A punto estuvo de ser presidente del PP andaluz, pero el sorayismo impuso a Juanma Moreno. Hoy espera ser alcalde de Sevilla.
Sábado, 3 de julio de 2021. Le conocí hace muchas lunas, Él, José Luis Sanz, era entonces uno de ‘los niños de Amalia’, un grupo de jóvenes de las Nuevas Generaciones del PP que hace un cuarto de siglo ya apuntaban maneras para hacer carrera en el partido y en la vida política. Ahí estaban entre otros Ricardo Tarno, Eloy Carmona, Macarena O´Neill, Juan Luis Muriel, Mª José García Pelayo…. El boticario José Guillermo García Trenado estaba al frente de organización manu militari. Tuvieron todos ellos la suerte de estar en aquel llamado ‘equipo del éxito’ en el que destacaban como líderes Javier Arenas y Manolo Pimentel, antes de irse a Madrid ambos como ministros.
Durante años Sanz fue uno más, pero sin duda el más constante de todos; se estudiaba los asuntos a fondo y sus aportaciones para los primeros espadas en el Parlamento siempre fueron valoradas como de gran utilidad o al menos eso contaba su madrina política Amalia Gómez. Uno de sus primeros encargos fue ocuparse junto a Mª José García Pelayo de las Sectoriales del partido que tutelaba Gómez como Vicesecretaria, un baño de realidad en el contacto con mucha gente de muy diversos sectores de toda Andalucía.
Amalia, de no haber sido convencida por la propia Soledad Becerril para que no aceptara la propuesta de ser candidata, remitida en diferido por Javier Arenas -nunca se lo pidió cara a cara- sin duda habría logrado ser la segunda mujer alcaldesa de la capital andaluza, también del PP. Al menos eso pensaba por aquel entonces el PSOE y Manolo Chaves que, cuando se rumoreaba lo de Gómez para la alcaldía, me comentó una mañana: «Como pongan a Amalia estamos perdidos, porque con ella el PP gana las municipales en Sevilla».
Gomez, siempre muy cercana a Arenas, llegó a ser presidenta del PP de Sevilla, Secretaria de Estado de Asuntos Sociales y ha sido el único alto cargo andaluz en Madrid que he conocido que se pagaba de su bolsillo – no el ministerio- los viajes de Ave de fin de semana privado a Sevilla para ver a su familia.
José Luis Sanz, pasados los años, llegaría a ser alcalde de Tomares, que es algo así como el distrito más aireado y oxigenado de Sevilla, dada la cercanía y el hecho de ser la primera población dormitorio para miles de sevillanos en las alturas aljarafeñas. Magnífico escaparate por tanto para lucir una gestión de años y sin desgaste desde la micropolítica municipal. El electorado ha venido reconociendo con mayorías, elección tras elección, la labor política del PP en aquel ayuntamiento con Sanz al frente.
Con fama de trabajador (también de soso) su carrera en el PP orgánico se estancó tras la devolución de rosarios entre Zoido y Arenas. Llegó a ser Secretario General del PP-A con Juan Ignacio de presidente y su posible nominación entre bambalinas por Mariano Rajoy como el más firme candidato para presidir el partido en Andalucía ido Zoido, le mantuvo semanas como heredero del cargo en todas las quinielas. Maniobras de ultima hora entre clanes, oscuras y soterradas, con Soraya Saenz de Santamaría como gran oficiante ayudada por Jorge Moragas, descabalgaron a Sanz en los últimos cien metros de carrera para nominar finalmente a Juanma Moreno, «porque tú lo has querido, Juanma» le recordó Rajoy a las pocas semanas. Sanz, resignado, se retiró a su cuartel del Aljarafe y esperó pacientemente dedicándose a trabajar por su pueblo. También a sortear con éxito algún que otro procedimiento penal que incluso le llevó al Supremo, denunciando por la oposición.
En aquellas calendas, recuérdese, en el PP daban la cara los sorayistas y los cospedalistas, mientras que los casadistas andaban todavía en estado de gestación. Zoido y Sanz se posicionaron junto a Maria Dolores Cospedal, mientras que Javier Arenas y el aparato de la vicepresidenta, decidieron ir a la contra del otro bloque y promover a Juanma Moreno como finalmente acabó sucediendo.
Son muchos en el PP sevillano los que están convencidos de que Tomares hace tiempo que se le quedó ‘chico’ a José Luis Sanz. Entre quienes lo creen está Virginia Pérez, presidenta provincial del PP en Sevilla, actualmente en alianza coyuntural con el aparato de Genova 13 frente a San Telmo, quienes le intentaron hacer una pirula congresual, usando contra ella al alcalde de Carmona liderando una lista alternativa inconsistente e improvisada. Moreno Bonilla, se confirmó, fue quien expresamente viajó al Parador de Carmona a convencer a su ariete Juan Avila en la, para él, difícil y complicada plaza de Sevilla, donde su malagueñismo militante no le está ayudando precisamente, más bien tapona su imagen en la capita de Andalucíal. Aquel congreso supuso la escenificación en público de las graves diferencias que mantenían discretamente desde hacía tiempo las direcciones nacional y regional del Partido Popular. O lo que es lo mismo, de cómo el aparato de Pablo Casado y Teodoro García Egea no han olvidado que Moreno Bonilla y los suyos pidieron el voto en las decisivas primarias del PP para Soraya Sáenz y no para Casado. Se soportan, pero no se fían unos de los otros.
