueblo, a la Fiscala general del Estado y a al represente del ACNUR en España y explíqueles que las leyes pueden no cumplirse por un magistrado ministro del Interior de un gobierno de izquierdas cuando los afectados interesados son pobres de solemnidad, no hablan castellano como lengua vehicular, huelen mal y son un incordio permanente.
No dimita, magistrado ministro y diga lo de la hija del
Presidente de una diputación del PP a los parados, desde su escaño en el Congreso: !SE JODAN!
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