Miércoles, 24 de julio de 2024, La Asociación Marroquí para la Integración de los Inmigrantes muestra su más profundo rechazo a la no aprobación de la reforma de la Ley Orgánica sobre Derechos y Libertades de Extranjeros en España y su Integración social. El objetivo era establecer un reparto obligatorio de menores migrantes no acompañados entre las Comunidades Autónomas en situación de contingencia, para aliviar zonas tensionadas, especialmente las Islas Canarias, Ceuta y Melilla, Por ello, lamentamos profundamente que los intereses de los distintos partidos políticos hayan prevalecido sobre el interés de unos niños vulnerables. Interés que requiere protección prioritaria en España tanto desde una perspectiva humanitaria como legal.
Basta recordar que España ha ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño, cuyo artículo 3, apartado 1, establece textualmente: «En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño». Además, el apartado 3 del mismo artículo indica que «Los Estados Partes se asegurarán de que las instituciones, servicios y establecimientos encargados del cuidado o la protección de los niños cumplan las normas establecidas por las autoridades competentes, especialmente en materia de seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así como en relación con la existencia de una supervisión adecuada». Asimismo, el artículo 6.2 del mismo texto legal reseña que «Los Estados Partes garantizarán en la máxima medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño».
El análisis del texto legal mencionado demuestra de manera evidente que el Estado español está incumpliendo su obligación de cuidado diligente respecto a los menores no acompañados, lo que constituye una vulneración del convenio suscrito y ratificado. Es fundamental considerar que estos menores, cuya edad generalmente oscila entre los 12 y los 18 años, enfrentan serias dificultades para su desarrollo personal y educativo en centros que se encuentran completamente sobrecargados y en condiciones de hacinamiento.
Es relevante destacar que estos jóvenes, además de enfrentar los retos inherentes a su edad, llevan consigo una carga personal considerablemente pesada. Esta carga no solo resulta de las duras experiencias vividas en sus países de origen, caracterizados por la miseria, conflictos armados, malos tratos o la falta de oportunidades, sino también del peligroso viaje que emprendieron, arriesgando sus vidas y enfrentándose a la soledad y la desesperanza. Su travesía hacia un futuro que perciben como más prometedor es impulsada por el anhelo de encontrar oportunidades y cumplir los sueños propios de su etapa de desarrollo.
No obstante, en un país que enfatiza de manera considerable la salud mental, existe un colectivo vulnerable, los menores tutelados, cuyas historias a menudo parecen ser desestimadas. Esta situación nos lleva a plantearnos: ¿qué ocurriría si se tratara de nuestros propios hijos? ¿O si fueran niños con características físicas diferentes, como cabello rubio y ojos azules? Lamentablemente, tememos que la respuesta no sería la misma. Por ello, hacemos un llamado urgente para que se les proporcione a estos jóvenes las herramientas necesarias para su integración social, así como un entorno digno donde puedan vivir y estudiar, garantizando un espacio seguro en el que se respeten y protejan sus derechos.
En consecuencia, concluimos que las posturas políticas relativas al reparto de menores entre las distintas Comunidades Autónomas impiden que el Estado español cumpla con sus obligaciones internacionales respecto al cuidado diligente de estos menores, al no proporcionarles las medidas de seguridad necesarias y legalmente exigidas.
Ahmed Khalifa Presidente de la Asociación Marroquí para la Integración de los Inmigrantes
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