Lo sucedido en el congreso de Sevilla no era exactamente un problema del partido en Sevilla, era solo la punta del iceberg de una gran lucha interna, o de cómo la dirección de Madrid quiene controlar la organización en Andalucía. Algo que no sorprende a estas alturas, se trata del ADN propio de los partidos centralistas. La operación Granada, sin ir más lejos, pasará a los anales de historia de ciencia política como algo muy simple: meterse gol en propia puerta.
Entre los ajustes previos al ultimo congreso provincial, Virginia Pérez se alió con quienes antaño fueron sus adversarios y a los que ganó solo por un puñado de votos. El PP de Sevilla quedó dividido por la mitad tras aquel cónclave donde se escenificó por vez primera el gran duelo político entre Javier Arenas y su antiguo patrocinado Juan Ignacio Zoido que acabó perdiendo por muy poco.
Años después, recompuestas las relaciones, los intereses de cada bando y ante el viento huracanado que llega al PP andaluz desde Madrid pasando por Murcia, los de Génova meten baza en Sevilla y es cuando Moreno Bonilla en un intento de defensa a la desesperada, poco meditada, se lanza a promover la candidatura alternativa de Juan Avila que acaba perdiendo, denunciando «pucherazo» y amenazando con ir a la Justicia. Una amenaza que se acabará tomando de desayuno el día después de un supuesto pacto de unidad que no es tal.
Oculto, tras las consecuencias políticas del circo congresual pepero montado en Sevilla, estaba el acuerdo de promover a José Luis Sanz como próximo candidato a la alcaldía de Sevilla. En esa operación no estaban metidos los de San Telmo.
Y en esas estamos. De los rumores y comentarios periodísticos de estas semanas, se ha pasado a un intento de formalizar la nominación ante la opinión pública y eso que para las próximas elecciones municipales todavía queda un trecho.
Ha sido la propia presidenta Pérez la que en su cuenta de twitter ha confirmado la operación Tomares. «Tenemos el mejor equipo y tendremos el mejor candidato que lo dará todo por Sevilla, José Luis Sanz» Así de claro.
Que Pedro Sánchez y el PSOE hayan hecho posible esa foto con quienes desprecian nuestro Estado de Derecho me indigna y me avergüenza.
Los españoles no merecen un gobierno que los venda. #SanchezDimision pic.twitter.com/4xPr9Ck7mt— Virginia Pérez (@Virginiaperez11) July 3, 2021
De por medio hemos asistido a un espectáculo previo protagonizado por el excandidato y portavoz del PP municipal Beltrán Pérez.
Es cuando en esta coyuntura se anuncia a bombo y platillo que Beltrán deja la primera fila de la política municipal en Sevilla e incluso comenta que se va a trabajar en el sector privado. Y cuando parecía que todo se había materializado, que queda la vía expedita para que Sanz teletrabaje con su equipo en Sevilla, se da marcha atrás y se comunica que Beltrán continuará de portavoz.
Ni que decir tiene que la dirección regional ha intervenido en esta decisión, marcha atrás desautorizando a la dirección provincial y, de paso, a la nacional dejando a Beltrán Pérez en la portavocía y bloqueando las prisas de Virginia Pérez por promover a José Luis Sanz, un hombre condenado a largas esperas, con metas a las que toca con los dedos pero le resulta difícil llegar.
Los sondeos de uso interno que se barajan son especialmente favorables a su candidatura, según sus partidarios, especialmente ahora que ya se sabe que el alcalde Juan Espadas no repetirá como como tal y que el PSOE aún no ha decidido si será su sustituto Juan Carlos Cabrera o Antonio Muñoz o… Mª Jesús Montero o incluso Susana Díaz por buscar la paridad también en la rumorología.
La alternativa de San Telmo – Bonilla y Bendodo (B&B) – para la alcaldía de Sevilla es una mujer y todas las papeletas las lleva la actual consejera de Cultura Patricia del Pozo, antaño próxima a Arenas, de ahí que la dirección regional se haya plantado contra la propuesta sevillana de José Luis Sanz.
De nuevo, sea quien sea la persona finalmente nominada por el PP para la alcaldía de Sevilla, nos encontraremos ante una nueva colisión de impacto entre Génova y San Telmo. Solo uno puede quedar victorioso, en un escenario donde el pacto, el acuerdo y la lealtad tienen escaso valor como se ha visto tras el congreso sevillano. Esta y no otra parece que va a ser la constante en el PP hasta el final de legislatura en Andalucía donde la confianza personal y política parece que no es moneda corriente De tal forma que pueden acabar teniendo razón quienes sostienen que al gobierno mayoritario del Pp en la Junta le están haciendo más pupa sus propios compañeros de partido desde Madrid que la leal oposición que acaba de inaugurar Juan Espadas.
Mientras tanto, José Luis Sanz, seguirá siendo un dirigente a la espera, esperando y escrutando desde su colina del Aljarafe los vaivenes de la dirección de su partido en Andalucía que cada día se asemeja más a un pollo sin cabeza. Eso sí, obsesionados por el pálpito de las encuestas y procurando salir mucho en la tele y los medios amigos. Porque eso de celebrar los 100 años de la construcción de un pantano como si lo acabase de construir la Junta de Andalucia – con Canal Sur en directo – no deja de resultar sintomático.
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