Se encuentra seriamente amenazada por el tráfico marítimo, la contaminación, y cada vez más, por conflictos con embarcaciones de navegantes recreativos.
Ecologistas en Acción ha podido comprobar esta situación de peligro, sobre la que alerta la UICN, en su estancia en este mes de julio con el velero Diosa Maat en Barbate.
Viernes, 2 de agosto de 2024. Durante el mes de julio, el velero Diosa Maat de Ecologistas en Acción, con una tripulación de personas voluntarias, ha navegado junto a las embarcaciones de We Whale y Sea Shepherd-Francia, con el objetivo de vigilar posibles interacciones de las orcas con veleros y analizar cómo se puede proteger a esta pequeña población del Estrecho.
Nuestra primera conclusión es que resulta imprescindible hacer cumplir el protocolo establecido en el “Plan de Conservación de la Orca Ibérica” del Ministerio de Transición Ecológica (MITERD) en el que se indica que no se debe navegar hacia los grupos de orcas y se debe mantener una distancia mínima de 500 m, en caso de su aproximación. Estos pequeños grupos, de 5 a 7 orcas, suelen estar comiendo o cazando su alimento básico y preferido que es el atún rojo, especie tras la que se desplazan en sus pasos migratorios. Y para que esto ocurra sin incidentes es necesario no interrumpir dicha tarea; es necesario dejarlas en paz.
En caso que sean las orcas las que se aproximen, lo oportuno es marcharse o no oponer resistencia a sus interacciones con la pala del timón de los veleros o pequeñas embarcaciones.
Ecologistas en Acción experimentó una de estas visitas, de un grupo de 7 orcas que, que se estuvo entreteniendo con la embarcación y su pala de timón, sin que ocasionasen ningún daño al velero al no oponer resistencia alguna. Pudimos comprobar el sentido de curiosidad y diversión con el barco de este bellísimo y valioso animal que está sobreviviendo en su hábitat siguiendo sus instintos naturales. Su comportamiento fue similar al de los delfines a los que les gusta navegar y escoltar a las embarcaciones; el problema es que la orca es de mucho mayor tamaño y peso, por lo que sus aproximaciones a las embarcaciones pequeñas pueden ocasionar algún daño.
Esto enlaza con nuestra segunda conclusión que nos lleva a defender a la Orca y trabajar contra la percepción de este animal como un predador al que hay que combatir, e incluso, eliminar. En Barbate, los pescadores afirman que nunca tuvieron problemas con los “espartes”, nombre que les daban a las orcas (¿del cabo Espartel de Marruecos?), y que los problemas han surgido a partir de hace unos 4 o 5 años. Desde entonces hemos conocido noticias sensacionalistas y carentes de base científica: ninguna persona ha sido atacada o herida por una orca en libertad, solo algún velero o pequeña embarcación ha sufrido daño en su timón y por ello ha quedado sin gobierno o ha tenido una vía de agua.
Estas interacciones se pueden evitar fácilmente sin tener que recurrir a los disparos a los animales, sin tirarles petardos y sin colocar cuchillas horizontales en la pala del timón de las pequeñas embarcaciones. Solo hay que navegar por la zona donde no están las orcas: proximidades a la costa y zonas de menos de 30 m de profundidad.
La prevención de interacciones con orcas es perfectamente posible navegando a profundidad de menos de 30 m a lo largo de la costa entre Conil y Tarifa. Las consecuencias de tomar la justicia por su mano son imprevisibles y está penado por la ley.
No hay registros de orcas en libertad que hayan atacado a humanos, incluso nadando a escasos metros. La dieta de la orca ibérica se limita al pescado, preferiblemente, el atún.
De los más de 35 individuos catalogados hace 3 años, Ecologistas en Acción solo ha podido constatar este año unos 15 individuos.
La Orca Ibérica es un valioso ejemplo de la biodiversidad de esta zona gaditana entre el Estrecho y litoral de la Janda: la orca es un inmenso valor y no un problema, y para ello hay que actuar con conocimiento y respeto.
FUENTE: Ecologistas en Acción
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