Viernes, 27 de enero de 2022. China puso fin a la pandemia del coronavirus el 8 de enero, y abrió el país a los turistas extranjeros, al tiempo que posibilitó la salida de los viajeros chinos al exterior. Estos ascendieron a 155 millones de personas en 2019, y gastaron fuera de la República Popular 280.000 millones de euros.
La apertura económica postcovid es una novedad que ha desatado un boom de los precios de los commodities, en primer lugar los metalíferos, y el valor del cobre subió a 9.000 euros la tonelada la semana pasada por primera vez desde junio del año pasado. Lo mismo ocurrió con el mineral de hierro, que en más de 80% China recibe de Australia y Brasil, con un aumento del precio de 50% en la tonelada a contar de julio del año pasado.
La República Popular es la principal consumidora mundial de commodities, de todos ellos al mismo tiempo; metalíferos, granarios, energéticos en los últimos 20 años. En ese periodo, iniciado en 2001, fue cuando China, junto con India y Asia, irrumpió en el mercado mundial, lo que desató el primer superciclo de las materias primas del siglo XXI; y a partir de ese momento ocupó el lugar que históricamente le había correspondido a EE.UU. en la economía mundial desde la Segunda Revolución Industrial, sobre todo en el periodo decisivo de 1840/1880. Esto es lo que lleva a pensar que la economía china, la segunda del mundo (17,6 billones/18% del PIB global), crecería este año entre 6% y 8% anual.
Las previsiones del crecimiento chino a partir del 8 de enero están centradas en la extraordinaria capacidad de gasto de sus consumidores, que en la etapa pre-pandemia representaron la tercera parte del PIB (7 billones en 2019).
Por eso, el cálculo que hacen los inversores de Wall Street es que estos consumidores disponen ahora de un ahorro, forzado por la abstinencia de 3 años de pandemia, que asciende a alrededor de 830.000 millones, poco más de 4,7% del PIB nominal. Esto es lo que se apresta a ser gastado por los consumidores en 2023; y de acuerdo a los antecedentes una parte significativa será destinada a los viajes al exterior que se preparan para realizar decenas de millones de turistas de la República Popular.
Todo esto ocurre a partir del 8 de enero; y lo previsible es que en el segundo semestre del año la extraordinaria demanda China, arrastrada por la pujanza de sus consumidores, experimente un auge fenomenal, semejante al de la etapa pre-pandemia. Esto es lo que refleja el Índice de valores chinos de Wall Street (MSCI/China Index), que ha subido 11 veces por encima de sus ganancias efectivas en los últimos 3 meses, y se espera que sus logros se dupliquen antes de fin de año.
Lo mismo sucede con la demanda china de petróleo, que se estima que crecería en más de 1 millón de barriles diarios en los primeros 6 meses de 2023, lo que elevaría el precio del crudo a 100 dólares/barril en diciembre de este año, o más.
Lo notable es que esto ocurre en condiciones de plena estabilidad macroeconómica, sobre todo en materia de inflación. El Banco del Pueblo de Beijing (Banco Central) preveía una tasa de inflación de 3% anual a comienzos de 2022, pero el nivel efectivo del IPC (Índice de Precios al Consumidor) subió a 2% en el año. De ahí que no haya dificultad para aumentar la liquidez de la pequeña y mediana empresa, y en general de la economía nacional, como forma de incentivar su expansión en el segundo semestre del año.
Al mismo tiempo, el total del comercio exterior (exportaciones+importaciones) alcanzó a 6 billones el año pasado, récord histórico absoluto; y las cifras de enero indican un nivel todavía superior en 2023.
Lo fundamental de China no es lo cuantitativo, sino lo cualitativo; y el número de pequeñas y medianas empresas de la manufactura y los servicios, que se han digitalizado completamente en los últimos 2 años ha aumentado 183% en este periodo. El resultado ha sido que la economía digital en su conjunto, digitalización completa de la manufactura y los servicios, alcanzó ya a 40% del PIN y crece 8% por año.
Es altamente significativo lo que ha ocurrido con el comercio por Internet que ha escalado un 800% desde 2021, y se ha convertido en el principal canal de expansión de las pequeñas y medianas empresas.
El peso creciente de China en la economía mundial se ha convertido en un elemento crucial en términos geopolíticos, en especial cuando la recesión y la alta inflación parecen afectar tanto a EE.UU. como a Europa.
Esto es lo que explica que Washington trate de encontrar algún tipo de acuerdo con la República Popular, como el que se tramitaría en el viaje que se apresta a realizar en febrero a China el Secretario de Estado Anthony Blinken.
Cada vez más, la cuestión más importante de la política mundial son los términos y condiciones para terminar con la Guerra de Ucrania; y en esta tarea crucial el papel de China como mediador y cabeza de la reconstrucción de Ucrania en la etapa post-bélica es absolutamente esencial.
Es un momento histórico el que se aproxima; y esto sucede en un año en que la economía china crecería más del 6% anual con una tasa de inflación de 2% en el año o menos.
Francisco Villanueva Navas, analista de La Mar de Onuba, es economista y periodista financiero
@FranciscoVill87
Sea el primero en desahogarse, comentando