El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha asegurado que los 9.000 test rápidos de coronavirus que se han devuelto tenían la marca CE, por lo que ha preguntado tanto a los grupos parlamentarios como a la sociedad si hubiera sido mejor «no comprarlos».
Durante su comparecencia en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, y en repuesta a los portavoces de los grupos parlamentarios que le han cuestionado sobre el problema que se ha tenido con estos test, Illa ha informado de que se adquirieron a un proveedor nacional.
«La partida que nos llegó fue comprada a un distribuido nacional que nos dio la garantías y era un producto marca CE», ha dicho el ministro, para cuestionar si ya no sirve la marca CE e insistir en que el proveedor era «nacional y de confianza».
Del mismo modo, el ministro de Sanidad ha informado que sobre estos productos no había alertas por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ni de la Agencia Europea del Medicamento, si bien cuando han analizado que realmente no cumplen los estándares de calidad que se exigen en España han pedido que los cambien.
«No compramos un producto que no cumpla con las especificaciones de la AEMPS. Pero de estos no había ninguna alerta ni en España ni en Europa. ¿Hubiera sido mejor no comprarlos cuando tenían la marca CE y no había ninguna alerta?», ha dicho, para zanjar insistiendo en que han pedido que los cambien al ver que realmente no cumplen con los requisitos exigidos.
Desde el Gobierno han explicado que el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) analizó la documentación aportada por la empresa respecto a los estudios clínicos realizados por el fabricante chino.
Las primeras pruebas del test rápido se realizaron en paralelo en un hospital de Madrid y en el ISCIII y en cuanto se detectó una escasa sensibilidad, se dio orden inmediata de retirada; y se contactó con el proveedor que lo va a sustituir por otro tipo de test.
Además, precisan que esta operación, que no está relacionada con la compra de material sanitario anunciada ayer por el ministro, pues se inició antes de que las autoridades chinas facilitaran nuevos listados de sus proveedores al Gobierno de España.
No obstante, esos listados incluyen fabricantes validados y preferentes y «en ningún caso consta información sobre la empresa china que, según la embajada, no cuenta todavía con la licencia correspondiente en China«, insisten las mismas fuentes que asegura que «por parte del Ministerio de Sanidad sí se hicieron comprobaciones sobre la fiabilidad del proveedor nacional».
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