La Unión Europea ya no quiere ser un jugador, no el terreno de juego de las dos superpotencias. Con esa analogía deportiva se presentó el presidente del Consejo Europeo Charles Michel a la cumbre UE-China, celebrada la tarde del lunes por videoconferencia ante las restricciones que impone la epidemia del Covid y en la que participaron, además de los dirigentes de las instituciones europeas, la jefa del gobierno alemán Merkel el presidente chino Xi Jiping.
Alemania, que ostenta la presidencia semestral del bloque europeo a un año de que Angela Merkel abandone el poder, quiere acelerar las negociaciones para que la Unión Europea y la República Popular Comunista China puedan anunciar este mismo año un acuerdo sobre protección de inversiones globales.
Sería un salto geopolítico porque consolidaría el papel de las empresas europeas en el gigantesco mercado chino sin que por eso Europa deje de ver a China como un “rival sistémico”. Los europeos buscan que China abandone prácticas comerciales que Bruselas considera desleales pero no quieren un enfrentamiento a aranceles como el que mantienen China y Estados Unidos y buscan su camino.
Lo que más les está costando en las negociaciones, confían fuentes europeas, es que Pekín acepte las quejas europeas en sectores como el automotriz, todavía parcialmente cerrado a los europeos a pesar de que sus grandes marcas tienen presencia en China.
Europa quiere que China ceda más. La reunión sirvió para que los europeos pidieran al presidente chino que abra más sus mercados y asuntos como que las empresas europeas en China no se vean forzadas a ceder tecnología a sus socias chinas, una pelea que Europa da desde hace años y que podría ganar de salir adelante este acuerdo.
También para anunciar un acuerdo sobre protección de denominaciones de origen que protegerá a cientos de productos europeos en territorio chino, como el aceite, el vino, quesos y un enorme grupo de productos.
Los europeos también sacaron el asunto de los derechos humanos y exigieron al presidente chino que respete a las minorías (especialmente a la gran minoría uigur del Xinquiang, el territorio chino de camino al centro del continente asiático) y que dé un paso atrás en la toma política de Hong Kong.
Los europeos quieren que China acepte la entrada de observadores internacionales en esa región. Organizaciones internacionales de derechos humanos denuncian que China tiene a decenas de miles de hombres uigures en campos de concentración.
Esos asuntos son los que más dividen a Europa y China pero no impiden que las negociaciones sigan adelante. El presidente chino no participó en la conferencia de prensa posterior a la cumbre y no hubo comunicado de prensa conjunto, pero la agencia china Xinhua emitió un comunicado con lo que dijo sobre el tema de los derechos humanos durante la videoconferencia: “El pueblo chino no aceptará un profesor en derechos humanos y se opone a los dobles estándares”. También que “China desea reforzar los intercambios con los europeos basándolos en el principio de respeto mutuo para que los dos podamos hacer progresos”.
Merkel no exige un avance concreto en derechos humanos como condición para el acuerdo de inversiones. Tras la reunión dijo que “la cooperación con China debe basarse en ciertos principios, como reciprocidad y competencia justa”. Y añadió: “Somos sistemas sociales diferentes, pero como los dos estamos comprometidos con el multilateralismo, este debe basarse en un sistema de reglas”. Este último era un mensaje dirigido casi más a Washington que a Pekín.
Los negociadores chinos y europeos van avanzando hacia ese acuerdo de protección de inversiones pero faltan pasos y las declaraciones de los dirigentes políticos muestran que quedan más que flecos para cerrar un trato entre dos bloques económicos que mueven más de 1.000 millones de euros diarios en comercio bilateral.
La Unión Europea es el primer socio comercial chino y China es el segundo europeo sólo por detrás de Estados Unidos.
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula con Der Layen dijo tras la videoconferencia: “Somos realmente serios (en la exigencia a China) de tener acceso al mercado chino y en derribar las barreras”. Merkel dijo que había presionado a Xi Jinping para que Beijing también dejara ya claro que quiere el acuerdo de protección de inversiones que se está negociando y que lo quiere a corto plazo.
Merkel recordó al presidente chino que para los europeos es clave que haya un terreno de juego equilibrado. Esa es la expresión de usan los europeos para pedir que si sus empresas no tienen acceso a muchas ayudas públicas porque lo prohíben las normas de competencia de la UE, las de sus socios comerciales que quieran hacer negocios en Europa tampoco pueden tenerlas.
Los europeos también sacaron el tema de la lucha contra la crisis climática. Si China reconoce la crisis y va tomando medidas, sigue siendo el primer contaminador del planeta…Todo es complicado pero negociando y con mucha diplomacia es posible y en estas prácticas la Unión Europea es la maestra del mundo en pactar.
Francisco Villanueva Navas, analista de La Mar de Onuba es economista y periodista financiero.
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