Lunes, 23 de octubre de 2023. Mihail, como le decimos, es un ciudadano europeo de 53 años residente en Huelva, que ha sido víctima por dos veces de acoso, abuso de «autoridad» y vejación por parte de presuntos agentes de la Policía Local de Huelva. Además de apropiación indebida y destrucción ilegítima de objetos personales por parte de estos presuntos integrantes del cuerpo municipal para la seguridad ciudadana de la capital onubense.
Una humillación incomprensible e intolerable en un Estado Social y de Derecho como España, y cuya única explicación deviene solaz de malos profesionales, indignos de su uniforme. Gente armada y peligrosa que llevan a pensar si los ciudadanos y las ciudadanas de la capital onubense estamos -debida o presuntamente- protegidas y apoyadas si en la Policía Local dependiente del equipo de gobierno municipal, hoy al mando de la popular y omnipresente Pilar Miranda, caben individuos así.
Huelga tener que decir que al ciudadano Mihail, vecino de Huelva, le asisten todos los derechos de ciudadanía. Desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos o los tratados fundacionales y subsiguientes de la Unión Europea, a la propia Constitución Española. Las circunstancias de la vida le han convertido en un ciudadano indigente, vulnerable y sin hogar propio. Lo que el escritor onubense, ex librero y conocido activista por los Derechos Humanos y contra la pobreza Manuel Jesús Soriano, solía llamar un “piel de cartón”. Soriano, cabe recordarlo, fue por esta lucha el sorprendente “fichaje estrella” de Pilar Miranda para que su lista popular de regreso al gobierno municipal llevara el marchamo de “humanista” e “independiente”. Ocupa hoy ocupa la Concejalía de Participación Ciudadana en el consistorio onubense. El pasado sábado fue informado de este lamentable caso por esta revista.
En su humana independencia marcada por la pobreza y la vulnerabilidad, el ciudadano Mihail suele vestir un sombrero tipo vaquero ataviado con una estrella de sheriff de plástico malo. De hecho, algunas personas, como él mismo cuenta, le llaman cariñosamente así -«el sheriff»- en el barrio del El Matadero, donde malvive en inmuebles abandonados de la zona. Era un sombrero de esos de fieltro barato como los que aún se regalan a los niños pequeños.
Hace unos días, un par de individuos uniformados que circulaban en un vehículo oficial de la Policía Local de Huelva, se detuvieron y pararon a Mihail cuando, como repite insistentemente en las conversaciones mantenidas con el autor de este artículo en los últimos días, salía «del badulaque» tras comprar «salchichón y dos piezas de pan”. Insiste machacona y acartonadamente en este aspecto. Tal vez, porque sigue sin entender por qué motivo fue parado por la Policía aquella tarde. Qué, aparte de su, como versó Antonio Machado sobre sí mismo, «torpe aliño indumentario», pudieron observar los presuntos agentes en su comportamiento para proceder a abordarle en el tránsito desde el badulaque hasta el que, aún ese día, era su domicilio. Una vieja casa baja abandonada hace años.
Los agentes, cuenta el propio ciudadano Mihail, ni se identificaron ni le pidieron que lo hiciera él. Según cuenta, le pararon para pedirle explicaciones de por qué llevaba una “estrella de policía” en su sombrero. “¿Es que acaso eres un sheriff?”, dice que le dijeron. Le quitaron el sombrero, le arrancaron la placa de plástico, la destruyeron ante sus ojos y la tiraron “a la basura”.
Este que sigue es el relato, contado por el propio Mihali (ESCUCHAR VÍDEO en YouTube).
Indignación vecinal, desagravio y nueva vejación policial
Demolición de domicilio sin aviso previo ni alternativa habitacional para el ciudadano Mihail
Operarios sin identificar y sin mostrar ningún tipo de orden municipal o autorización judicial que avalara su acción, derribaron hace unos días la vieja casa abandonada en la que hasta esa misma noche, pernoctaba el ciudadano Mihail. Nadie le avisó de que aquello iba a suceder. Apenas tuvo tiempo de recoger unos pocos enseres antes de que la pala tumbara las paredes sobre sus otras escasas propiedades personales. Ninguna persona del Ayuntamiento de Huelva, trabajadora social, policía u otra, evaluó con anterioridad si la casa a derruir estaba habitada. Tampoco se informó al ciudadano Mihail de ningún tipo recurso asistencial o de acogida que paliara las consecuencias del forzado y aligerado desalojo.
Vecinas, vecinos y otras personas conocidas de Mihail -entre ellas, el autor de este artículo- supimos de lo ocurrido bastantes días después, cuando alguien le preguntó por la estrella que ya no adornaba su sombrero. “Me la quitó la policía porque dice que yo no soy un sheriff”. Yo mismo le pregunté, como se escucha en el audio anterior, si le entregaron algún acta de intervención, apercibimiento escrito o un acuse de recibo del mísero adorno que acababan de expropiarle y destruir.
La infame, nefasta y muy ilegal actuación de los presuntos agentes sorprendió y enfadó tanto a estas vecinas, vecinos y personas conocidas, que decidimos “compensar” el mal comportamiento de los presuntos regalándole un sombrero nuevo con una hermosa placa de plástico. También le dijimos que había sido víctima de una muy mala actuación policial, si es que acaso pudiera denominarse así semejante acto. Un lamentable “caso aislado”, creíamos, como tantos de abusos policiales que, día sí, día no, conocemos través de las redes sociales y medios de comunicación. Le explicamos que no debe temer a las fuerzas del orden y que podía presentar una denuncia. Que la Policía, en cualquiera de sus uniformidades, es un cuerpo de seguridad y confianza, también para el ciudadano Mihail.
