Las muertes en las rutas migratorias hacia España han aumentado un 526% con respecto al año pasado

Desde el colectivo Caminando Fronteras advierten que los datos de desaparecidos y de muertos en las rutas migratorias ha aumentado drásticamente en estos primeros seis meses de 2021, con un total de 2.087 víctimas en la frontera.
por Andrea de Lucas

Jueves, 8 de julio de 2021. Durante el primer semestre de 2021, las muertes en las rutas migratorias hacia España han aumentado un 526% con respecto a los mismos meses del año pasado. Según el monitoreo exhaustivo que ha realizado el Colectivo Caminando Fronteras, y que lleva realizando desde 2014, de enero a junio ha habido un total de 2.087 víctimas. Tal y como ha recalcado Helena Maleno, portavoz del colectivo, periodista, investigadora y defensora de los Derechos Humanos en las fronteras, estas cifras que hoy se han presentado “son terribles y tristísimas”.

El trabajo que realizan desde Caminando Fronteras consiste en monitorizar las cifras del mayor número de víctimas posibles de las embarcaciones que recorren las rutas migratorias, como las rutas de Canarias y del Estrecho entre otras. Mediante alertas de las propias embarcaciones o de las familias de las personas migrantes, y con ayuda de otras asociaciones, se hace un trabajo exhaustivo victima a víctima para intentar contarlas todas, aunque Maleno ha explicado que “es muy difícil saber los datos reales, y este año además los datos están siendo terribles”.

En cuanto a las personas desaparecidas, se estima que el 95,83% de los migrantes víctimas de las fronteras no van a aparecer nunca, y por tanto los familiares jamás tendrán una respuesta a qué les pasó a sus seres queridos. En el caso de las personas que llegan fallecidas, que no llega al 4%, el número de las que se logra identificar y enterrar de una manera digna es también ínfimo por diversos motivos: falta de medios para repatriar el cuerpo, problemas para denunciar, imposibilidad de llegar a España a identificarlos, etc.

“Estas cifras son bastante impactantes, y lo que queremos destacar es el aumento de las víctimas de mujeres, niños y niñas que se ha producido en los últimos dos meses del año”, ha explicado la periodista y portavoz. “Durante los dos últimos meses también han aumentado el número de embarcaciones, sobre todo en la ruta canaria, y en muchas de ellas el número de mujeres con sus hijos menores superaba el de los hombres”.

¿Qué está ocurriendo en la ruta canaria?

Una de las rutas que más alarmas está teniendo estos últimos meses es la ruta canaria, una de las más peligrosas por diversos factores como el estado de las embarcaciones, las condiciones del océano Atlántico, y la lejanía de la costa de las islas desde la salida de los migrantes.

Además, tal y como ha explicado Helena Maleno, “esas embarcaciones ya están en riesgo cuando salen al océano, no están preparadas para navegar con requisitos de seguridad”. Una de las razones, es el aumento de la utilización de embarcaciones neumáticas, muy comunes en las rutas del mediterráneo pero “muy peligrosas para el océano atlántico, estas embarcaciones tienen un porcentaje muy alto de tragedia”, ha continuado. Del total, un 33% de las alertas de embarcaciones desaparecidas en la ruta canaria han sido sobre embarcaciones neumáticas, un porcentaje muy alto para el océano atlántico.

Por otro lado, las embarcaciones de madera podrían llegar a ser más seguras, pero “están fabricadas con malos materiales, y quienes las llevan no tienen experiencia en navegación, son personas que no conocen el mar y se acaban perdiendo”, ha esclarecido la periodista, por lo que “estas malas condiciones, que cada vez son peores, se unen a las cada vez peores condiciones de rescate”.

De la ruta canaria, lo más destacable es el alto número de embarcaciones desaparecidas procedentes de Mauritania. Un total de 18 desapariciones en las que el número de personas que viajaban era superior al que se debería. Es extremadamente preocupante, además, porque “la mayoría de las personas que viajan en ellas son de Mali, un país en conflicto, y hay que proteger a las personas que vienen de un país en conflicto porque tienen derecho de asilo”, ha recalcado Maleno.

Desde el colectivo esperaban que “con lo que había pasado en 2019 y 2020 respecto a la ruta canaria se tomaran medidas, pero nuestra experiencia es que las medidas no se han tomado en estos primeros seis meses”, denuncia la portavoz, añadiendo que “falta coordinación con los países y una negociación diplomática para que esta coordinación sea eficaz, y falta una mejore de los medios que necesita Canarias para este tipo de situaciones y poder defender la vida de los migrantes, que es una obligación del estado español”.

Por todo ello, piden responsabilidades al Gobierno de España y que se realice una reunión para gestionar los servicios de rescate, y que haya un compromiso con el derecho a la vida desde las instituciones: “Hay que dar más medios a Canarias para que pueda defender ese derecho a la vida de las personas que están transitando por sus aguas, cada año la tragedia es mayor y esperamos que se tomen medidas urgentes para que no se den este tipo de situaciones”, concluye Helena Maleno.

La importancia de atender y acompañar a las familias

José Antonio Benítez, sacerdote y representante de Migraciones de la Iglesia Católica de Canarias, ha querido también darle importancia a los familiares de los migrantes que recorren las rutas migratorias, y que muchos pierden la vida intentando llegar a nuestras fronteras.

“Cuando una familia pierde a un miembro entra en un proceso natural de duelo, en el fenómeno de la desaparición la situación es diferente, sufren un proceso de duelo interrumpido, generando impotencia, miedo y culpa por la imposibilidad de encontrar a sus familiares”, ha explicado.

Por ello, desde canarias intentan acompañar a estos familiares para superar el proceso de duelo. Una de las últimas tragedias ocurrió en Lanzarote a finales del pasado mes de junio, una isla en la que la asociación no cuenta con muchos representantes, pero gracias a la ayuda y la labor de los voluntarios se consiguió ese tan necesario acompañamiento para las familias. “En Canarias, si no fuera por la buena voluntad de las personas que se encuentran en determinados puntos, o de los funcionarios, no podríamos hacer nada, y aún así es muy complicado”, ha explicado Benítez.

En cuanto a si merece o no merece la pena movilizar a personas y dispositivos para ayudar a la llegada de los migrantes y a sus familias, Teodoro Bondyale, secretario de la Federación de Asociaciones Africanas en Canarias (FAAC), Miembro de la Red Canaria de Acogida (REDCAA) y miembro de la Red de Apoyo de los Derechos de Migrantes, no tiene ninguna duda: “Lo que nos preocupa es que esto sea normal y ya no movilice a la gente, por eso cuando pasa nos juntamos la gente en Canarias, Lanzarote, Fuerteventura”, o en cualquier otra zona.

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