La balsa minera en Valdelamusa y el proyecto de Iberian Belt West: un modelo insostenible que amenaza ríos y comunidades

La Ribera de Cobica, uno de los cauces fluviales más afectados por la actividad minera en la Faja Pirítica Ibérica

Colectivos ecologistas denuncian que la minería sigue contaminando y ponen en el punto de mira los proyectos de Matsa, Emerita Resources y Geoland.

Miércoles, 16 de octubre de 2024. El resurgir de la minería en la Sierra de Huelva ha puesto en pie de guerra a colectivos ecologistas y asociaciones locales que ven cómo los nuevos proyectos mineros siguen el mismo camino de destrucción ambiental que durante décadas ha afectado a la Faja Pirítica Ibérica. Aunque las empresas y las autoridades intentan vender la minería como una actividad sostenible y moderna, quienes conocen los impactos acumulados en los ríos y los embalses de la región están denunciando las graves consecuencias a largo plazo para las comunidades y el medio ambiente.

Tres grandes proyectos mineros están en el punto de mira de los colectivos ecologistas en la Sierra de Huelva. Matsa, con su polémica balsa de residuos tóxicos en Valdelamusa, ha generado alarma entre los vecinos. La balsa se situaría a solo 500 metros de la población, almacenando hasta 15 millones de metros cúbicos de residuos tóxicos, lo que ha provocado la resistencia local y las exigencias de una ubicación alternativa. Emerita Resources y su proyecto Iberian Belt West (IBW) prometen la creación de empleo en el Andévalo, pero el precio de esta inversión podría ser la contaminación de uno de los embalses más importantes de Andalucía, el embalse del Andévalo, vital para el riego y el consumo humano en la provincia. Por último, Geoland, una empresa prácticamente desconocida, ha puesto su mirada en el nacimiento de la ribera de Alcalaboza, una de las pocas riberas limpias que aún existen en la región. Este proyecto minero, de materializarse, supondría un peligro para este ecosistema y las comunidades de Cortegana, Aroche y Almonaster, que dependen de sus aguas.

Estos proyectos, que cuentan con el respaldo institucional, avanzan a paso firme, pero los colectivos locales alertan del enorme riesgo ambiental que representan para una región ya castigada por la contaminación minera desde el siglo XIX.

¿Minería sostenible?

Empresas mineras y autoridades competentes repiten el mantra de que la minería moderna ya no contamina, que la tecnología actual permite explotar recursos sin afectar al entorno. Sin embargo, la realidad muestra lo contrario. La historia de la Faja Pirítica Ibérica está plagada de casos de contaminación que todavía hoy impactan en el medio ambiente, como los vertidos tóxicos en los ríos Tinto, Odiel y, más recientemente, en el estuario del Guadalquivir, donde los metales pesados de la minería han generado una crisis ambiental de proporciones enormes.

Las afirmaciones de las empresas no se sostienen frente a los hechos. Los mismos cauces fluviales que abastecen a las comunidades se están viendo afectados por proyectos que, aunque presentados como sostenibles, esconden un impacto devastador a medio y largo plazo. Los ejemplos son abundantes: la balsa de Matsa, el uso de agua para la minería de Emerita Resources y el peligro que acecha a la ribera de Alcalaboza con Geoland.

Alcalaboza Viva y otros grupos de resistencia

Frente a este escenario, han surgido colectivos como Alcalaboza Viva, un grupo conformado por ciudadanos de Cortegana, Aroche y Almonaster, que se ha organizado para hacer frente a la minería en su territorio. Este colectivo ya ha presentado alegaciones contra el proyecto de Geoland y planea seguir luchando con un recurso de alzada, contando con asesoramiento jurídico y el apoyo de otras asociaciones ecologistas de la región.

Además, otras organizaciones como Ecologistas en Acción siguen liderando la resistencia contra proyectos como los de Matsa y Emerita Resources, denunciando los impactos irreversibles que estos tendrían sobre los recursos hídricos y la biodiversidad de la zona.

La minería, a pesar de las promesas de desarrollo económico, tiene un coste ineludible: la degradación de los ecosistemas y la contaminación de los recursos naturales. Aunque las empresas insistan en que sus proyectos no conllevarán accidentes, la experiencia demuestra que los efectos a medio y largo plazo son igualmente devastadores.

En la Sierra de Huelva, los ríos y embalses como el Chanza, el Andévalo y la Ribera de Cobica corren el riesgo de verse afectados por la actividad minera, comprometiendo no solo el agua para el consumo humano y el riego, sino también la biodiversidad y la pesca en el Golfo de Cádiz.

Apoyo institucional
La Subdelegada del Gobierno en Huelva, María José Rico, este martes en el Salón Internacional de la Minería (MMH 2024)

 

Los proyectos mineros han avanzado gracias a la complicidad de las instituciones, que ven en la minería una oportunidad para revitalizar comarcas deprimidas como el Andévalo. Sin embargo, este modelo de desarrollo a corto plazo esconde un peligroso juego con el futuro de la región. La Junta de Andalucía, al declarar el proyecto de Emerita Resources como Inversión Empresarial de Interés Estratégico, ha facilitado que la empresa acelere su proceso de tramitación, ignorando las advertencias de los colectivos ecologistas y las evidencias de los riesgos ambientales.

Esta complicidad institucional no es nueva. La falta de transparencia y la rapidez con la que se aprueban los permisos para proyectos mineros contrastan con la lentitud con la que se escuchan las voces de las comunidades afectadas y los colectivos en resistencia.

El futuro de la Sierra de Huelva está en juego. Mientras las empresas y las autoridades siguen presentando la minería como una solución para el empleo y el desarrollo económico, los colectivos ecologistas y las comunidades locales alertan de que este modelo solo traerá destrucción ambiental y social a largo plazo. La historia de la minería en la Faja Pirítica Ibérica ya ha demostrado que los impactos no se limitan a las generaciones actuales, sino que hipotecan el futuro de las próximas. Es necesario repensar el modelo de desarrollo de la región antes de que sea demasiado tarde.

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1 Comentario

  1. La mina tiene unos años de vida y la basura que deja siglos,no vayamos a equivocarnos como en el siglo pasado con los ingleses.
    Que investiguen los contratos actuales ( ni un 15% tiene el convenio minero) y porque no hay accidente laborales en la mina(pagan a los accidentados para que no denuncien).
    Palabrita del niño Jesús

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