Nuevo sombrero, nuevo atentado policial
Supimos del acoso y vejación sufrida por el ciudadano Mihail por indignación vecinal. A algunas personas, no pocas, nos costaba creer que fuera cierto. Incluso especulamos con que, en realidad, podía haber sido víctima de una agresión en forma de “broma de mal gusto” por parte de un par de niñatos ya creciditos que se hubieran identificado falsamente como policías para acosar, humillar y vejar a nuestro apreciado vecino “piel de cartón”. Pero no, según su relato, el ciudadano Mihail fue víctima de un caso flagrante de presunto abuso policial y presunta vejación.
En una de las conversaciones presas de indignación sobre la “anécdota” del sombrero del ciudadano Mihail, unas cuantas personas decidimos activar un modesto «acto de reparación” por el mal rato sufrido, y regalarle un nuevo sombrero. Con su estrella bien visible. Se lo entregó hace unos días un camarero de uno de los bares de la zona.
A pesar de quedarle algo pequeño, el ciudadano Mihail recibió el regalo con alegría, satisfacción y agradecimiento. Lo sé porque no dudó acercárseme, como a otras personas, para decirme “gracias” señalando al sombrero nuevo, a la estrella, con una inmensa sonrisa que muchos no habíamos visto antes en su rostro. La tarde del pasado viernes, sombrero y estrella lucían en la cabeza del ciudadano Mihail.
Hasta que alrededor de las 19,30 de ese día, mientras el ciudadano Mihail tomaba una cerveza en el exterior de “el bar”, a esas horas con poca afluencia de público, las mismas personas, a bordo de un vehículo de la Policía Local de Huelva y uniformados como agentes de dicho cuerpo, le vieron, frenaron y se bajaron del coche.
Quitaron de su cabeza el sombrero y le volvieron a arrancar la placa de sheriff, de plástico como la anterior, antes de devolvérselo.
Una vecina que participó en la compra de nuevo sombrero alertó al resto vía WhatsApp: “Acabo de llegar y Mihail no tiene la estrella del sombrero”, escribió. Un rato más tarde me encontré con él, y, como temía, cuándo le pregunté dónde estaba la estrella, me contó cómo los mismos agentes habían actuado otra vez.
Este es el relato contado, actualizado por el propio Mihail. (ESCUCHAR VÍDEO en YouTube)
En la Huelva de octubre de 2023, hay presuntos agentes de la Policía Local que, presuntamente, se divierten humillando y vejando a vecinos de la ciudad.
También hay vecinos, vecinas, y otras personas que no están dispuestas a dejarlo pasar como si no hubiera ocurrido. En los próximos días Mihail tendrá un nuevo sombrero. De mejor calidad y con estrella de sheriff. Pero antes, fecha, hora y lugar de la entrega serán notificadas formalmente tanto a la Alcaldesa de Huelva, Pilar Miranda, como al Jefe de la Policía Local, Rafael Mora.
A los efectos oportunos.
NOTA: La redacción de La Mar de Onuba intentó recabar una explicación o comentario del Jefe de la PÑolicía Local, Rafel Mora, sobre los hechos deunciados por vecinas, vecinos y otras personas habituales del barrio de El Matadero, y relatados en primera persona por el ciudadano Mihail
Esta iniciativa, centrada en la tarea misionera y que se celebra por primera vez en la ciudad, ha reunido este fin de semana a 200 estudiantes procedentes de distintas universidades, grupos y asociaciones católica.
La capital onubense ha acogido el XII Encuentro de Pastorales Universitarias de las Diócesis del Sur de España (Udisur). Una cita impulsada por la Diócesis de Huelva, con el respaldo municipal, destinada a que estudiantes procedentes de universidades de las correspondientes delegaciones de pastoral universitaria, grupos y asociaciones católicas puedan tener unos días de fraternidad y enriquecimiento cultural.
Juan José Feria, delegado de Pastoral Universitaria de la Diócesis de Huelva, ha señalado que “cada año, desde el 2011, una diócesis distinta celebra este encuentro para compartir experiencias, desarrollándose fundamentalmente en la capital donde está la sede episcopal y dónde hay presencia de la institución universitaria, y en esta ocasión la temática principal girará sobre la tarea misionera, teniendo en cuenta la importancia de Huelva en el descubrimiento y la evangelización de América”. Esta jornada coincide con la celebración del Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND).
En esta edición han participado alumnos y alumnas procedentes de las diferentes pastorales universitarias del sur de España, principalmente de la Universidad de Sevilla y la Universidad Pablo de Olavide, de Jerez de la Frontera, de la Universidad de Málaga y el Centro Universitario de Antequera, de la Universidad de Jaén, de la Universidad de Granada, de la Universidad de Almería, de la Universidad de Murcia y la Universidad Católica de Murcia, de la Universidad de Toledo, de la Universidad de Ciudad Real y de la Universidad de Extremadura. Además, han acudido un gran número de participantes onubenses, estudiantes de la Universidad de Huelva y de otros grados, másteres y planes de doctorados pertenecientes a otras universidades, pero residentes en la capital.
Por otra parte, a este encuentro, que tiene un pilar religioso, universitario y cultural, se han sumado también responsables de estos grupos, como sacerdotes o delegados de pastoral universitaria, junto a personal docente e investigador de la Onubense.
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