Según los datos oficiales hechos hoy públicos por el INE, la economía andaluza ha finalizado el segundo de los meses del año con una reducción de 6 décimas en los precios con respecto al nivel alcanzado en enero, igual que en el conjunto del Estado (-0,6%). De esta forma, Andalucía obtiene una tasa interanual de inflación del 0,0%, la misma que la estatal y lo que resulta más importante, anula el importante incremento de la tasa interanual registrada el mes pasado (0,6%).
Viernes, 12 de marzo de 2021. Por grupos, Vivienda (-6,4%), tras en el descenso en el precio de la luz, junto con Vestido y calzado (-1,0%), que finaliza el periodo de rebajas, han sido los grupos con descensos de precios más destacados. Por el contrario, Transporte (1,4%), consecuencia de la subida en el precio de los carburantes, acompañado de Medicina (0,4%), que ha visto encarecido los servicios médicos, han sido los grupos con incrementos de precios más importantes en este segundo mes del año.
A su vez, en términos interanuales, solo han descendido los precios en los grupos Comunicaciones (-3,5%), Transporte (-0,9%), Ocio y cultura (-0,8%) y Vivienda (-0,6%). En sentido contrario, los mayores incrementos de precios fueron los dados en Alimentos y bebidas no alcohólicas (1,2%) y en Vestido y calzado (1,0%).
Por provincias, durante el mes de febrero, los precios se redujeron en todas ellas. Córdoba (-0,8%), Huelva (-0,8%) y Jaén (-0,7%), registran los descensos más llamativos. Por el contrario, los menos destacados se dieron en Almería, Cádiz y Granada, en los tres casos de medio punto (-0,5%).
A lo largo del último año, los precios se incrementaron en solo dos de las provincias andaluzas: Málaga (0,3%) y Cádiz (0,2%), mientras que se redujeron en Córdoba (-0,3%) y en Huelva (-0,1%). En las otras 4 provincias los precios reflejan el mismo nivel que se obtuviera en febrero de 2020. De esta forma, las diferencias interprovinciales se duplican con respecto a las tres décimas del mes de enero y se sitúan en seis.
En cuanto a los alimentos, en el segundo mes del año, las legumbres y hortalizas frescas (-4,8%), el pescado fresco y congelado (-4,0%) y la carne de ovino (-1,9%), han registrado los mayores descensos de precios. En sentido contrario, debemos reseñar el desmesurado encarecimiento de las frutas (6,9%), junto a los dados en la carne de ave (1,2%) y en los aceites y grasas (1,1%).
En términos interanuales, las frutas frescas (6,7%), el agua mineral, refrescos y zumos (5,6%) y la carne de ovino (4,5%) han sido los productos más inflacionistas. En cuanto a los descensos de precios, las patatas y sus preparados (-1,9%), los huevos (-1,9%) y la carne de porcino (-1,6%), fueron los alimentos con bajadas de precios más significativas.
Otras cuestiones que, además del Índice General de Precios, afectan a nuestro poder adquisitivo de forma importante:
Los carburantes, en sus distintas modalidades, vieron nuevamente incrementados sus precios durante el pasado mes de febrero y de manera continuada a lo largo de prácticamente todo el mes. El diesel, por ejemplo ha pasado de 1,113 € al finalizar enero, a terminar febrero en el valor más elevado de todo el mes, 1,172 €.
El Euribor a un año, tras ocho meses continuados de descensos, se ha incrementado ahora levemente y se sitúa en -0,501. A pesar de ello, continúa por debajo del que se registrara en enero de 2020 cuando marcó un -0,288 y por lo tanto, materializándose en revisiones a la baja de las cuotas hipotecarias.
El recibo de la luz, tras verse disparado en el mes de enero, cae ahora un 21% con respecto al primer mes del año, haciendo descender la factura media de los 69,88 € de enero a los 55,13 € del pasado mes de febrero. En términos interanuales, aunque también desciende, el efecto es mucho menos significativo, de solo un 3,6%, lo que se traduce en un abaratamiento de apenas dos euros.
En definitiva, los precios parecen haber controlado la ola alcista del primer mes del año y con un descenso de seis décimas, regresan al nivel general que se obtuviera en febrero del pasado año. De este modo, el control de la inflación es otro de los principales argumentos que justifican la exigencia de nuestro Sindicato de apostar ahora por una mejora justa de las retribuciones del conjunto de la clase trabajadora y, muy especialmente, de aquellos que tienen menos recursos y que apenas si ganan el SMI.
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